Daniel Lechuga lanza un llamado viral para “Recolonizar” la CDMX ante la creciente presencia de extranjeros en zonas como Roma y Condesa.
“Me sentí como ilegal en mi propio país”, dice Daniel Lechuga frente a la cámara. Está en la colonia Roma, rodeado de anuncios en inglés y cafés donde el menú ya no incluye salsa picante. Su indignación se viralizó en TikTok. El motivo: la presencia creciente de extranjeros en la Ciudad de México y lo que él llama “La colonización inversa” de barrios tradicionales.
¿De qué hablamos cuando hablamos de “Recolonizar” la CDMX?
Un fenómeno viral con tintes políticos y sociales
El video de Lechuga no es un caso aislado: en cuestión de horas acumuló cientos de miles de visualizaciones y comentarios encendidos. Pero detrás del clip viral hay una conversación más profunda: ¿Qué pasa cuando un fenómeno global como la migración digital choca con la identidad barrial de una ciudad como la CDMX?
La palabra que incomoda: “recolonizar”
Usar el término recolonizar implica un fuerte simbolismo histórico. En un país marcado por el colonialismo, invocar este término no es una casualidad retórica, sino un grito político: la sensación de desplazamiento en el propio territorio.
Gentrificación en CDMX: ¿Quiénes están transformando los barrios?
Colonias preferidas por extranjeros: Roma, Condesa, Polanco
Según datos recientes, las siguientes zonas concentran la mayor cantidad de residentes extranjeros:
- Roma y Condesa: Epicentro del llamado turismo digital, con cafeterías hipster, coworkings y una estética europea.
- Polanco: Zona de lujo con embajadas, empresas internacionales y rentas en dólares.
- Santa Fe: Nodo corporativo que atrae expatriados de alto nivel ejecutivo.
- Del Valle y Narvarte: Más accesibles, pero ya experimentando alzas de rentas.
- Coyoacán: Elegida por su tranquilidad, historia y estética cultural mexicana.
Estos espacios se han transformado radicalmente en los últimos años: menús en inglés, rentas en dólares y negocios que priorizan al consumidor extranjero.
¿Qué es la gentrificación digital?
Este fenómeno ocurre cuando trabajadores remotos, en su mayoría provenientes de países desarrollados, se instalan en ciudades con menor costo de vida, como la CDMX. Con su presencia:
- Aumentan los precios de renta.
- Cambian los negocios locales.
- Se desplazan habitantes originales.
- Se homogeneiza la oferta cultural.
El resultado es una ciudad que luce más “Global”, pero también más excluyente.
La tensión identitaria: ¿Cuándo deja de ser “tu” barrio?
“Me sentí como ilegal”: La narrativa del despojo urbano
Cuando Lechuga dice que se sintió como ilegal, verbaliza lo que muchos habitantes han experimentado en silencio: la pérdida simbólica del espacio público. En algunas zonas, el español ya no es la lengua dominante. Las rentas superan los ingresos locales. Los vecinos de toda la vida se mudan porque ya no pueden pagar.
La paradoja del mexicano en México
Esta situación expone una tensión estructural: El mexicano no se opone a la presencia de extranjeros por xenofobia, sino por la desigualdad estructural que ésta evidencia. El extranjero que gana en dólares desplaza al local que sobrevive con pesos.
“No es odio al extranjero, es enojo ante la injusticia que representa”, resume un sociólogo de la UNAM.
¿Turismo o neocolonialismo? Las nuevas formas de apropiación
La economía del privilegio y sus efectos colaterales
Mientras algunos defienden que los nómadas digitales traen inversión, otros cuestionan si su impacto es realmente positivo. Según un estudio de AirDNA, las rentas en colonias como Roma y Condesa han subido más del 40% en los últimos cinco años, en gran parte por plataformas como Airbnb.
Esto ha derivado en:
- Expulsión de inquilinos históricos
- Reconversión de viviendas en hoteles ilegales
- Saturación de servicios públicos
- Alteración del tejido social
¿Puede regularse este fenómeno?
Algunos países han impuesto regulaciones para frenar la gentrificación digital:
- España: Límites al alquiler turístico en zonas saturadas.
- Portugal: Pausa en nuevas visas para nómadas digitales.
- México: Debate aún incipiente, pero creciente presión ciudadana.
El peso de la estética: ¿Quién decide cómo debe lucir una ciudad?
Menús sin chile, anuncios en inglés: la cultura domesticada
Una de las frases más comentadas del video de Lechuga fue:
“Basta de que la salsa no pique. Ya mejor dame miel.”
Más allá del tono, lo que denuncia es la alteración de prácticas culturales cotidianas para adaptarse al gusto del turista. ¿Qué ocurre cuando la hospitalidad se convierte en subordinación?
¿Hospitalidad o autoexclusión?
La crítica no es nueva. Desde hace años, activistas culturales alertan sobre el peligro de sacrificar la autenticidad por la rentabilidad.
El dilema es claro:
¿Cómo hacer de la CDMX un lugar acogedor sin convertirla en un parque temático para extranjeros?
El papel del Estado y los vacíos normativos
¿Dónde está la regulación inmobiliaria?
El crecimiento de rentas, la expansión de Airbnb y la llegada masiva de expatriados no ha sido acompañada por políticas públicas contundentes. Las autoridades locales han mostrado:
- Falta de estadísticas claras
- Vacíos legales para plataformas digitales
- Falta de protección al inquilino tradicional
¿Y los derechos de los habitantes históricos?
La Constitución de la CDMX reconoce el derecho a una vivienda digna y a la ciudad. Pero, en la práctica, ese derecho se ve erosionado por el mercado inmobiliario sin freno.
Según el Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva, más del 25% de los habitantes de la alcaldía Cuauhtémoc ha tenido que mudarse en la última década por alzas de renta.
¿Recolonizar o reorganizar? Lo que dice la sociedad civil
Más allá del TikTok: Propuestas desde abajo
Organizaciones barriales como Vecinos Unidos Roma-Condesa o CDMX no se vende proponen acciones concretas:
- Censo participativo de extranjeros y viviendas turísticas.
- Regulación de Airbnb y alquileres cortos.
- Incentivos fiscales a locales que mantengan precios accesibles.
- Participación ciudadana en planes urbanos.
Ciudad para todos, no solo para algunos
Frente al discurso de “Incomodar” al extranjero, muchos actores sociales proponen una alternativa más constructiva: defender el derecho de todos a la ciudad, sin caer en exclusiones.
¿De quién es la Ciudad de México?
La CDMX siempre ha sido un cruce de culturas. Pero cuando la convivencia se vuelve desigual, aparecen tensiones que explotan en redes sociales. El video de Lechuga fue un grito, una exageración y una metáfora a la vez.
¿Estamos construyendo una ciudad para vivir o para rentar?
La respuesta marcará el futuro de nuestras calles, nuestros barrios y nuestra identidad colectiva.