En medio de la polémica de La Granja VIP, la concursante Manola Diez abrió su corazón. La actriz, conocida por su trayectoria en la televisión, reveló un doloroso secreto: el drástico distanciamiento familiar con casi todos sus hermanos. Este análisis aborda la crudeza de su testimonio sobre cómo la pérdida económica fracturó sus lazos personales.
La dinámica de la fogata en La Granja VIP
Manola Diez ha sido una de las figuras más polémicas durante las primeras dos semanas de competencia en el reality show La Granja VIP. Tras presenciar la coronación de La Bea como Capataz de la semana 3 y ver cómo el legado de Sandra Itzel colocaba a Lis Vega en la placa de nominados, la producción, liderada por Adal Ramones, convocó a los participantes a la fogata.
El equipo del reality show estaba listo para presentarle una foto de su infancia a algunos de los concursantes. La actriz, originaria de Monterrey, fue una de ellas y aprovechó el momento para desvelar uno de los episodios más complejos de su vida personal.
El distanciamiento con los hermanos: La última de once
Manola Diez reveló que ella fue “la última de mis hermanos, la 11”. La actriz comenzó a llorar al recordar la fractura en sus lazos familiares, señalando que, a pesar de la gran familia, solo conserva esa fotografía de su niñez, siendo “la única que tengo”.
La actriz recordó la crianza con sus 10 hermanos, destacando que en su hogar había “mucho amor” de parte de sus padres. Su madre era psicóloga y su padre, arquitecto. Sin embargo, enfatizó que veían poco a su papá porque tenía “dos trabajos para sostener a una familia muy grande”.
Diez describió una convivencia donde había “de todo, ¿no? O sea, peleas, alegrías, este, disciplina, principios, había amor, sobre todo, ¿no?”. Además, confesó: “Siempre pensé que mis hermanos eran mis mejores amigos”.
El quiebre familiar y la verdad actual
A pesar de esa visión idílica, Diez confirmó que en la actualidad solo se sigue hablando con uno de los ocho hermanos que quedan con vida (algunos de sus hermanos ya perdieron la vida, según mencionó).
Cuando la riqueza se esfumó: Los motivos del abandono
La granjera continuó con su historia sobre cómo fue crecer con 10 hermanos y cómo consideraba que ellos eran sus mejores amigos. Lamentablemente, Manola mencionó que el tiempo pasa y la familia se separa, detallando los hechos que la llevaron a esta situación de aislamiento.
La actriz contó que sus hermanos le dejaron de hablar en dos momentos cruciales. El primero fue cuando se divorció del papá de su hijo. El segundo factor detonante ocurrió cuando decidió dejar su trabajo para cuidar a su hijo, después de que este sufriera un accidente donde casi pierde el ojo. Estos dos momentos en la vida de Manola fueron los que provocaron que sus hermanos se alejaran de ella.
“Se puede decir que cuando me quedé pobre”
La actriz aseguró que prácticamente la dejaron sola cuando se quedó “pobre”. La regia resumió el dolor en una cita directa y cruda:
> “A mí me dejaron de hablar cuando me divorcié, cuando mi hijo tuvo un accidente y tuve que salir de mi trabajo por atenderlo. No me arrepiento, pero o sea, se puede decir que cuando me quedé pobre, y no me da vergüenza decirlo, ellos dejaron de hablarme con cualquier pretexto”, dijo Diez.
Manola reconoció que, cuando estuvo casada con un hombre que tuvo dinero y ella gozaba de éxito, sus hermanos estaban a su lado. Pero cuando se separó y dejó de aparecer en la televisión, “todos sus hermanos le dieron la espalda”. La actriz aseguró que la situación le dolió en su momento, pero también le dejó una conclusión clara: “Entonces nunca me quisieron”.
El crudo testimonio de Manola Diez en La Granja VIP desnuda una realidad poco explorada en el mundo del espectáculo: la fragilidad de los lazos familiares cuando el éxito y el capital desaparecen. ¿Es el apoyo familiar una condición supeditada al estatus, o la pérdida económica revela quiénes son realmente los mejores amigos?