La crisis en el aire: el vuelo Volaris 3382 y la amenaza de bomba

El incidente en el vuelo Volaris 3382 reaviva la preocupación por la seguridad aérea. Descubre cómo Jonathan, de 36 años, fue sometido por la Guardia Nacional tras amenazar con una bomba.

AL MOMENTO

La tarde del pasado martes, 11 de noviembre de 2025, el vuelo Volaris 3382 de Tijuana a Veracruz se convirtió en una escena de pánico. Un pasajero, identificado como Jonathan, generó una alarma de seguridad al amenazar con detonar un artefacto desconocido. La rápida intervención de la tripulación y la Guardia Nacional fue crucial para contener la amenaza y desviar la ruta de la aeronave.

Desviación de emergencia y la detención de Jonathan

El incidente a bordo se desarrolló en el vuelo 3382, el cual había despegado de Tijuana con destino a Veracruz. Según reportes y el comunicado oficial de la aerolínea, la aeronave tuvo que aterrizar de emergencia en la ciudad de Monterrey, específicamente en el Aeropuerto Internacional General Mariano Escobedo.

El individuo, identificado como Jonathan, de 36 años de edad, fue el centro del conflicto. Testigos aseguraron que Jonathan desató una acalorada discusión con la tripulación y otros acompañantes a bordo. Al exigírsele mantener la calma, el hombre respondió con amenazas, asegurando tener una supuesta bomba, lo que desató la alarma máxima en el avión.

Jonathan, quien utilizaba una gorra negra y una playera negra, fue sometido por elementos de la Guardia Nacional (GN) y de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) que ya esperaban en tierra.

El sometimiento y el protocolo de seguridad

Una pasajera compartió a través de redes sociales el momento exacto en que tres elementos de la Guardia Nacional sometían al individuo para esposarlo y retirarlo de la aeronave. El hombre de 36 años, originario de Veracruz, quedó a disposición de las autoridades federales tras el incidente.

El protocolo de seguridad en tierra fue inmediato y riguroso:

  •  Binomios caninos y un escuadrón explosivo acudieron para comprobar la veracidad de la amenaza y determinar si existía un artefacto que pusiera en riesgo la aeronave de Volaris.
  •  Además de la movilización en pista, el aeropuerto de Monterrey cerró la Terminal A durante casi una hora como medida preventiva.

Volaris confirma el incidente y la actuación del capitán

Volaris emitió un comunicado oficial sobre el suceso, confirmando la alteración del itinerario y la detención del pasajero:

> “Volaris informa que el vuelo 3382 que partió de Tijuana rumbo a Veracruz, aterrizó en la ciudad de Monterrey debido a la presencia de un cliente que no acató las indicaciones de seguridad de la tripulación y se comportó de manera disruptiva hacia sus acompañantes y la tripulación”.

Pese a la gravedad de la amenaza de bomba, el comunicado de la aerolínea subrayó que la tripulación siguió los protocolos de seguridad. El capitán del vuelo informó posteriormente que el avión nunca estuvo en peligro real. No obstante, el cambio de ruta fue mandatorio para salvaguardar la integridad de los pasajeros y la tripulación, contando con la intervención de las corporaciones de seguridad al llegar a tierra.

Jonathan fue catalogado como el “criminal” por las autoridades y su detención por parte de la Sedena y la Guardia Nacional culminó un episodio de riesgo que puso a prueba los protocolos de seguridad aérea nacional. La imagen de Jonathan sometido, capturada por pasajeros, evidenció la tensión vivida durante el desvío.

La eficacia de los protocolos de seguridad y la coordinación entre Volaris, Sedena y Guardia Nacional fueron determinantes para resolver la situación. Sin embargo, el incidente reabre el debate sobre la seguridad en los vuelos comerciales y el manejo de pasajeros disruptivos en pleno vuelo.

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