EE UU acusa por primera vez de terrorismo a un narco mexicano

EE UU lanza su primera acusación de terrorismo contra un narco mexicano por tráfico de fentanilo. Inicia una nueva era judicial.

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Pedro Inzunza no solo traficaba fentanilo, ahora enfrenta cargos por terrorismo. La guerra legal de EE UU contra los cárteles da un giro histórico.

Una acusación que cambia las reglas del juego

En una movida sin precedentes, el Gobierno de Estados Unidos ha imputado por narcoterrorismo a Pedro Inzunza Noriega y su hijo Pedro Inzunza Coronel, presuntos líderes de la organización de los Beltrán Leyva. Ambos están vinculados al tráfico de fentanilo, un opiáceo sintético que ha devastado comunidades enteras en Norteamérica.

El fiscal federal de California, Adam Gordon, ha liderado esta ofensiva legal bajo el operativo “Take Back America“. Esta es la primera vez que se aplica la etiqueta de “terrorismo” a un narco mexicano, marcando un antes y un después en la jurisprudencia estadounidense contra el crimen organizado transnacional.

Quiénes son los Inzunza y su conexión con el fentanilo

Pedro Inzunza Noriega, alias Sagitario o El 120, tiene 62 años y opera desde Los Mochis, Sinaloa. Su hijo, Pedro Inzunza Coronel, apodado Pichón, tiene 33 años. Ambos forman parte del núcleo criminal que coordinaba envíos marítimos de drogas a través de Centroamérica hasta los estados mexicanos clave como Oaxaca y Quintana Roo.

Según el FBI, fueron responsables de enviar decenas de miles de kilos de fentanilo y cocaína a EE UU. Sus cargamentos incluían marcas visuales como:

  • Sellos de Los Increíbles, la película de Pixar
  • Colores del arcoíris en las pastillas
  • Ladrillos con el logo de Louis Vuitton

Estas estrategias no solo eran camuflajes, sino también símbolos de poder y sofisticación criminal.

Un golpe político y legal con nombre propio: Donald Trump

El expresidente Donald Trump cumplió una de sus más controversiales promesas de campaña al firmar un decreto que designó a seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Esta acción, firmada el 20 de febrero, incluyó al Cártel de Sinaloa, principal proveedor de fentanilo a EE UU.

Esta política agresiva ha sido respaldada por figuras como Pam Bondi, fiscal general, quien declaró: “Los días de embrutecer sin consecuencias a los estadounidenses han llegado a su fin”. Bondi ha exigido cadena perpetua para los cinco acusados principales.

El objetivo: disuadir con penas ejemplares

Las acusaciones de terrorismo conllevan penas mínimas de 20 años de prisión y multas de hasta 20 millones de dólares. Además de los Inzunza, están implicados:

  • David Alejandro Heredia Velázquez (México)
  • Daniel Eduardo Bojórquez (México)
  • Javier Alonso Vázquez Sánchez (México)
  • Óscar René González Menéndez (Guatemala)
  • Elías Alberto Quirós Benavides (Costa Rica)

Este grupo forma parte de una red que lavaba dinero para el Cártel de Sinaloa, liderado por figuras como Iván Archivaldo Guzmán Salazar y José Gil Caro Quintero, parientes directos de históricos capos como El Chapo Guzmán y Rafael Caro Quintero.

Un sistema en expansión: el cáncer del narcoterrorismo

El fiscal Gordon lo dijo sin rodeos: “El narcoterrorismo es un cáncer que hace metástasis en la violencia, la corrupción y el miedo”. Su unidad, creada en abril, planea más cargos similares en los próximos meses.

Las autoridades estadounidenses consideran que este tipo de delitos, si no se enfrentan con nuevas herramientas legales, podrían desestabilizar no solo comunidades, sino instituciones enteras.

De las rutas del Pacífico a la justicia estadounidense

La red de los Inzunza controlaba rutas desde:

  • Ecuador
  • Costa Rica
  • Honduras
  • Guatemala

Hasta los estados mexicanos de:

  • Sinaloa
  • Chiapas
  • Guerrero

Su líder operativo era Óscar Manuel Gastélum Iribe, alias El músico. Él respondía directamente a Isidro Meza Flores, alias El Chapo Isidro, uno de los criminales más buscados actualmente.

En diciembre, la Armada de México asestó un duro golpe al grupo al confiscar 1,5 toneladas de pastillas de fentanilo en Sinaloa, el decomiso más grande de la historia reciente.

Un precedente que puede cambiar el combate al narco

La designación de terrorismo no solo aumenta las penas, sino que activa mecanismos legales más potentes: vigilancia financiera, decomisos y cooperación internacional ampliada.

En opinión de expertos, esta estrategia podría extenderse a otros grupos y líderes. Las repercusiones no se limitan a los tribunales: podría afectar también las relaciones diplomáticas entre México y EE UU.

Cierre reflexivo

¿Estamos ante un punto de inflexión en la lucha contra el narcotráfico? La acusación por terrorismo redefine la narrativa legal y política del combate al fentanilo. Pero también abre preguntas éticas, diplomáticas y judiciales sobre el futuro de la cooperación binacional. ¿Podrá este nuevo enfoque frenar la epidemia?

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