Violencia en Sinaloa: el grito por la paz que desafía al narco

Violencia en Sinaloa desata un grito de paz: colectivos colocan mantas durante visita de Sheinbaum para exigir acción urgente.

AL MOMENTO

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El puente donde Sinaloa gritó “¡paz!”

El Puente Negro de Culiacán amaneció distinto. No colgaban las típicas narcomantas que suelen sembrar el miedo. Esta vez, ondeaban lienzos que exigían algo radicalmente opuesto: paz. «¡Mexicanos al grito de paz!», proclamaba uno. Fue el mensaje con el que el colectivo Corazón Valiente recibió a la presidenta Claudia Sheinbaum en una de las entidades más golpeadas por la violencia criminal.

Una ciudad entre dos fuegos

Desde septiembre de 2024, Sinaloa vive una nueva oleada de violencia tras el quiebre entre dos facciones del Cártel de Sinaloa: Los Chapitos y Los Mayos. La captura de Ismael “El Mayo” Zambada desencadenó una lucha sangrienta por el control del estado. En apenas seis meses, la Fiscalía estatal ha contabilizado 1,047 homicidios, una cifra que crece día con día.

Culiacán Valiente: la resistencia civil

El colectivo que firmó las mantas, Culiacán Valiente, explicó su acción como un intento por reivindicar los espacios públicos secuestrados por el crimen organizado. “Queremos que los mensajes en los puentes hablen de esperanza, no de muerte”, señalaron en su comunicado. Y lo lograron. En vez de amenazas, el puente lanzó un llamado urgente: «¡Exigimos una agenda por la paz!».

Narcomantas vs. mantas por la paz

Los puentes de Culiacán son conocidos por ser vitrinas de terror: allí se colocan las narcomantas para intimidar, amenazar o anunciar guerras. Pero esta acción invirtió la narrativa. Fue una reapropiación simbólica. La frase “Mexicanos al grito de paz” parafrasea el Himno Nacional Mexicano y reemplaza el llamado a la guerra por un anhelo profundo de reconciliación.

La visita de Sheinbaum: presencia sin pronunciamiento

En medio de este clamor ciudadano, la presidenta Claudia Sheinbaum visitó Mazatlán. Su mensaje fue firme pero limitado: «No vamos a permitir que nadie estigmatice a Sinaloa. Es un pueblo trabajador». Sin embargo, no hubo mención a la violencia ni a estrategias de seguridad, a pesar del reciente abatimiento de Jorge Humberto Figueroa Benítez, alias ‘El Perris’, presunto jefe de seguridad de Los Chapitos.

La ausencia de agenda: un reclamo urgente

Los colectivos sociales han sido claros: la omisión también es una forma de violencia. “No basta con no estigmatizar. Se necesita una estrategia que devuelva la paz y seguridad a nuestras calles”, exigen desde Corazón Valiente.

Las cifras que gritan

  • 1,047 homicidios en seis meses
  • Más de 5 enfrentamientos armados por semana
  • Cientos de desplazados internos por miedo

Estas son las secuelas de una guerra que no se nombra oficialmente.

Paz como acto de valentía

En un estado donde hablar puede costar la vida, colgar una manta que exija paz es un acto profundamente político. El mensaje del colectivo fue claro: la esperanza también puede colgarse en los puentes.

El silencio también es un mensaje

Mientras las mantas ondeaban al viento, la presidenta hablaba de estigmas pero no de soluciones. El silencio institucional contrasta con el grito civil. La pregunta que queda es poderosa: ¿Responderá el gobierno con hechos al clamor de su pueblo o dejará que el narco siga escribiendo la narrativa desde las alturas de los puentes

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