El presidente Donald Trump sorprendió en mayo pasado al criticar las políticas intervencionistas de sus predecesores. Afirmó que los “constructores de naciones destruyeron muchas más naciones de las que construyeron”, en referencia a la invasión de Irak de 2003. También señaló que los intervencionistas intervinieron en sociedades que “ni siquiera entendían”. Estas palabras sugerían un posible fin al intervencionismo estadounidense en Medio Oriente bajo su gobierno. Sin embargo, el 21 de junio, Estados Unidos atacó instalaciones nucleares en Irán, reavivando el conflicto regional. La historia demuestra que las intervenciones de Occidente en la región no siempre resultan según lo planeado. El profesor Fawaz Gerges de la London School of Economics afirma que el intervencionismo de EE.UU. es constante desde los años 40. Los ataques recientes son “otro claro ejemplo de esa política”. Analizamos cuatro ejemplos históricos de esta política.
Golpe de Estado en Irán (1953)
En 1953, el primer ministro electo de Irán, Mohammad Mossadeq, fue derrocado. El golpe fue liderado por el ejército iraní, con apoyo de Estados Unidos y Reino Unido.
Mossadeq había nacionalizado las vastas reservas petroleras iraníes. Esto preocupaba a Londres y Washington, cuyas economías de posguerra dependían en gran medida del petróleo. Una aparente amenaza comunista también fue motivo de preocupación.
Aunque se presentó como un levantamiento popular en apoyo del sha Mohammad Reza Pahlavi, los servicios de inteligencia británicos y estadounidenses estuvieron detrás de la insurgencia.
En el año 2000, la secretaria de Estado Madeleine Albright habló del papel de Estados Unidos en el golpe. En 2009, el presidente Barack Obama admitió el rol de Washington. En 2013, 60 años después, la CIA reconoció su rol en documentos publicados por el Archivo de Seguridad Nacional.
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Un extracto de los documentos señala: “El golpe militar… se llevó a cabo bajo la dirección de la CIA como un acto de política exterior estadounidense”.
Fawaz Gerges afirma que el conflicto actual entre Estados Unidos e Irán se origina en esta intervención encubierta. Los iraníes, dice Gerges, “nunca han perdonado a Estados Unidos por derrocar a un primer ministro legítimo y elegido democráticamente e instalar a un dictador brutal, el sha de Irán, como gobernante absoluto”.
El antiamericanismo actual, según Gerges, se debe a que la élite política iraní culpa a Estados Unidos por cambiar la trayectoria de la política iraní. Gerges también señala que EE.UU. intentó influir en las políticas de Gamal Abdel Nasser en Egipto, aunque con menos éxito.
El apoyo de EE.UU. a los talibanes en Afganistán
En 1979, tras un golpe de Estado, el ejército soviético invadió Afganistán para apoyar al gobierno comunista. Lucharon contra un movimiento islamista de resistencia: los muyahidines.
Los muyahidines, formados por extremistas islámicos yihadistas, contaron con el apoyo de Estados Unidos, Pakistán, China y Arabia Saudita, entre otros. Durante la Guerra Fría, Washington les suministró armas y dinero.
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Documentos desclasificados y testimonios revelaron que EE.UU. buscaba atrapar a la Unión Soviética en un “lodazal”, similar a la experiencia estadounidense en Vietnam. La misión fue llamada “Operación Ciclón”. La prensa la describió como la “mayor operación encubierta en la historia de la CIA”. El presidente Ronald Reagan recibió a líderes yihadistas en el Despacho Oval.
En septiembre de 1988, tras 9 años de intervención, el premier soviético, Mijaíl Gorbachov, ordenó la retirada. Afganistán quedó sumido en una guerra civil.
El gobierno sin apoyo soviético cayó. La guerra civil se intensificó. En 1994, los talibanes surgieron en Kandahar. Ganaron popularidad presentándose como estudiantes guerreros. Sus filas se nutrían de jóvenes pastunes.
Muchos líderes talibanes lucharon contra la ocupación soviética y recibieron armas de EE.UU. y otros países.
En 1996, los talibanes conquistaron Kabul e impusieron un régimen integrista islámico, condenado globalmente por violaciones a los derechos humanos. Aplicaron castigos según su interpretación de la sharia: ejecuciones públicas, amputaciones, hombres con barba, mujeres con burka integral. Prohibieron televisión, música, cine, y que niñas mayores de 10 años fueran a la escuela.
Tras la guerra soviética-afgana, veteranos crearon Al Qaeda. Buscaban expandir la lucha islamista. Los talibanes dieron refugio a Al Qaeda y a su líder, Osama bin Laden. Esto permitió la planificación de ataques como los del 11 de septiembre de 2001.
Como señala el profesor Fawaz Gerges, la historia del intervencionismo de EE.UU. en Medio Oriente ha generado resultados complejos y a menudo impredecibles.