Acapulco, Guerrero, no se entiende sin el Baby’O, la discoteca que redefinió la vida nocturna. Según el músico Mijares, “Todo el mundo quería estar ahí”. Políticos, empresarios y celebridades internacionales hicieron de este lugar su segunda casa. Ahora, un documental en ViX desvela los secretos mejor guardados sobre los exclusivos visitantes del Baby’O en Acapulco.
La leyenda de Acapulco en la cultura popular
El Baby’O, cuyo nombre se inspira en la canción homónima de Dean Martin, trascendió su función como centro de esparcimiento para convertirse en una marca registrada y en un pilar de la cultura popular en México. Su relevancia para el turismo y la localidad guerrerense era tal que se acuñó la frase: “Si no has ido al Baby’O, no conoces Acapulco”.
El empresario fundador, Eduardo Césarman, concibió el Baby’O como el sitio obligatorio para cualquiera que visitara el bello puerto ubicado en el estado de Guerrero. En sus instalaciones, centenares de artistas y figuras públicas de México y el mundo vivieron noches de fiesta que, como bien lo describe el documental, eran “eternas”. De hecho, el sitio se convirtió en la “segunda casa” de Luis Miguel y en el punto de encuentro de deportistas, empresarios y actores políticos mexicanos.
La noche eterna del Baby’O: el documental de ViX
La expectación sobre la historia de este ícono de la vida nocturna se centra ahora en el estreno del documental “La noche eterna del Baby’O”, el cual está disponible en la plataforma ViX a partir de este 20 de noviembre. La producción promete revelar el contexto y los detalles inéditos de las celebridades que pasaron por sus puertas.
El listado de invitados exclusivos: de Hollywood a la élite mexicana
El magnetismo del Baby’O trascendió fronteras y sectores, atrayendo a decenas de figuras del espectáculo, la música, el cine, el deporte y, de manera crucial, a miembros prominentes del círculo político y empresarial del país.
Entre las personalidades internacionales y nacionales que visitaron asiduamente el lugar, destacan:
- Luis Miguel: Fue, indiscutiblemente, la figura más constante y celebrada en la discoteca.
- Jaime Camil: El actor fue uno de los responsables de llevar a Bono, el vocalista de U2, a visitar el Baby’O justo cuando la banda irlandesa se encontraba en su apogeo.
Sobre aquella noche, Césarman compartió una anécdota significativa. Mientras Bono se tomaba fotografías y daba autógrafos a quienes lo reconocían, Luis Miguel, quien ya disfrutaba de la música y el descontrol del lugar, atinó a preguntar de manera sarcástica: “¿Quién es Bono?”. Un comentario que, al parecer, poco le importó al intérprete de “Song for someone”.
Eduardo Césarman, en varias entrevistas a medios de comunicación a lo largo de los años, ha compartido que entre las personalidades que visitaron el Baby’O en su efervescencia se encuentran:
- Michael Jordan: Se cuenta que el basquetbolista aceptó asistir al lugar con una condición insólita: que se le entregara todo el material grabado del circuito cerrado, pues se encontraba en medio de su proceso de divorcio.
- Rod Stewart: Fue un visitante asiduo, de quien se dice viajaba exclusivamente a Acapulco para enfiestar en el lugar.
- Otras celebridades de alto perfil: Michael Jackson, Elizabeth Taylor, Pierce Brosnan, Sylvester Stallone, Brooke Shields, Las Spice Girls, Tony Curtis y Estefanía de Mónaco.
- Figuras mexicanas: El cantante Juan Gabriel, el futbolista Jorge Campos (quien fue uno de los asistentes asiduos) y el deportista Giovani Dos Santos.
- El círculo de poder: Las visitas se extendían a la élite empresarial y política, incluyendo a Carlos Slim Domit y Jorge Emilio González.
La génesis del ícono: cómo Eduardo Césarman fundó el Baby’O
La concepción del Baby’O se originó durante un viaje de Semana Santa a Acapulco en 1976. Eduardo Césarman, acompañado por su padre, visitó un antro muy famoso en el puerto. Inspirado por el ambiente y el nivel de fiesta, Césarman visualizó un sitio que pudiera potenciar y transformar la vida nocturna de Acapulco, más allá de aquel lugar que lo había motivado.
En aquel momento, Césarman tenía experiencia sólida en el ámbito financiero, pues se dedicaba a ser gerente administrativo de un banco. Su conocimiento de negocios y finanzas le permitió convencer a su padre de respaldar la apertura de la discoteca. Césarman se comprometió a gestionar los permisos necesarios y a asegurar un socio de confianza, que poco después fue el músico Rafael Villafañe, conocido por ser también fundador del Bulldog Café.
Ambos se unieron para fundar el Baby’O, inspirados finalmente al escuchar la canción de Dean Martin. Tal como lo confirma el documental, supieron hacer de este un lugar icónico, garantizando su posición central en la historia de la vida nocturna de Acapulco.
El Baby’O encapsula una era de opulencia y desenfreno donde las líneas entre el espectáculo, la política y los negocios se difuminaban bajo la luz estroboscópica de Acapulco. La revelación de estos nombres, que incluyen herederos de fortunas y políticos, no solo es una crónica de fiesta, sino un testimonio de dónde se reunía realmente el poder mexicano lejos de los reflectores.




