La reciente liberación de Ernesto Fonseca Carrillo, conocido como “Don Neto”, a sus 95 años, tras cumplir una condena de 40 años por el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena y del piloto Alfredo Zavala en 1985, pone de manifiesto las profundas desigualdades en el sistema judicial mexicano.
Un pasado marcado por el narcotráfico
Fonseca Carrillo fue uno de los fundadores del Cártel de Guadalajara, junto a Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo. Esta organización fue pionera en el tráfico de drogas en México, estableciendo conexiones con cárteles colombianos y consolidando rutas de narcotráfico hacia Estados Unidos.
Disparidades en el sistema judicial
La liberación de “Don Neto” contrasta con la situación de miles de presos en México que, sin recursos ni influencias, enfrentan procesos judiciales prolongados y condiciones carcelarias precarias. Mientras Fonseca Carrillo cumplió parte de su condena en prisión domiciliaria debido a su avanzada edad y problemas de salud, muchos reclusos no tienen acceso a tales consideraciones humanitarias.
Reflexión sobre la equidad y la justicia
Este caso resalta la necesidad de una reforma profunda en el sistema judicial mexicano. Es imperativo garantizar que todos los ciudadanos, independientemente de su estatus o conexiones, reciban un trato equitativo y que la justicia no sea selectiva ni influenciada por el poder o el dinero.