El retiro de la visa a Marina del Pilar sacudió el escenario político de Baja California. Pero fue una incendiaria declaración de un diputado la que desató una tormenta a nivel nacional.
Un escándalo que trasciende fronteras
La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, y su esposo, Carlos Torres, enfrentan una situación delicada: el retiro de sus visas estadounidenses sin previo aviso. El hecho fue confirmado el 10 de mayo, generando inquietud tanto en el entorno político como en la opinión pública.
“Que el Departamento de Estado de los Estados Unidos haya cancelado mi visa no significa que haya hecho algo malo”, aseguró la mandataria en conferencia de prensa. Subrayó que la decisión fue meramente administrativa, sin acusaciones ni delitos.
Sin embargo, lo que debió ser un procedimiento discreto escaló a crisis política cuando el diputado local Danny Fidel Mogollón, de la bancada de Morena, defendió a la gobernadora con un argumento explosivo.
El argumento que encendió la polémica
Durante un debate en el Congreso local, se analizaba la posibilidad de llamar a comparecer a Marina del Pilar para explicar la revocación de su visa. En ese contexto, Fidel Mogollón lanzó una declaración que dejó a muchos sin palabras:
“Conozco gente de lo peor que tiene visa, que se dedica al narcotráfico, que se dedica a la trata y tienen visa, y exhiben fotos en Estados Unidos.”
Su intención era desacreditar el supuesto valor moral de tener una visa, pero el efecto fue el opuesto. Admitir conocer criminales con libre paso a EE.UU. encendió todas las alarmas.
La presunción de inocencia, según Morena
Mogollón apeló a la “presunción de inocencia” para defender a Marina del Pilar y criticó el uso político del caso. “Que sean las autoridades mexicanas quienes definan qué está bien o mal”, enfatizó.
Aunque sus palabras buscaban blindar a la gobernadora, abrieron un debate más amplio sobre la relación entre poder, justicia y corrupción transnacional.
Marina del Pilar responde: “No hay nada que esconder”
La gobernadora no tardó en responder. Visiblemente tranquila, se mostró segura de su integridad:
“Jamás le he hecho daño a nadie ni lo haré porque hay valores que son pilares en mi vida. No le busquen, no hay nada qué esconder.”
Para Del Pilar, la revocación fue una herramienta de presión política. Su mensaje fue claro: no hay delitos, solo una decisión administrativa manipulada para dañar su imagen.
La política de visas de EE.UU.: una caja negra
La decisión del Departamento de Estado estadounidense de retirar visas sin explicación es legal, pero opaca. Muchos funcionarios mexicanos, incluso gobernadores, carecen de visa sin que esto implique necesariamente una sanción penal.
Sin embargo, cuando la política y el crimen organizado se cruzan, la línea entre lo legal y lo moral se vuelve difusa.
Visa no es sinónimo de integridad
El caso ha puesto en tela de juicio el valor simbólico de la visa estadounidense. Como apuntó Mogollón, hay criminales con visa y funcionarios sin ella. La pregunta que queda es: ¿qué determina realmente la emisión o revocación de una visa?
Implicaciones futuras y escenarios posibles
La crisis podría escalar si se confirman investigaciones en EE.UU. o si el Congreso local decide citar a la gobernadora. Además, las declaraciones del diputado podrían derivar en una indagatoria por encubrimiento o conocimiento de delitos.
A nivel electoral, este episodio podría influir en la imagen de Morena en Baja California y en el noroeste del país.
La defensa a ultranza puede ser un boomerang. En un contexto donde la confianza en las instituciones es frágil, cada palabra cuenta. ¿Hasta dónde puede llegar el precio de blindar a un aliado político?
