El cierre de Miss Universo 2025 en Tailandia culminó con la victoria de la mexicana Fátima Bosch, de 25 años y originaria de Teapa, Tabasco. A pesar del júbilo nacional por la nueva corona, la reacción de Andrea Meza, Miss Universo 2020 e integrante del jurado, se volvió el foco de controversia, provocando una profunda división de opiniones en redes sociales.
El enigma de la imparcialidad: la actitud de Andrea Meza
La noche del jueves 20 de noviembre se realizó el cierre de Miss Universo (MU) 2025 en Tailandia. El certamen consagró a Fátima Bosch como la ganadora, un triunfo que se volvió viral rápidamente dado que la tabasqueña era una de las favoritas para llevarse la corona. Numerosas figuras la felicitaron, incluyendo a Jacky Bracamontes, Miss Universo 2001, y el diseñador mexicano Trino Orozco, la mente creativa detrás de sus atuendos.
No obstante, el análisis riguroso de la jornada se centró en la respuesta de Andrea Meza, quien fungió como parte del jurado que seleccionó a la ganadora. La reina de belleza, de 31 años de edad, es reconocida por su carrera y por ser considerada una de las principales embajadoras de Miss Universo, tras haberse adjudicado el título en 2020. Meza es la tercera mexicana en lograr esto; las otras dos reinas del país son Lupita Jones (1991) y Ximena Navarrete (2020).
@panorama.marlon.marlon Miss Universo🇲🇽 es la Nueva Miss Universo 2025 Fátima Bosch por que Dios así lo quiso en entrevista con Andrea Meza #The74thMissUniverse #missuniverse2025 #MGIxMU #winner #fatimabosch ♬ sonido original – Fernando O’Farrill
La filtración en X y la lectura de su lenguaje corporal
Un video, difundido vía Twitter —red ahora llamada X— a través de la cuenta Miss Coronas (@miss_coronas), desató inmediatamente un intenso debate digital. La publicación capturaba el momento del triunfo de Fátima Bosch y llevaba una leyenda sumamente crítica: “Ni siquiera su compatriota Andrea Meza quedó contenta, ¡qué fuerte!”.
En las imágenes, la Miss Universo 2020 se mostró visiblemente ecuánime y reservada. Ella se limitó a observar el triunfo de Fátima Bosch desde su lugar, sin mostrar una efusividad o celebración evidente. Esta falta de reacción inmediata alimentó la narrativa de un posible desacuerdo de Andrea Meza con el resultado del certamen.
La defensa de la profesionalidad ante el escrutinio digital
La controversia generada por el video provocó una respuesta inmediata por parte de numerosos usuarios de redes sociales que salieron en defensa de la ex Miss Universo. Estos argumentos se centraron en la posición de Meza como jurado, subrayando la obligación de mantener una actitud de imparcialidad y rigor profesional:
- Actitud acorde a su papel: “A ver si lo entienden con peras y manzanas: Andrea Meza fue jurado. Su actitud es muy digna y acorde con su papel,” argumentaron algunos, señalando que ella sabía lo que era ganar “a pulso el concurso” y que no debía dejarse llevar por envidias o chismes.
- Dignidad profesional: Otros usuarios enfatizaron que si hay alguien “correcto en este mundo es Andrea Meza,” admirándola porque siempre muestra una actitud digna y profesional.
- Doble crítica: Se señaló la incoherencia de las críticas, mencionando que si Meza hubiera festejado “decían que ‘ni disimulaba’,” y al no decir nada, argumentan que “tampoco estuvo de acuerdo.” En esencia, se reiteró: “Andrea era jurado, no podía festejar.”
La teoría del susto ante el abucheo
Existe una segunda línea de análisis que ofrece una explicación alternativa a la seriedad de Andrea Meza: la preocupación por la reacción del público asistente.
Quienes defienden esta teoría sugieren que Meza se mantuvo seria no por inconformidad con la tabasqueña, sino porque estaba “asustada porque la gente, en su mayoría tailandesa, estaba abucheando” a Fátima Bosch. Interpretan que el gesto de la jurado no era una “cara de inconforme,” sino un “cara de susto por querer hacerle daño a su compatriota o incluso a ella.”
Hay que destacar, sin embargo, que tras el cierre del certamen, la Miss Universo 2020 demostró una actitud profesional y de apoyo al entrevistar a la tabasqueña, a quien felicitó, como se aprecia en otros videos que circulan en redes sociales, disipando la narrativa de un conflicto interno.
El episodio de Andrea Meza subraya la intensa lupa mediática bajo la que operan los actores del “círculo rosa”. Su obligada imparcialidad como jurado se contrapuso a la expectativa pública de un festejo nacional desbordado. ¿Es posible, en un evento de esta magnitud, que la profesionalidad de una figura pública sea interpretada automáticamente como una señal de desacuerdo o envidia, distorsionando la verdadera dinámica detrás del panel de jueces?
