Alan Ramírez, vocalista de Banda MS, sobrevivió a un disparo tras un show. La noche que casi muere, dice, habló con Dios.
La noche más gloriosa y más trágica
El 2 de julio de 2016 parecía ser una noche de gloria para Banda MS. Su debut en el Auditorio Nacional marcaba un antes y un después en la historia del grupo sinaloense. Sin embargo, para Alan Ramírez, vocalista de la agrupación, aquella madrugada se convirtió en una experiencia cercana a la muerte y, según sus palabras, a Dios.
El triunfo que terminó en tragedia
Un logro histórico para Banda MS
2016 fue un año clave para Banda MS, considerada una de las más influyentes en la música regional mexicana. Por primera vez se presentaban en el Auditorio Nacional, uno de los recintos más emblemáticos del país.
Esa noche, miles de fanáticos corearon sus éxitos. Fue un espectáculo lleno de energía, música y emociones. Pero cuando parecía que todo sería celebración, el destino dio un giro inesperado.
Un disparo en medio del júbilo
Al concluir el concierto, Alan Ramírez se dirigía a un hotel frente al recinto. Subió a una camioneta negra con la intención de reencontrarse con su familia. Fue entonces cuando ocurrió lo impensable: alguien disparó contra el vehículo.
La bala impactó el vidrio y lanzó esquirlas hacia su cuello.
El drama detrás del escenario
La espera que pudo costarle la vida
A pesar de estar herido, Alan se mantuvo consciente. Llegó por su cuenta al lobby del hotel, donde esperó en vano a una ambulancia que nunca llegó. Fueron sus amigos quienes lo trasladaron en una camioneta al hospital. “Nunca perdí el conocimiento, pero sí el miedo”, diría después.
El miedo a no regresar
Ya en el hospital, su esposa firmó la responsiva médica. Alan no pudo evitar el miedo: el temor de no volver a ver a sus hijos. Le pidió a su esposa que, si no salía del quirófano, cuidara de ellos y les dijera cuánto los amaba.
Fue entonces cuando Alan decidió hablar con Dios.
La experiencia espiritual de Alan Ramírez
Una súplica desesperada
A punto de entrar a cirugía para extraer las esquirlas del cuello, Alan hizo una petición emocional y desesperada.
“Le dije a Dios: ‘hazme un paro. Si no me necesitas allá arriba, déjame aquí. Tengo a mis hijos chicos, a mis papás quiero verlos grandes’”, recordó en entrevista con Yordi Rosado.
La silueta que lo tranquilizó
Cuando la anestesia comenzaba a hacer efecto, Alan asegura haber tenido una visión: vio a Dios. No como una luz abstracta, sino como una figura clara, con barba, mirada serena, corona de espinas y una aureola. Según su relato, esa imagen le respondió:
“No te preocupes, salvo”, fue lo que escuchó.
Alan afirma que ese momento cambió su vida para siempre.
¿Milagro o experiencia cercana a la muerte?
Ciencia y fe en debate
Las experiencias cercanas a la muerte (ECM) son reportadas en distintos contextos médicos. Algunas incluyen sensaciones de paz, encuentros con seres queridos fallecidos o incluso visiones divinas. La ciencia las estudia desde la neuropsicología; la fe, desde lo espiritual.
En el caso de Alan Ramírez, el testimonio tiene un alto contenido emocional y espiritual. Su historia no solo es un relato de supervivencia, sino también de transformación personal.
Impacto emocional y mediático
Su testimonio conmovió a miles. No solo se trataba de una estrella musical herida, sino de un hombre común que se enfrentó al miedo más profundo: la muerte. La entrevista con Yordi Rosado se viralizó, y muchos la interpretaron como un acto de fe pública.
Banda MS: resiliencia y regreso
Apoyo incondicional y regresó al escenario
Tras su recuperación, Banda MS mostró unión y fortaleza. Alan se reincorporó a los escenarios y la banda aprovechó el episodio para enviar un mensaje de agradecimiento a sus fans y de concientización sobre la violencia.
Alan hoy: una nueva mirada a la vida
Alan Ramírez no es el mismo desde aquel disparo. El susto lo llevó a valorar más su tiempo, a fortalecer sus lazos familiares y a vivir con más propósito.
¿Quién escucha nuestras súplicas?
La historia de Alan Ramírez es un testimonio crudo, honesto y profundamente humano. Una mezcla de fama, tragedia, fe y supervivencia. Nos deja una pregunta abierta: ¿qué haríamos si supiéramos que hoy puede ser nuestro último día?
¿Y si al borde de la muerte, tú también hablaras con Dios, qué le pedirías?
