El último en vivo de Valeria
“Me dejé de bandidos”, dijo Valeria Márquez, con una mezcla de alivio y resignación, en su última transmisión en vivo. Fue la misma sesión en la que, segundos después, sería asesinada. Tenía 23 años y miles de seguidores en redes sociales. También, una historia que no se contaba a simple vista: la de una joven atrapada en “el ambiente”.
“Pertenecía al ambiente”: una confesón póstuma
Una amiga cercana lo confirmó tras el crimen: “Valeria pertenecía al ambiente”, una expresión código que no necesita muchas explicaciones en ciertas zonas del país. Implica ser parte de un círculo de mujeres que frecuentan a hombres ligados a actividades ilícitas, muchas veces sin posibilidad real de elegir salir.
“Si tú eres acompañante en este ambiente, se sabe quiénes somos del grupo y quiénes son de la contra”, dijo la amiga a Mafian TV, con la voz distorsionada y sin revelar su identidad.
La entrevista revela un submundo donde las lealtades son letales, las relaciones son transacciones y salir con “el equivocado” puede costar la vida.
El intento de redención: “Ya estaba rehabilitada”
Valeria no ocultaba su pasado. En su último video, antes del ataque, hablaba de su proceso de cambio:
- Había dejado de beber alcohol
- Se alejó de fiestas y salidas
- Terminó su relación con un presunto criminal
Afirmó estar “rehabilitada”, en un intento claro por distanciarse del estilo de vida que la había envuelto. Su mensaje, sin embargo, también sonaba a advertencia. En publicaciones anteriores, responsabilizó a su exnovio si algo le ocurría.
Las sombras de “El Doble R”
Periodistas especularon que Valeria fue pareja de Ricardo Ruiz Velasco, alias “El Doble R” o “RR”, presunto líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). La Fiscalía de Jalisco lo desmintió, pidiendo a la opinión pública no criminalizar a la víctima.
El contexto, sin embargo, apunta a una verdad incómoda: la conexión entre el narco y el mundo del entretenimiento digital, donde muchas influencers se ven atrapadas entre la fama y el peligro.
Asesinato en vivo: el crimen que sacudió a México
El 13 de mayo, alrededor de las 18:30, Valeria fue asesinada en su propio salón de belleza, ubicado en la Avenida Servidor Público, Colonia Real del Carmen. Todo quedó registrado en vivo.
La escena estremeció a miles de usuarios que la seguían en tiempo real. Fue una ejecución fría, sin advertencias. Y aunque no hay responsables detenidos, el crimen parece responder a una venganza o ajuste de cuentas.
La estigmatización: entre la víctima y el prejuicio
Tras su muerte, surgieron las narrativas que tienden a culpabilizar a las mujeres por sus vínculos, por su estilo de vida o incluso por cómo se visten o expresan. La Fiscalía fue clara: no hay que criminalizar a la víctima.
Este caso vuelve a poner en evidencia la doble vulnerabilidad de las mujeres en México: por ser mujeres, y por ser visibles. En plataformas donde el algoritmo premia la belleza y la polémica, muchas terminan pagando un precio alto por su notoriedad.
Influencers y narco: una relación de alto riesgo
Las redes sociales han creado nuevas formas de fama, pero también nuevos riesgos. En muchas regiones, la “influencia” puede cruzarse con el crimen organizado, ya sea por cercanía, por conveniencia o por presión.
Valeria no fue la primera ni será la última en ser víctima de este círculo vicioso donde:
- La belleza se convierte en moneda
- El silencio se paga caro
- La independencia femenina desafía estructuras peligrosas
El futuro tras Valeria: ¿qué sigue para las influencers en México?
El caso Valeria Márquez debe invitar a una conversación más profunda: ¿quién protege a las influencers? ¿Deben considerarse figuras públicas en riesgo? ¿Qué papel juega el Estado en garantizar su seguridad?
Es momento de repensar la narrativa que romantiza ciertas relaciones o estilos de vida en redes sociales. Valeria quería salirse de ese mundo. Lo dijo en su último en vivo. Pero ya era tarde.
