En un movimiento que busca alinear la justicia interna con sus fallos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) inició el foro de consulta para elaborar el Protocolo SCJN violencia género. La alta dirección reconoce que, para alcanzar una “justicia real y verdadera”, es imperativo reeducar los comportamientos cotidianos en el máximo tribunal.
La necesidad de reeducación en la casa de la justicia
El proceso de consulta para la creación del Protocolo de Prevención y Atención de la Violencia de Género Laboral y Discriminación en la SCJN fue impulsado por la Presidencia del máximo tribunal, buscando garantizar que el ambiente laboral se corresponda con los principios de justicia que defiende la institución.
El llamado a la justicia real
José Hernández Hernández, secretario general de la Presidencia del máximo tribunal, subrayó la necesidad ineludible de contar con este instrumento. Aseguró que el protocolo es fundamental para garantizar una justicia real y verdadera dentro del Poder Judicial.
El funcionario hizo un llamado a la transformación cultural interna, enfatizando:
- Reeducación obligatoria: “Porque todas, todes y todos tenemos que reeducarnos en este comportamiento en nuestro actuar cotidiano en esta casa de la justicia.”
 - Participación directiva: Hernández Hernández celebró la alta afluencia al foro, destacando la presencia de líderes y personal clave, lo cual es indicativo de un compromiso institucional: “me da mucho gusto que esté lleno este espacio, veo a muchas personas que tienen cargos directivos, muchas compañeras que tienen función jurisdiccional y de apoyo a la función jurisdiccional y eso es muy importante.”
 
Sin protocolo específico: La urgencia de un referente de buena práctica
La iniciativa surge a partir del reconocimiento de una falta específica en la regulación interna del máximo tribunal, lo que exige la creación de un marco de acción claro y definido para el personal.
Cristina Solano, directora de Prevención, Atención y Seguimiento a Casos de Violencia de Género de la SCJN, enfatizó la importancia crítica de que este protocolo se elabore y sirva como un referente de buena práctica a nivel institucional.
El vacío legal interno fue uno de los principales motores de la iniciativa, según Solano:
> “Nos hemos propuesto construir un protocolo de prevención y atención a la violencia de género, puesto que en la Corte no contamos con un protocolo específico para el personal que labora aquí.”
El diálogo con el personal: Reconocimiento de las problemáticas
Solano destacó la crucial participación de los trabajadores de la SCJN, quienes deben opinar abiertamente sobre las problemáticas que enfrentan en la materia y exponer sus necesidades. La construcción de la herramienta se basa en un amplio diálogo previo.
Señaló que, en los días previos, se llevó a cabo un proceso de acercamiento con los líderes y colegas:
- Acercamientos con titulares: “Hemos tenido la oportunidad de tener los acercamientos con todos los titulares, con directoras, directores, coordinaciones, unidades generales.”
 - Diálogo con colegas: “Pero también hemos tenido el diálogo también, de alguna u otra forma, con varios colegas que laboramos aquí en la Corte.”
 
El resultado de estas consultas fue unánime, confirmando la necesidad de un instrumento detallado: “sí hay la necesidad de contar con un protocolo específico para atender las distintas formas de la violencia de género, laboral y discriminación”.
La elaboración de este protocolo no es solo un trámite administrativo, sino un examen profundo de la Suprema Corte consigo misma. Al demandar “justicia real y verdadera” para el país, el máximo tribunal debe demostrar primero que puede ser un espacio seguro y libre de discriminación para quienes operan la ley día a día.




