El amor eterno congrega a 170 mil seguidores de Juan Gabriel en el Zócalo de la Ciudad de México

La proyección del concierto de Juan Gabriel en el Zócalo de la CDMX reunió a 170 mil fans. Analizamos el fenómeno cultural y el estreno de la serie Netflix.

AL MOMENTO

La plancha del Zócalo de la Ciudad de México se transformó en un monumental teatro a cielo abierto el pasado sábado 8 de noviembre de 2025. Unas 170 mil personas, según reportes de la Secretaría de Cultura capitalina, se congregaron para corear y bailar al ritmo de los éxitos de Juan Gabriel, “El divo de Juárez”, durante la proyección de su histórico concierto de 1990 en el Palacio de Bellas Artes.

El fenómeno de masas: 170 mil almas en el Zócalo

La devoción de los mexicanos por Alberto Aguilera Valadez, nombre real del cantautor nacido en Parácuaro, Michoacán, el 7 de enero de 1950, quedó demostrada con la masiva asistencia. Los seguidores del artista, fallecido el 28 de agosto de 2016 a los 66 años en Santa Mónica, California, comenzaron a llegar a la plaza principal del país desde antes de las 17:00 horas, buscando un lugar cercano a las tres pantallas gigantes instaladas por la plataforma Netflix y la Secretaría de Cultura del gobierno capitalino.

La proyección, programada para las 20:00 horas, revivió el icónico espectáculo que realizó con la Orquesta Sinfónica Nacional y el Mariachi “Arriba Juárez”.

Una fiesta que desbordó la Plaza de la Constitución

El evento no solo fue un ejercicio de nostalgia, sino una auténtica fiesta popular y un ritual de culto:

  • Ambiente festivo: Familias enteras, jóvenes y adultos se dieron cita. En los establecimientos comerciales aledaños al Zócalo sonaron temas clásicos como “Hasta que te conocí”, “Costumbres”, “Insensible”, “Abrázame muy fuerte”, “Te lo pido por favor”, “La Diferencia” y “Yo no nací para amar”.
  • Comercio y fervor: El comercio ambulante aprovechó la ocasión para ofrecer toda clase de souvenirs de “Juanga”: fotos, pósters, tazas y hasta frazadas gigantes con su imagen para contrarrestar el frío de la tarde invernal (con una temperatura mínima esperada de 9 grados).
  • Caracterizaciones: Muchos asistentes llegaron vestidos con chalecos y chamarras brillantes, trajes de charro y portando abanicos, rosas rojas y hasta máscaras de cartón con el rostro del artista. Se vieron imitadores que bailaban y cantaban “El Noa Noa”, imitando los movimientos de cabeza y los gestos sensibles y agudos que lo distinguían en el escenario.

Al inicio del show, temas como “Yo no nací para amar” y “Ya lo sé que tú te vas” unieron las voces de miles de presentes, muchos de ellos provenientes de otros estados de la república. Una seguidora, Valentina, asistió junto con su nieta, recordando haberlo escuchado en vivo hace años con su madre, Laura, para quien la música del Divo es una forma de mantenerla presente.

El concierto histórico y la producción de Netflix

La proyección del concierto de 1990 fue especial no solo por la restauración del material que realizó la Secretaría de Cultura, sino porque formó parte de la promoción de la nueva serie documental de Netflix, titulada Juan Gabriel: Debo, puedo y quiero.

Detalles del espectáculo proyectado

El concierto de 1990 fue un parteaguas, pues Juan Gabriel hizo historia al ser el primer artista de música popular mexicana en presentarse en el Palacio de Bellas Artes. El Divo de Juárez ofreció cuatro funciones consecutivas, del 9 al 12 de mayo, acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional. Entre los asistentes de aquella ocasión, se contó la presencia de la esposa del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.

El material proyectado en el Zócalo incluyó tomas inéditas provenientes del archivo personal del artista, mismas que también forman parte de la serie documental de cuatro capítulos, dirigida por María José Cuevas.

La noche del sábado, antes de que iniciara la proyección, María José Cuevas subió al pie de la pantalla gigante y gritó junto a los fans: “¡Juan Gabriel Vive, Juan Gabriel Vive..!”.

La catarsis colectiva y las canciones emblemáticas

Cuando se proyectaron temas como “No tengo dinero”, “No vale la pena”, “Inocente pobre amigo” y “¿Por qué me haces llorar?”, la emoción fue palpable. Hubo quienes no contuvieron las lágrimas, inspirados por la voz, pero sobre todo, por los gestos de Juan Gabriel en el escenario: sudoroso, entregado y lanzando miradas “coquetas” a la cámara.

El clímax llegó con “Amor eterno”, canción que escribió a su madre tras su fallecimiento. Al sonar las primeras notas del guitarrón del mariachi, el público gritó emocionado. La canción, convertida en himno en funerales y fiestas del Día de las Madres, hizo que muchos cantaran con el sentimiento que él mismo proyectaba, mirando al vacío en la pantalla.

El evento concluyó después de casi dos horas, con “El Noa Noa”, la canción más bailable del repertorio, acompañada de un espectáculo de pirotecnia que iluminó los edificios del Centro Histórico.

El legado de Alberto Aguilera Valadez en la cultura mexicana

La masividad del evento fue notable. Mientras que en una ocasión anterior la proyección de otro concierto de Juan Gabriel en el Zócalo (el de 2013) había reunido a 70 mil personas, esta vez la cifra se elevó a 170 mil, confirmando el “amor eterno” que la gente profesa al Divo. Laura Woldenberg, productora del documental de Netflix, reveló que integrantes de la familia del cantante asistieron como invitados especiales, sintiéndose “orgullosos” del impacto sostenido de “Juanga”.

Los asistentes acudieron a la plancha de la Plaza de la Constitución, recordando que desde el año pasado el Zócalo se convirtió en zona peatonal, por lo que el acceso se dio por transporte público: la estación Zócalo/Tenochtitlán (Línea 2) o las alternativas República de Argentina (Metrobús Línea 4), Allende (Línea 2) y San Juan de Letrán (Línea 8).

Además del evento, la plataforma Vavava Shop, ubicada en la calle General Prim número 12, colonia Centro, ofreció una pop-up store con mercancía oficial de “Juanga” (playeras, sudaderas, gorras y tote bags), disponible solo el sábado 8 de noviembre, de 4:00 de la tarde a 10:00 de la noche.Nota del editor: En el ámbito de la cobertura de espectáculos, recientemente Pati Chapoy criticó a Cazzu tras su primer concierto en el Auditorio Nacional, señalando: ‘Canta bien, no bonito’.

La frase en una pancarta, “Mi madre me dio la vida, pero Juanga las ganas de vivir”, resume la profunda conexión que el Divo de Juárez sigue manteniendo con distintas generaciones en México. Nueve años después de su muerte, la proyección de un concierto de hace 35 años puede paralizar la principal plaza pública del país, demostrando que su música sigue siendo no solo un recuerdo invaluable, sino un documento de culto. ¿Qué otras figuras de la música popular mexicana lograrán convocar un fenómeno de masas de esta magnitud en el corazón del país?

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