El inicio de una nueva era judicial
El 4 de mayo de 2025, María del Rosario Navarro Sánchez dejó de ser una figura anónima para convertirse en el rostro de un hito legal sin precedentes. A sus 39 años, esta ciudadana mexicana se convirtió en la primera persona en ser acusada formalmente en Estados Unidos de proporcionar apoyo material a una organización terrorista extranjera, el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La historia de Navarro Sánchez no solo redefine el alcance judicial entre ambos países, sino que abre una nueva categoría de delito para los cárteles mexicanos: el terrorismo.
CJNG bajo el lente del terrorismo internacional
Hasta hace poco, hablar del CJNG era referirse a uno de los cárteles más violentos y poderosos de México. Pero desde el 20 de febrero de 2025, el Departamento de Estado de EE.UU. lo colocó oficialmente en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras (OTE).
Violencia militarizada y redes globales
- Uso de drones con explosivos contra fuerzas del orden.
- Tráfico masivo de fentanilo, responsable de miles de muertes por sobredosis en EE.UU.
- Ataques armados con equipo militar de alto poder destructivo.
Este perfil de violencia, según Washington, excede el crimen organizado tradicional y se alinea con el terrorismo internacional, lo que abre nuevas herramientas legales para su combate.
Quién es María del Rosario Navarro Sánchez
Alias “Fernanda” o “Chayo“, Navarro Sánchez fue detenida en México durante un operativo conjunto entre autoridades mexicanas y estadounidenses. La acusación presentada en el Distrito Oeste de Texas detalla una implicación activa y logística dentro del CJNG:
- Tráfico de armas y personas
- Contrabando de dinero en efectivo
- Importación de narcóticos
- Entrega de granadas al cártel
“Este es un paso histórico en el uso de nuestras herramientas legales para frenar a organizaciones criminales transnacionales como el CJNG” — Margaret Leachman, fiscal federal interina, Distrito Oeste de Texas.
Una red criminal con aliados
Navarro Sánchez no operaba sola. Junto a ella fueron acusados Luis Carlos Dávalos López (27) y Gustavo Castro Medina (28), también ciudadanos mexicanos. Ambos enfrentan cargos por tráfico de personas, armas y drogas, aunque Navarro enfrenta el cargo más grave por terrorismo.
Las agencias que hicieron posible la captura
La detención fue posible gracias a una investigación liderada por:
- DEA (Administración para el Control de Drogas)
- FBI (Buró Federal de Investigaciones)
- ATF (Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos)
- HSI (Investigaciones de Seguridad Nacional)
- Patrulla Fronteriza de EE.UU.
- Fuerza de Tarea Conjunta Alfa (JTFA)
“Navarro Sánchez jugó un papel logístico clave para el CJNG. Su detención es un paso firme hacia el desmantelamiento de estas redes letales” — John Morales, agente especial del FBI en El Paso.
“Recuperemos América”: nueva doctrina legal
El caso de Navarro Sánchez se integra en la iniciativa “Recuperemos América” del Departamento de Justicia, diseñada para combatir organizaciones criminales transnacionales que representan amenazas a la seguridad nacional de EE.UU.
El mensaje es claro: colaborar con cárteles ahora puede significar enfrentar cargos por terrorismo, con consecuencias legales más severas y duraderas.
“La masacre causada por estos cárteles no conoce fronteras. Navarro Sánchez no será la última en enfrentar estas consecuencias” — Bennie Mims, agente especial de la ATF.
Implicaciones para México y la región
Esta acusación rompe con el paradigma tradicional de lucha contra el narco. Si la justicia estadounidense mantiene esta línea, decenas de colaboradores de cárteles podrían enfrentar cargos por terrorismo.
Escenarios posibles:
- Mayor presión internacional sobre México para extraditar a presuntos colaboradores.
- Cambios en la clasificación legal de los cárteles dentro del propio sistema judicial mexicano.
- Reconfiguración de alianzas criminales ante el nuevo nivel de riesgo legal.
El nuevo rostro del crimen organizado
La historia de María del Rosario Navarro Sánchez representa el umbral de un nuevo enfoque binacional contra el crimen organizado. Lo que antes se trataba como narcotráfico ahora se aborda como terrorismo, con todo el peso simbólico, legal y político que ello implica.
¿Estamos ante el inicio de una doctrina antiterrorista contra los cárteles mexicanos? Solo el tiempo y la justicia lo dirán.