El Dr. Simi y el Papa Francisco compartieron una amistad profunda y proyectos sociales; una historia de empatía, fe y legado con impacto mundial.
Una charla entre iguales cambió la vida de un empresario mexicano
En un rincón solemne del Vaticano, dos hombres sentados en sillas de ruedas conversaron como viejos amigos. Uno era el Papa. El otro, un empresario mexicano conocido como el Dr. Simi. Entre risas, reflexiones y sueños compartidos, tejieron una relación única que trascendió credos, fronteras y protocolos. Una amistad que hoy, tras la partida del pontífice, resuena como testimonio de empatía, vocación de servicio y legado social.
Una amistad improbable: cuando el Vaticano conoció al Dr. Simi
Un encuentro sin protocolos
Víctor González Torres, fundador de Farmacias Similares, recuerda ese día con claridad. Llegaron en silla de ruedas. No hubo saludos ceremoniosos ni títulos rimbombantes. Solo dos personas dispuestas a escucharse.
“Hablamos como dos viejos amigos”, confesó en entrevista con Adela Micha. Ese ambiente sin formalismos fue el terreno fértil para construir una relación basada en respeto mutuo y visión compartida del mundo.
Un Papa informado y empático
Francisco no era ajeno a la figura del empresario. “Él nos conocía. Sabía lo que hacíamos y le gustaba”, dijo González Torres. El Papa estaba al tanto de sus programas sociales y mostró simpatía por ellos. La admiración era recíproca: ambos compartían la idea de una Iglesia al servicio de los demás.
“La Iglesia debe ser para servir, no para servirse de los demás”, subrayó el empresario, alineado con la filosofía social que marcó el pontificado de Francisco.
Una vocación compartida por los más vulnerables
Más que un saludo papal: planes, acciones y legado
Lejos de ser una relación simbólica, hubo colaboraciones tangibles entre el empresario mexicano y el Vaticano. Entre ellas, el mantenimiento de los jardines del Palacio Apostólico y propuestas de impacto social orientadas a los más desfavorecidos.
“Hicimos muchas cosas juntos. Arreglamos los jardines. Somos cuates, digamos”, expresó con afecto González Torres.
Proyectos inconclusos y sueños por cumplir
Algunos planes quedaron en pausa debido al deterioro de salud del Papa, aquejado por una fuerte neumonía en sus últimos meses. No obstante, el deseo del empresario es que esos proyectos se retomen, como homenaje al legado del pontífice latinoamericano.
“Lo que me mantiene activo es ayudar”, comentó, convencido de que su misión personal honra la memoria de su amigo.
El peluche más famoso del Vaticano
El gesto viral del Dr. Simi
En octubre de 2023, un peluche del Dr. Simi vestido de Papa robó titulares en redes sociales. Fue un obsequio de Farmacias Similares a Francisco, con trajes típicos mexicanos y atuendos papales. El momento se viralizó, no por su peculiaridad, sino por lo que representaba: una señal de apertura, inclusión y ternura.
Un mensaje a quienes construyen con sus manos
El muñeco fue confeccionado por CINIA, una empresa mexicana que emplea a personas con discapacidad. El Papa, siempre atento al detalle, aprovechó el gesto para enviarles un mensaje:
“Sigan mirando al horizonte. A cada uno de nuestros hermanos que necesita. Que espera aliento para dar un paso adelante”.
Ese video, difundido en TikTok, reflejó el espíritu del Papa: solidaridad con los invisibilizados y confianza en los pequeños actos que transforman vidas.
La huella de un pontífice en la vida del Dr. Simi
Más que admiración: una hermandad espiritual
A sus 77 años, González Torres sigue impulsado por una idea que compartió con Francisco: el deber moral de usar los recursos, la visibilidad y el poder para ayudar a los demás.
Esa convicción fue reforzada por las conversaciones con el Papa, en las que hablaron de Argentina, del medio ambiente, y de la vocación de servicio.
“Simpatizamos mucho”, dijo el empresario. Esa simpatía no fue superficial: fue una alianza espiritual que dejó huella.
¿Qué nos deja esta historia?
La muerte del Papa Francisco marca el fin de una era para la Iglesia y para quienes lo conocieron. Pero también abre una pregunta poderosa:
¿Qué hacemos con los vínculos que sembramos en vida?
Para Víctor González Torres, la respuesta está en la acción: continuar ayudando, construyendo, sirviendo. Y en el ejemplo del Papa, encontrar una guía para seguir mirando al horizonte.
