La desaparición de Valeria Afanador Cárdenas, una niña de diez años con Síndrome de Down, ha desatado una intensa movilización en Cajicá, Cundinamarca, Colombia. Tras su desaparición el 12 de agosto del Colegio Gimnasio Campestre Los Laureles, la comunidad y autoridades intensifican la búsqueda. Ahora, un nuevo testimonio familiar podría dar un giro crucial a la investigación.
Movilización por la desaparición de Valeria Afanador
La desaparición de Valeria Afanador Cárdenas ha provocado una intensa movilización en la comunidad de Cajicá, Cundinamarca, en el centro de Colombia. La pequeña, de diez años y quien vive con Síndrome de Down, fue vista por última vez el pasado 12 de agosto en el Colegio Gimnasio Campestre Los Laureles. Por su condición, Valeria necesita de sus familiares, quienes se han apoyado en toda su red de apoyo para localizarla.
Recompensa y foco de la búsqueda
Las labores de búsqueda se han centrado en el Río Frío, un afluente muy cercano al Colegio Gimnasio Campestre Los Laureles, pues se considera que la niña podría estar en esa vereda. Los padres de la niña, así como las autoridades, han ofrecido una recompensa de 50 millones de pesos colombianos, cerca de 230 mil pesos mexicanos, para quien dé información veraz que ayude a la localización de Valeria Afanador.
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Las autoridades escolares del Colegio Gimnasio Campestre Los Laureles señalaron que contaban con un video captado por sus cámaras en el que se observaba a Valeria cerca de una reja que desemboca al río.
Giro inesperado: El testimonio del abuelo
La desaparición de Valeria Afanador ha dado un giro en la investigación tras el testimonio de su abuelo. Una de las personas involucradas en su búsqueda es Manuel Afanador, quien dio un dato que no se encuentra en la carpeta de investigación de las autoridades, pero que tampoco ha sido descartado por las mismas, ya que se han enfocado en todas las posibilidades.
Entrevistado para *El Tiempo* de Colombia, el abuelo de Valeria indicó: «Dicen que vieron a un hombre alto y corpulento que se la llevó. Por ahí tienen los datos, pero están buscando la dirección». El familiar agregó que es como si alguien hubiera llamado a Valeria, «como intentando cruzar la reja, como si alguien al otro costado la llamara».
La hipótesis de las autoridades
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Por su parte, el capitán Álvaro Farfán, delegado departamental de Bomberos de Cundinamarca, dijo que no descartaban que Valeria Afanador se hubiera ocultado, pues los maestros comentaron que era una práctica que solía realizar continuamente en la escuela.
Mientras la comunidad de Cajicá se mantiene en vilo, cada nueva pista, como el testimonio del abuelo Manuel Afanador, es crucial para desentrañar el misterio de la desaparición de Valeria. La incertidumbre persiste, y la esperanza de encontrarla se aferra a cualquier información que pueda ofrecer claridad en este angustioso caso.
