La política agrícola en México ha tomado un giro estratégico y profundamente cultural. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó el programa nacional diseñado para asegurar la protección del maíz nativo México y, simultáneamente, elevar el bienestar de 1.5 millones de pequeños productores agrícolas, principalmente ejidatarios y comuneros.
El programa, titulado “El maíz es la raíz”, es el producto de meses de trabajo de un grupo multidisciplinario que investiga cómo proteger el maíz nativo, garantizando al mismo tiempo que “vivan con bienestar las familias que se dedican al cultivo de la milpa”, explicó la mandataria durante la conferencia de prensa.
El lanzamiento y la escala de “El maíz es la raíz”
Este programa es catalogado como integral, con la ambición de que sus efectos permanezcan en el tiempo y no se limiten a ser solo un apoyo directo. La esencia de la iniciativa radica en que el millón y medio de campesinas y campesinos que siguen utilizando el maíz nativo puedan conservarlo.
La presidenta Sheinbaum subrayó la dualidad del objetivo: “es la esencia de México, por eso decimos ‘El maíz es la raíz’, y al mismo tiempo pues puedan alimentarse de lo que ellos siembran y pueden tener un ingreso adicional con esta producción”.
Un modelo integral de desarrollo comunitario
María Luisa Albores González, directora general de Alimentación para el Bienestar, detalló que el objetivo central es impulsar la conservación, producción, transformación y comercialización del maíz nativo mexicano, fortaleciendo los sistemas agroalimentarios comunitarios.
La estrategia se apoya en tres pilares fundamentales que buscan la autonomía económica de los productores:
- Aumento de la productividad: Se logrará mediante acompañamiento técnico y la maquinaria apropiada para el intercambio de saberes.
- Garantía de la conservación: Enfocada en la mejora de la semilla.
- Valor agregado en la comercialización: Se impulsará la creación de productos finales como tortillerías, tostadas, totopos y comaleras.
La presidenta Sheinbaum explicó que el beneficio económico para los productores va más allá de los precios de garantía. Además de que la milpa les dará de comer, podrán comercializar su excedente a mayor precio. “Les vamos a dar el acompañamiento para que puedan hacer totopos, tostadas o tortillerías de maíz nativo”, afirmó la mandataria.
La estrategia de implementación por regiones
La Dirección General de Alimentación para el Bienestar detalló la metodología geográfica para el despliegue del programa. Se establecieron ocho regiones en el país donde se ubican un total de 1 millón 446 mil 293 productores.
La aplicación del programa se realizará en tres etapas progresivas:
- Primera etapa (Próximo año): Se iniciará en las regiones Sureste, Pacífico Sur y Tabasco, que en conjunto comprenden siete estados. Esta fase inicial impactará a 677 mil 05 productores.
- Segunda etapa: Arrancará en la región Sureste, Pacífico, Sur, Centro y Golfo, Centro, abarcando dieciséis estados y un universo de 1 millón 221 mil 677 productores.
El plan contempla alcanzar una cobertura del 100% de los productores para el año 2028, asegurando así la consolidación nacional de la iniciativa.
La “Milpateca”: autonomía y soberanía tecnológica
De la estrategia productiva, se destaca la creación de la “Milpateca”, diseñada para impulsar la producción agroecológica de maíces nativos.
Este esquema productivo busca fortalecer la autonomía y soberanía tecnológica de la comunidad a través de:
- El acceso colectivo a herramientas y maquinaria ligera.
- El recurso inicial para la adquisición de dicha maquinaria y herramienta.
- El uso compartido y la propiedad colectiva de los bienes.
- Una estrategia clara para el mantenimiento y la sostenibilidad de los equipos.
Este enfoque no solo busca mejorar la productividad, sino también asegurar que el conocimiento y los medios de producción permanezcan bajo el control de las comunidades campesinas.




