La Fiscalía General del Estado de Quintana Roo ha desmantelado una operación que explotaba el dolor de los dueños de mascotas. Guillermo Alejandro “N” y Briseidy “N” fueron capturados este 30 de octubre de 2025 por su probable relación con un sofisticado fraude en un crematorio de mascotas en Quintana Roo, donde se ofrecía incineración que nunca se realizaba, culminando en delitos ambientales graves.
La fachada de sensibilidad y el crimen ambiental
La detención de Guillermo Alejandro “N”, identificado como el propietario del crematorio, y Briseidy “N”, empleada clave en el esquema, fue ejecutada en el municipio de Othón P. Blanco. Las primeras indagatorias revelan que el negocio operaba bajo una mecánica de engaño que incluía la simulación de servicios sensibles a las víctimas.
Los cargos que enfrenta la pareja están relacionados con hechos constitutivos de delitos contra el medio ambiente y la fauna, además de fraude a particulares. El modus operandi consistía en ofrecer diversos servicios de cremación que no se cumplían.
El esquema de engaño detallado
En lugar de incinerar correctamente a los perros, como se había pactado, la investigación apunta a que los cuerpos de las mascotas eran desechados. Guillermo Alejandro “N” se encargaba de meter a los animales muertos en bolsas de plástico para luego arrojarlos en lotes baldíos adyacentes al local comercial.
Para mantener la farsa y defraudar a los clientes, el propietario y su empleada entregaban a las familias urnas que contenían únicamente tierra, simulando ser las cenizas de la mascota fallecida.
Por su parte, Briseidy “N” jugaba un papel crucial en la recepción del dinero y en la simulación emocional del servicio. Ella era la encargada de recibir las transferencias bancarias de los clientes. Además, realizaba ceremonias con elementos rituales, incluyendo:
- Flores
- Incienso
- Velas
Estos actos eran ejecutados con el propósito de despedir a las mascotas, reforzando la credibilidad del servicio funerario que, en realidad, era inexistente.
Operación irregular y el hallazgo de 150 cuerpos
El caso tomó una dimensión alarmante tras las inspecciones realizadas por personal de la Representación Social. Se constató que el crematorio operaba en la completa ilegalidad.
Datos clave de la operación irregular:
- El local no contaba con los permisos municipales necesarios para su operación.
- Los hornos de cremación que debieron ser utilizados no presentaban indicios de haber sido usados.
- Pese a la falta de uso de la infraestructura adecuada, el crematorio brindó servicios de incineración con costos que oscilaban entre mil 500 y 2 mil 500 pesos.
La magnitud del fraude y la coordinación de justicia
Hasta el momento, las denuncias formales por este caso ascienden a 80 víctimas.
Elementos de la Fiscalía General del Estado, en una acción coordinada con la Secretaría de Ecología y la Procuraduría de Protección al Ambiente, además del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, llevaron a cabo inspecciones exhaustivas. Estas revisiones se concentraron en tres de cuatro predios baldíos ubicados en la colonia Barrio Bravo.
Como resultado de estas diligencias, se ha localizado el espeluznante número de 150 cadáveres de mascotas, los cuales estaban contenidos en bolsas de plástico, confirmando la escala del fraude y el daño ambiental.
Este organismo autónomo ha asegurado que continuará con las investigaciones de este caso bajo el principio de #CeroImpunidad y #JusticiaParaTodos, con el fin de procurar justicia a todas las víctimas defraudadas. Se hace un llamado urgente a la ciudadanía que haya contratado los servicios del crematorio para que acuda a la Fiscalía a presentar su denuncia formal y contribuir al esclarecimiento total de los hechos.


