En el marco del 115 aniversario de la Revolución Mexicana, la Presidenta Claudia Sheinbaum usó la historia como espejo. Desde el Zócalo capitalino, la mandataria lanzó una advertencia tajante: el que cree que la transformación duerme se equivoca. La titular del Ejecutivo señaló que los opositores buscan el regreso al Porfiriato, un periodo histórico de despojo y privilegios.
La revolución contra el regreso a la imposición
Al encabezar el desfile conmemorativo en el Zócalo de la Ciudad de México, la Presidenta Claudia Sheinbaum realizó un repaso histórico y político. Aseguró que el país no experimentará una regresión, destacando que México no volverá a caminar hacia atrás.
La Presidenta enfatizó que la paz y la tranquilidad son fruto directo de la justicia, por lo cual los discursos contrarios no tienen resonancia en el pueblo. Advirtió contra quienes:
- Normalizan la violencia como camino.
- Glorifican la imposición.
- Pretenden restaurar un país de privilegios para unos cuantos.
Sheinbaum delineó una serie de errores que, a su juicio, comete la oposición al confrontar a su movimiento.
La lista de los que se equivocan, según la titular del ejecutivo
La mandataria fue contundente al enumerar las acciones que, según ella, demuestran un error de cálculo político por parte de los adversarios.
“El que convoca la violencia, se equivoca; el que alienta al odio, se equivoca; el que cree que la fuerza sustituye a la justicia, se equivoca”, afirmó la titular del Ejecutivo.
La lista de errores se extendió a la política exterior y la percepción de la ciudadanía:
- El que convoca a una intervención extranjera, se equivoca.
- El que piense que aliándose con el exterior tendrá fuerza, se equivoca.
- El que cree que las mujeres somos débiles, se equivoca.
- El que cree que la transformación duerme, se equivoca.
- El que piensa que las campañas de calumnias y mentiras hacen mella en el pueblo y en los jóvenes, se equivoca.
- El que piensa que el pueblo es tonto, se equivoca.
El poder para servir: la crítica al porfirismo
La Presidenta Sheinbaum hizo hincapié en que México vive hoy un momento que antes parecía imposible, pues el poder dejó de usarse para someter y ahora se usa para servir. Recalcó que la nación cuenta con una Constitución, democracia, y un gobierno que escucha, respeta y responde a su pueblo, eliminando las imposiciones y los privilegios.
Precisamente, esta defensa del momento actual fue el punto de partida para su crítica a la historia y a la oposición.
La sombra de Porfirio Díaz
La Presidenta advirtió que los opositores buscan regresar a la época del Porfiriato. Subrayó la “responsabilidad histórica” de recordar los 34 años del porfirismo y la Revolución.
Los señalamientos fueron directos contra quienes “reivindican la mano dura por encima de la ley” y aquellos que defienden la ultraderecha o “esa libertad que sólo disfruta los privilegiados”. Según Sheinbaum, estos actores no conocen ni la historia de México ni a su pueblo.
El periodo de Porfirio Díaz, que abarcó de 1876 a 1911 (30 años en el poder), fue señalado por los contrastes en su administración. La mandataria alertó sobre la similitud entre el porfirismo de entonces y el que supuestamente intentan revivir hoy:
- El despojo.
- El exterminio silencioso.
- La esclavitud.
- Una prensa callada.
- Una paz impuesta.
Además, pidió a la ciudadanía no olvidar el periodo previo al de la actual transformación, que se caracterizó por 36 años de regresiones, pobreza, desigualdad, corrupción y privilegios.
Autoridad moral: la respuesta a los ataques
La advertencia de Sheinbaum se produce en un contexto en el que la derecha ha emprendido una serie de ataques contra la Presidenta y el movimiento que encabeza en los últimos días.
Frente a estas acciones, la mandataria remató su discurso con una reflexión sobre los valores éticos en la política.
“La autoridad moral no se compra ni con todo el dinero del mundo, se construye a lo largo de la vida, con coherencia y convicciones”, concluyó.
El discurso de la Presidenta Claudia Sheinbaum, en el 115 aniversario de la Revolución, establece una clara línea de batalla ideológica, marcando el periodo anterior como una regresión y elevando la Cuarta Transformación al nivel de la gesta revolucionaria. ¿Podrá esta narrativa histórica ser suficiente para neutralizar los ataques de la oposición y consolidar su visión de futuro para México?




