Quesito Oaxaca: el alto costo emocional de la fama viral en 2025

Kass Quezada, Quesito Oaxaca, confiesa en Las Alucines que sufre una recaída de depresión en 2025. Analizamos cómo la autoexigencia y el hate en redes han afectado su salud mental.

AL MOMENTO

En el auge de su popularidad, Kass Quezada, la reconocida Quesito Oaxaca, ha revelado la brutal realidad detrás de la fama digital. Durante el podcast Las Alucines, confesó ante sus seguidores el regreso de una grave depresión que la ha golpeado en este 2025, exponiendo la autoexigencia y el acoso como catalizadores.

La confesión en noviembre de 2025: “Tengo depresión otra vez”

Kass Quezada, identificada por su audiencia como Quesito Oaxaca, realizó una de las revelaciones más personales ante su comunidad de seguidores. La influencer se sinceró en el último episodio del podcast Las Alucines, titulado ‘Somos famosas’, donde reflexionó junto a Lupita Villalobos sobre la dualidad de su vida personal y su trabajo, analizando los pros y contras de la exposición pública.

El punto central de la discusión, que rápidamente se viralizó, fue la confesión de que padece depresión. Esta enfermedad mental, que ya la había afectado en el pasado, regresó en 2025 ante la creciente popularidad en redes sociales y las elevadas exigencias del público.

Quesito, una joven de 28 años, ha sido históricamente abierta sobre temas de salud mental. Recordó cómo su comunidad la asistió en un periodo anterior:

> “Mi comunidad me salvaron, realmente me salvaron. Yo se los conté, cuando estaba en gobierno yo tenía depresión porque yo ya me sentía muy ‘así’. Pero yo hoy, esto sí no lo he dicho, yo tengo depresión otra vez y me dan ganas de llorar porque digo ‘ah’, fue mucho, mucho, mucho”, relató Quesito a Lupita Villalobos.

A pesar de que 2025 ha sido un año marcado por triunfos y éxitos profesionales, la creadora de contenido atraviesa nuevamente un periodo complicado.

El impacto del odio en línea y la autoexigencia

Durante el episodio de noviembre de 2025, Quesito Oaxaca, quien se ha convertido en una de las figuras más importantes del entretenimiento, expuso las razones detrás de esta recaída. Mencionó que aunque se sigue enfrentando a las consecuencias de la depresión, también agradece que dentro de todo lo malo, como el hate y las críticas, hay bondad en sus fans.

No obstante, la exposición exacerbada a la crítica fue un factor determinante en el deterioro de su bienestar emocional:

  •  Críticas destructivas: “Ya no estaba acostumbrada a que la gente me hablara mal, entonces siento yo que fue eso.”
  •  Distorsión mental: La exposición la llevó a “creer que yo era basura, que se me volteó el cerebro, la neta se me volteó”.
  •  Presión interna: “También siento que fue esa autoexigencia que me puse yo la que me llevó a que se me cruzara el cable un poco”, se sinceró la influencer.

La exposición a ser una figura pública la hizo caer en esta depresión de la que apenas se anima a hablar con sus fans.

La distinción entre creador y persona

En la conversación, Kass Quezada también aprovechó para recordar a su audiencia la importancia de la humanidad detrás de la pantalla, haciendo un llamado al respeto y a la compasión. Su objetivo fue que sus seguidores entendieran que ella los entretiene y ellos la respetan, pero hay un límite en la interacción.

Ella puntualizó que su relación con los seguidores debe basarse en un entendimiento mutuo, dejando claro su rol:

> “También pienso que no se te puede olvidar que yo también soy gente, no soy un chango, no soy un robot, no soy nada. Entonces mientras exista esta mancuerna de, yo te entretengo y tú me apoyas, excelente”, concluyó.

Advirtió sobre el peligro de transformar la relación de apoyo en una exigencia desmedida: si se empieza a hacer esta relación donde “yo te entretengo, te debo, te tengo que dar algo y además me puedes exigir a un nivel de cosas que no puedo hacer, creo que ahí es cuando ya se empieza a trastornar un poquito de lo que es un creador de contenido y una comunidad”.

Lupita Villalobos coincidió con su colega, hablando sobre los duros comentarios que suele recibir en redes. Aseguró que “al estar más expuesta, les caemos gordas a más personas”. Añadió que lee “cosas tan horrendas” sobre su personalidad o la forma en que habla, calificándolo como “horrible”, pero al final intenta no prestar atención. Sin embargo, aseguró que si algún día le dejan de importar las críticas, es porque habrá dejado de amar lo que hace como influencer.

Suspicacia sobre posible autismo y un ruego final

Es importante mencionar que Kass Quezada ha revelado en distintas ocasiones que tanto ella como su médico sospechan de algún grado de autismo; sin embargo, no tiene ningún diagnóstico que lo confirme o descarte. En cambio, sí ha hablado de la depresión que sufrió hace unos años y que ha resurgido en 2025.

Finalmente, al mostrarse tan vulnerable ante el público, Kass Quezada pidió a sus seguidores que tengan compasión de ella. Asimismo, se mostró agradecida con la audiencia por ayudarle a cumplir sus sueños, pero hizo un ruego final sobre la cultura de la cancelación: “Yo no había hablado de ese tema, que tengo depresión, entonces me friki un poco; no me vayan a funar por tener depresión”, concluyó.

El testimonio de Quesito Oaxaca no solo es una confesión íntima, sino una radiografía del ecosistema digital, donde la humanidad de un creador se diluye bajo el peso de la exigencia mediática. ¿Hasta qué punto la audiencia es responsable de la salud mental de quienes la entretienen, y dónde traza la línea la autoexigencia profesional?

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