Una mañana cualquiera en Brasil se volvió viral. Un video muestra ranas cayendo del cielo, gritos, caos y millones de visualizaciones. Pero, ¿realmente sucedió?
¿Una señal bíblica o un truco digital?
El supuesto fenómeno ocurrió en una localidad brasileña no identificada. En el video, docenas de personas corren mientras decenas de sapos caen del cielo. Algunos internautas lo llamaron “el apocalipsis tropical”. Otros, más escépticos, aseguran que es una creación digital.
La publicación en X (antes Twitter) superó los 3 millones de visualizaciones y acumuló miles de comentarios divididos entre creyentes y escépticos.
Mientras Grok, el chatbot de la propia red, respondía que el clip “no parece generado con IA”, herramientas como Deepware lo marcaron como “sospechoso en un 58%”.
Errores visuales, movimientos “antinaturales” y la falta de reflejos en los anfibios serían, según expertos, pistas que delatan un montaje digital.
Dios envía la primera plaga a Brasil pic.twitter.com/B12x7zFEsO
— Viral Zapping (@ViralZapping) October 17, 2025
Fenómenos reales: cuando los animales sí caen del cielo
Aunque suene imposible, la lluvia de animales es un fenómeno meteorológico documentado desde hace siglos.
Según la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos (LOC), trombas marinas o tornados pueden absorber ranas, peces o incluso piedras, elevándolos cientos de metros antes de soltarlos a kilómetros de distancia.
En palabras de Ernest Agee, profesor de meteorología en la Universidad de Purdue:
“He visto estanques literalmente vaciarse por un tornado. No sería raro que las ranas terminaran cayendo del cielo.”
El fenómeno ocurre cuando corrientes ascendentes extremadamente fuertes levantan pequeños animales o materia orgánica. Una vez que el viento pierde fuerza, el “milagro” se hace visible: una lluvia insólita de criaturas vivas.
Un repaso histórico de lluvias imposibles
Casos similares se han reportado desde el siglo XIX.
- 1873, Kansas City (EE.UU.): Scientific American documentó una lluvia de ranas sin pantanos cercanos.
- 2005, Serbia: un aguacero de ranas cubrió varios kilómetros rurales.
- 2010, Japón: miles de renacuajos cayeron tras una tormenta, desconcertando a los meteorólogos.
Estos registros alimentan la creencia de que la naturaleza, aunque impredecible, puede sorprender incluso más que la tecnología.
La delgada línea entre lo real y lo generado
El debate en redes sociales revela algo más profundo que un simple video viral: la confusión digital.
Con el avance de la inteligencia artificial generativa, distinguir entre un hecho real y una simulación se vuelve cada vez más difícil.
Expertos advierten que la desinformación visual —deepfakes, videos sintéticos o manipulados— podría convertirse en uno de los mayores retos de la próxima década.
En palabras del investigador Doc Horsley, de la Universidad del Sur de Illinois:
“Ya no basta ver para creer. Hoy, la realidad necesita evidencia técnica.”
Tal vez nunca sepamos si realmente “llovieron ranas” en Brasil.
Pero el fenómeno —natural o digital— nos recuerda una verdad ineludible: vivimos en una era donde la fe en lo que vemos ya no es garantía de verdad.
¿Y tú? ¿Confiarías en tus ojos… o en el algoritmo?