Uruapan, Michoacán, rinde homenaje a la memoria de Carlos Manzo Rodríguez, alcalde asesinado el pasado sábado 1 de noviembre. Siete artistas visuales han transformado un muro en las afueras del Parque Nacional, buscando transformar el dolor en un mensaje de resistencia y esperanza para la comunidad.
El mural: un símbolo de unidad en Michoacán
La muerte del alcalde Carlos Manzo Rodríguez impactó profundamente a la sociedad de Uruapan. Como respuesta, un grupo de artistas visuales del municipio tomó la iniciativa de honrar su memoria a través de una obra de gran formato, impulsada por la propuesta de cerca de siete jóvenes al Ayuntamiento de Uruapan.
La locación elegida para este homenaje simbólico fue estratégica: las afueras del Parque Nacional de Uruapan “Barranca del Cupatitzio”. El mural, que reunió a los siete artistas, se erige como un punto de encuentro y reflexión.
El muralista Francisco Javier, conocido en el ámbito artístico como “Dash”, compartió la profunda conexión del grupo de creadores con la visión del alcalde asesinado:
> “Estamos muy familiarizados con lo que él buscaba para la sociedad, nosotros también queremos un Uruapan más tranquilo. Para nosotros es un líder, es una persona que quería el bien para su comunidad, igual que todos aquí en Uruapan buscamos eso”, afirmó Francisco Javier.
El objetivo, según los creadores, es mantener viva la búsqueda de un Uruapan más tranquilo, una visión que, aseguran, compartían con Manzo Rodríguez.
Simbolismo en el rostro del alcalde asesinado
La composición del mural está cargada de significado, buscando capturar la esencia de Carlos Manzo y las trágicas circunstancias de su deceso.
En la obra fue trazado el rostro de Carlos Manzo, destacando su característico sombrero, un elemento que el alcalde solía portar. Más allá del semblante, el mural incluye diversos símbolos:
- Un listón donde se inscriben su nombre, fecha de nacimiento y fecha de defunción.
- Flores de cempasúchil adornan el semblante del alcalde.
Las flores de cempasúchil funcionan como un recordatorio visual de que su muerte ocurrió justamente durante la celebración del Día de Muertos el pasado 1 de noviembre.
El trabajo, documentado por Charbell Lucio, resalta el uso del arte como un vehículo para el duelo colectivo y la exigencia de paz en el municipio de Michoacán, convirtiendo el espacio público en una galería de memoria activa.
La creación de este mural trasciende el simple retrato; simboliza la reacción de la comunidad de Uruapan ante la violencia política, empleando el arte como una herramienta contundente para exigir el cumplimiento del legado que el alcalde Carlos Manzo Rodríguez buscaba para su comunidad. La pregunta que Michoacán no puede ignorar es si este tipo de homenajes cívicos serán suficientes para restaurar el tejido social fragmentado por la inseguridad.




