Mientras la protesta campesina en México se extendía en varios estados, bloqueos y marchas evidenciaban la desesperación del campo. Sin embargo, los agricultores de Nayarit se ausentaron. Para ellos, detener la cosecha de frijol, sorgo y maíz representa una pérdida económica inmediata que eclipsa, momentáneamente, la lucha nacional por precios de garantía justos.
La urgencia de la cosecha frente al llamado nacional
Productores del campo en distintos estados del país realizaron marchas y bloqueos para exigir mejores precios de garantía ante la crisis del sector. No obstante, los agricultores del norte de Nayarit decidieron no sumarse a la movilización nacional.
Esta notable ausencia se explica por razones económicas directas: los productores se encuentran en plena temporada de recolección de granos, incluyendo frijol, sorgo y maíz.
Jorge Dávalos, productor y representante de los frijoleros de la zona norte, explicó que participar en las protestas a nivel nacional implicaría detener las labores de recolección, lo que automáticamente ocasionaría pérdidas económicas irrecuperables.
- “Estamos cosechando, y salir a manifestarnos en este momento significaría perder tiempo y recursos”, detalló Dávalos.
- El representante aseguró que, a pesar de no unirse a los bloqueos, los campesinos nayaritas siguen “firmes en nuestras demandas”.
El trasfondo de la lucha: Subsidios y el impacto del T-MEC
Aunque la necesidad de asegurar los ingresos fue la causa inmediata de su no participación, los agricultores de Nayarit han mantenido una postura clara y exigente respecto a los problemas estructurales del sector.
El productor recordó que, a mediados de octubre, un grupo de campesinos de la entidad acudió a las oficinas de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) en Tepic. En dicha reunión se formalizaron varias peticiones cruciales:
- Exigencia de la revisión de los precios de los granos básicos.
- Solicitud de apoyos para enfrentar los altos costos de producción.
- Demanda de exclusión de productos como el frijol y el maíz del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Competencia desigual y el encarecimiento de insumos
De acuerdo con Dávalos, mantener estos granos dentro del acuerdo comercial ha generado desventajas palpables para el campo mexicano. El principal problema radica en la permisión de la entrada de productos subsidiados desde el extranjero que, por lo tanto, se venden a precios más bajos que los nacionales.
Dávalos advirtió sobre la profunda desigualdad competitiva: “Competimos en condiciones desiguales; mientras en Estados Unidos los productores reciben subsidios, aquí pagamos todo más caro y los apoyos son mínimos”.
Compromiso firme con el diálogo federal
Aunque los productores nayaritas optaron por no participar en la movilización nacional, Dávalos aseguró que continuarán buscando el diálogo con las autoridades federales.
El objetivo es que sus planteamientos estructurales sean atendidos y resueltos antes de que dé inicio el próximo ciclo agrícola.
El representante concluyó que la ausencia física de los campesinos no debe interpretarse como indiferencia: “No estamos ajenos al movimiento nacional, simplemente estamos cumpliendo con la cosecha. Pero nuestras exigencias siguen siendo las mismas”, finalizó.
La coyuntura de Nayarit expone la paradoja del campo mexicano: la necesidad de exigir justicia estructural choca contra la urgencia de garantizar el sustento diario. ¿Hasta qué punto la falta de políticas de apoyo robustas obliga a los agricultores a elegir entre la subsistencia inmediata y la lucha por condiciones de competencia equitativas?

