La política en Michoacán se incendia tras graves señalamientos. Leonel Godoy Rangel, diputado federal de Morena y exgobernador, minimizó las acusaciones directas del PRI que lo vinculan con el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo. En una confrontación pública, Godoy calificó al partido tricolor como una “organización en extinción” que opera sin pruebas. El enfrentamiento eleva la tensión en la entidad.
La exigencia del PRI: “El pleno huele a azufre”
El conflicto detonó a partir de las declaraciones del coordinador del PRI en el Congreso de Michoacán, Guillermo Valencia. El priista exigió públicamente que se investigue al diputado federal Leonel Godoy Rangel por su presunta relación con el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez.
Valencia argumentó que el exmandatario estatal habría “bloqueado y amenazado en diversas ocasiones” al edil Manzo Rodríguez. El líder del PRI incluso utilizó una metáfora incendiaria en el pleno, al afirmar que debido a la presencia del legislador morenista, el recinto legislativo “huele a azufre”.
La respuesta de Morena: “Acusación absolutamente mezquina y vil”
El diputado federal por Morena, Leonel Godoy Rangel, rechazó categóricamente los señalamientos en su contra durante una entrevista, insistiendo en que las acusaciones del PRI carecen de toda validez legal. Godoy afirmó que jamás ha sido notificado, ni ha recibido ninguna carpeta de investigación, ni ha sido requerido por las autoridades de justicia por algún ilícito.
El exgobernador de Michoacán cuestionó la motivación del PRI, sugiriendo que es un intento desesperado por obtener réditos electorales en la entidad.
> “Yo fui gobernador cuando el PAN era gobierno federal y nunca tuve ninguna notificación, ninguna carpeta de investigación, nada. Y no eran, obviamente todos conocen que éramos adversarios políticos muy fuertes entre el gobierno federal panista y el gobierno del estado de Michoacán que yo encabezaba”, sostuvo.
Godoy Rangel enfatizó que ni siquiera el PAN, como fuerte adversario político en aquel momento, se atrevió a señalarlo de algún ilícito. Por ello, descalificó la imputación actual.
> “Me parece que es absolutamente mezquina, vil, que quiere ganar allá electoralmente en Michoacán y no lo van a ganar. Es el partido más repudiado en el país, no solo en Michoacán”, sentenció.
La política de “acusar sin pruebas” y el nexo con Alejandro Moreno
El legislador de Morena insistió en que los señalamientos deben ser analizados desde la óptica de quien los emite: un partido al que calificó como “en extinción” y totalmente desacreditado en Michoacán.
Leonel Godoy relacionó directamente la estrategia de ataque del priista Guillermo Valencia con la línea impuesta por la dirigencia nacional, encabezada por Alejandro Moreno Cárdenas.
> “Él es una gente muy cercana a Alito. Practican la misma política que no les ha traído ningún rédito. ¿Cuál es esa política? Acusar sin pruebas. Entonces, ¿quién les hace caso? Busquen lo que le busquen, no le van a encontrar nada”, planteó.
El precedente del gobierno de Felipe Calderón
El diputado federal recurrió a su historial como adversario político para reforzar su posición de inocencia ante el escrutinio público y legal. Godoy recordó que durante los seis años del gobierno del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, fue un objetivo constante, pero nunca hubo pruebas sólidas para imputarlo.
Godoy Rangel tampoco quiso señalar si el PRI estaría detrás del homicidio del alcalde Manzo, pues aseguró que él opera bajo principios legales y no revanchismos, incluso en los momentos más críticos de su confrontación con el gobierno federal. El exgobernador rememoró eventos de alto impacto ocurridos bajo su administración:
- Los “granadazos”, donde los detenidos fueron realizados por Genaro García Luna.
- El “michoacanazo”, que también fue dirigido por Genaro García Luna.
> “A pesar de eso yo nunca acusé a Felipe Calderón porque soy abogado y yo creo en las leyes y yo creo que una acusación tiene que estar sustentada en pruebas”, concluyó.
La ética en el debate político
En este contexto de alta polarización, donde la tragedia de un asesinato se mezcla con la contienda electoral, el debate se centra menos en la búsqueda de justicia por el fallecimiento del alcalde Carlos Manzo, y más en el riesgo de que la política mexicana siga normalizando la práctica de las acusaciones “mezquinas y viles” carentes de sustento legal, erosionando aún más la credibilidad institucional. ¿Hasta qué punto el periodismo debe replicar acusaciones políticas que, según la parte señalada, ni siquiera fueron investigadas por adversarios históricos?




