El caso Teuchitlán ha vuelto a encender la tensión entre las principales fuerzas políticas de México. Lo que comenzó como una propuesta en el Senado para investigar posibles crímenes de lesa humanidad, terminó en un cruce de declaraciones cargadas de acusaciones, calificativos y una realidad nacional que duele: más de 100 mil personas desaparecidas.
En el centro del debate: Marko Cortés, senador del PAN, y Claudia Sheinbaum, presidenta de México. El primero, proponiendo un grupo independiente para esclarecer lo hallado en Jalisco. La segunda, rechazando lo que considera “hipocresía política”. ¿Qué hay detrás de este nuevo choque? ¿Por qué la propuesta no avanzó? ¿Y cómo impacta esto en la percepción pública sobre justicia y derechos humanos?
Este análisis desmenuza los hechos, el contexto político y las implicaciones del caso Teuchitlán.
El punto de quiebre: ¿Qué propuso Marko Cortés?
La propuesta en el Senado y el retiro de Morena
El 20 de marzo de 2025, Marko Cortés presentó en el Senado un punto de acuerdo para solicitar la conformación de un Grupo de Investigación Interdisciplinario Independiente, con apoyo técnico de la OEA y la CIDH, ante los hallazgos en el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco.
La iniciativa buscaba:
- Garantizar una investigación imparcial con enfoque en derechos humanos.
- Sancionar a funcionarios implicados en omisiones o colusión.
- Prevenir futuros centros de exterminio o adiestramiento criminal.
Sin embargo, antes de llegar a votación, Morena rompió el quórum. Adán Augusto López, líder de la bancada oficialista, pidió a sus senadores retirarse del pleno, lo que paralizó la sesión.
Una sola voz oficialista se quedó: Yeidckol Polevnsky, quien fue públicamente reconocida por Cortés.
¿Por qué era clave ese punto de acuerdo?
Aunque no era vinculante, el punto de acuerdo podía haber ejercido presión política y mediática para que el Ejecutivo y las instancias de justicia aceptaran cooperación internacional.
Cortés lo presentó como una respuesta institucional a una tragedia que, según colectivos, evidencia un patrón de desapariciones sistemáticas en Jalisco. Pero su rechazo por parte del oficialismo detonó una tormenta política.
La respuesta de Sheinbaum: ¿Hipocresía o legítima defensa?
La declaración desde Palacio Nacional
Durante su mañanera del 21 de marzo, Sheinbaum minimizó la propuesta y contraatacó con dureza:
“Hay mucha hipocresía en Marko Cortés o en el presidente del PAN, el jefe del cártel inmobiliario”.
En pocas palabras, la presidenta desvió el foco hacia el historial del PAN, acusando a su dirigencia de carecer de autoridad moral para hablar de justicia.
Pero más allá del tono confrontativo, Sheinbaum reiteró que su gobierno no encubrirá a nadie y defiende la verdad, aunque evitó referirse directamente al contenido de la propuesta o al retiro de Morena del Senado.
¿Por qué Sheinbaum eligió ese enfoque?
En plena transición de poder y con su legitimidad aún consolidándose, la presidenta busca evitar que la narrativa de impunidad crezca bajo su mandato. Acusar al PAN de “hipocresía” le permite:
- Desacreditar la propuesta sin debatirla a fondo.
- Reforzar la idea de que la oposición sólo actúa por cálculo político.
- Proteger a su partido de una narrativa que toca un tema altamente sensible: la desaparición forzada.
El caso Teuchitlán: el horror detrás del debate
¿Qué ocurrió en el rancho Izaguirre?
Durante una jornada de búsqueda en el municipio de Teuchitlán, colectivos ciudadanos encontraron un presunto centro de adiestramiento y crematorio clandestino utilizado por un grupo criminal.
Entre los hallazgos reportados por medios locales y ONGs:
- Restos óseos calcinados.
- Estructuras similares a hornos improvisados.
- Evidencias de tortura y cautiverio.
El lugar fue descrito como un espacio de exterminio, lo que ha despertado comparaciones con prácticas sistemáticas de desaparición forzada.
¿Qué dice la FGR y el gobierno federal?
Hasta el momento, la Fiscalía General de la República (FGR) ha mantenido una postura ambigua. A pesar de que Sheinbaum dijo que se investigará, colectivos denuncian falta de transparencia, y organismos internacionales han solicitado más información.
Este vacío institucional fue lo que impulsó a Cortés a pedir asistencia internacional, argumentando que “el Estado mexicano no puede investigarse a sí mismo”.
El trasfondo político: ¿Propuesta genuina o estrategia electoral?
Morena vs PAN: la lucha por el relato
La confrontación no se trata sólo de Teuchitlán. Forma parte de una disputa narrativa entre un gobierno que presume transparencia y una oposición que intenta exhibir fallas estructurales.
En este contexto:
- Morena acusa al PAN de oportunismo y corrupción histórica.
- El PAN busca posicionarse como la voz crítica frente a la impunidad.
Ambas fuerzas saben que el tema de los desaparecidos mueve conciencias y votos. Y en tiempos donde la legitimidad se construye también en redes sociales y medios digitales, controlar el relato es crucial.
Derechos humanos: ¿Qué implica bloquear cooperación internacional?
México y la resistencia a la supervisión externa
México ha mostrado históricamente reticencia a la supervisión internacional en casos sensibles. Aunque ha aceptado misiones como el GIEI en Ayotzinapa, los gobiernos —tanto del PRI, PAN como Morena— han evitado ceder control total de investigaciones clave.
El caso Teuchitlán reabre esa discusión:
- ¿Debe el Estado mexicano permitir asistencia externa en casos graves?
- ¿Qué pierde —o teme perder— al hacerlo?
Negarse puede percibirse como opacidad o encubrimiento, aunque el gobierno argumente que tiene capacidad técnica suficiente.
¿Qué viene ahora? Escenarios posibles
Presión internacional y social
Colectivos de víctimas, ONGs y eventualmente la CIDH podrían emitir comunicados o solicitar audiencias si perciben falta de acción del Estado.
La sociedad civil ha aprendido a internacionalizar la denuncia, como ocurrió con Ayotzinapa, lo cual podría repetirse.
Morena frente al dilema ético y político
Morena debe decidir si:
- Repliega su narrativa defensiva y acepta diálogo con organismos internacionales.
- O mantiene su postura soberanista, asumiendo el costo reputacional.
En ambos escenarios, la presión seguirá creciendo.
¿Justicia o simulación?
El caso Teuchitlán revela más que una tragedia: expone las fisuras del sistema político mexicano ante la crisis de desapariciones. La respuesta de Sheinbaum y la propuesta de Cortés no son hechos aislados, sino síntomas de un país que aún no logra construir una política de verdad, justicia y memoria.
En lugar de calificativos, la ciudadanía exige respuestas. La pregunta es si el gobierno está dispuesto a abrirse al escrutinio y a actuar con la urgencia que exige una tragedia nacional. O si, como dice Cortés, seguiremos simulando mientras las víctimas siguen esperando justicia.