Durante el 1 y 2 de noviembre, el velo entre mundos se adelgaza, permitiendo a las ánimas visitar a sus seres queridos. La ofrenda del Día de Muertos es el puente milenario que honra su memoria. Sin embargo, el cierre de este ciclo ritual requiere precisión y respeto. ¿Cuál es el momento adecuado para quitar la ofrenda del Día de Muertos sin ofender a los difuntos?
El ciclo de la visita: fechas clave y la ofrenda como puente
Cada año, durante el 1 y 2 de noviembre, el velo entre el mundo de los muertos y el de los vivos se vuelve tan delgado que es posible sentir a las ánimas que regresan para visitar a sus seres queridos. Gracias a las ofrendas del Día de Muertos, es posible seguir con una tradición milenaria y, al mismo tiempo, recordar a las personas que ya no se encuentran con vida.
Uno de los elementos clave durante la celebración del Día de Muertos son las ofrendas que, con flores de cempasúchil, velas, alimentos, fotografías y objetos personales, sirven para honrar a nuestros muertos.
Aunque la tradición se ha extendido hasta el 28 de octubre, que es cuando las mascotas fallecidas regresan, los días rituales clave son:
- El 1 de noviembre (Día de Todos los Santos): Se dedica a las niñas y niños fallecidos, así como a los llamados “muertos chiquitos”.
- El 2 de noviembre (Día de los Fieles Difuntos o Día de Muertos): Reservado para los adultos que fallecieron.
El momento preciso para desmontar la ofrenda del Día de Muertos
El momento más adecuado para quitar la ofrenda es la noche del 2 de noviembre o la mañana del 3, ya que se cree que en ese lapso las almas emprenden su regreso al mundo espiritual.
Quitar la ofrenda antes de la conclusión del ciclo, específicamente antes del 2 de noviembre, se considera una falta de respeto hacia los difuntos. El altar representa una invitación, una mesa puesta para quienes regresan desde el más allá. Si se retira antes de que concluya el periodo de visita, es como si se cerraran las puertas de la casa antes de despedir a los invitados. La tradición enseña que las almas deben sentirse bienvenidas y que su presencia, aunque invisible, debe ser tratada con cariño y paciencia.
Flexibilidad comunitaria en la prolongación de la despedida
En muchas comunidades, la tradición varía. Algunas familias optan por dejar la ofrenda hasta el 4 o incluso el 7 de noviembre, como una forma de prolongar la despedida. Lo más importante es actuar siempre con respeto y de acuerdo con el sentido que cada familia le da a la tradición.
El ritual del cierre: pasos para retirar los elementos con respeto
Cuando llega el momento de desmontar la ofrenda, se recomienda hacerlo con calma y respeto. Este acto no debe verse como una simple tarea doméstica, sino como el cierre de un ciclo ritual. Es una oportunidad para agradecer y reflexionar sobre el valor de la memoria, el amor y la continuidad entre generaciones.
Por ello, se recomienda no hacerlo con prisa ni de forma desordenada, sino como una despedida simbólica en la que se honra el vínculo entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
Para desmontar la ofrenda de forma que sea respetuosa, se pueden seguir estos pasos:
- Esperar el tiempo prudente: Aguardar al menos la mañana del 3 de noviembre, o la noche del 2, antes de comenzar a retirar los elementos. Esto permite dar tiempo a la visita de las almas.
- Realizar una pequeña ceremonia de despedida: Se puede encender una vela blanca, utilizar copal o incienso para purificar el espacio y pronunciar unas palabras de agradecimiento a los difuntos.
- Destino de los elementos:
- Las flores de cempasúchil se pueden enterrar o poner en el jardín como símbolo de retorno a la tierra.
- Los objetos personales, fotografías y papel picado pueden guardarse para usarse el próximo año.
Recuerde que es importante mostrar una actitud de gratitud y reconocimiento, por lo que el acto de quitar la ofrenda no debe ser apresurado ni descuidarse, ya que se considera parte de cerrar ese ciclo de memoria.
¿Se debe o no consumir la comida de la ofrenda? Un dilema tradicional
Durante el Día de Muertos, los platillos que se colocan en el altar tienen un propósito espiritual. Según la tradición mexicana, las almas regresan del más allá para disfrutar del aroma y la esencia de los alimentos, no del alimento físico. Por eso, al terminar la celebración, se dice que la comida ya no alimenta a los vivos, pues cumplió su función de nutrir espiritualmente a las y los difuntos.
Dos visiones sobre la comunión de alimentos
Existe un simbolismo dual respecto al consumo de estos alimentos:
- Visión del respeto absoluto: En muchas regiones del país no se acostumbra comer la comida de la ofrenda, precisamente por respeto a ese simbolismo, pues se considera que lo ofrecido pertenece a los muertos, y que tomarlo después sería como “quitarles” lo que se les dio. Algunos medios mencionan que “no se debería comer los alimentos de la ofrenda” porque se cree que los espíritus han absorbido su esencia.
- Visión de la unión y la memoria: Por otro lado, en muchas familias sí se consume la comida de la ofrenda. Esto se interpreta como un acto de comunión y memoria, pues el compartir los alimentos con los difuntos simboliza mantener vivo el lazo familiar. Además, es una forma de no desperdiciar la comida, siempre que esté en buen estado. Algunas personas incluso preparan una comida familiar el 3 de noviembre, después de desmontar la ofrenda, en la que se reúnen a comer el pan, las frutas o los dulces que formaron parte del altar. En ese caso, más que una falta de respeto, se considera un gesto de unión.
Si se decide comer la comida de la ofrenda, la recomendación es hacerlo con gratitud y recordando que esos sabores fueron ofrecidos en honor a quienes siguen vivos en el corazón.
La festividad del Día de Muertos se centra en la creencia de que los espíritus de los difuntos regresan al mundo de los vivos durante determinados días para convivir, ser recordados y disfrutar simbólicamente de lo que se les ofrece. Desmontar la ofrenda con la debida calma y respeto es el último acto de amor y memoria. ¿Estamos realmente listos para cerrar el ciclo, o preferimos prolongar la despedida hasta la próxima visita?




