Las inundaciones repentinas en el sur y centro de Texas han dejado un rastro de tragedia. Equipos de rescate y voluntarios buscan contrarreloj a decenas de desaparecidos, mientras el número de fallecidos asciende a 59. La emergencia afecta particularmente a un grupo de niñas que acampaban a la orilla de un río.
La búsqueda implacable de los desaparecidos
Equipos de rescate prosiguen la búsqueda de los desaparecidos en Texas. La tarea se realiza contrarreloj.
Ciudadanos se han unido a las autoridades en el esfuerzo.
Entre los desaparecidos se encuentran 27 niñas de un grupo cristiano que acampaban a la orilla del río Guadalupe.
El campamento devastado
El gobernador de Texas, Greg Abbott, visitó la zona afectada. Indicó que unas 750 niñas se encontraban en el campamento Mystic cuando el río se desbordó.
Describió el lugar como “devastado de una forma que no había visto en ningún desastre natural”.
Según Abbott, “la altura a la que el agua corría llegó a la parte superior de las cabañas”.
El propietario y director de Mystic fue uno de los fallecidos por las inundaciones.
Dentro de una cabaña en Camp Mystic se podían observar mantas, osos de peluche y pertenencias de las niñas recubiertos de barro. La fuerza de la corriente rompió las ventanas.
Declaraciones oficiales y reacciones
El gobernador adjunto de Texas, Dan Patrick, informó a la cadena Fox News que “todavía hay fuertes precipitaciones”.
Confirmó que el balance es ahora de 59 fallecidos.
“Tristemente, prevemos que siga subiendo”, añadió Patrick.
El papa León XIV envió sus condolencias a las familias de las víctimas. Desde el Vaticano, durante el rezo del ángelus, expresó: “Oramos por ellos”.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, aseguró que el presidente Donald Trump quiere “mejorar las tecnologías” del organismo de previsiones meteorológicas, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
“Tenemos que renovar ese sistema anticuado”, dijo la funcionaria en una rueda de prensa.
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Contexto y previsiones
Las inundaciones repentinas son recurrentes en el sur y centro de Texas. La zona donde se produjo el diluvio se conoce como “callejón de las inundaciones repentinas“.
El suelo carece de las condiciones adecuadas para absorber el agua de las lluvias torrenciales.
El viernes, el río Guadalupe creció unos ocho metros en 45 minutos. Esto se debió a la caída de más de 300 milímetros de lluvia durante la noche.
Alerta meteorológica
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) advirtió del riesgo de nuevos diluvios el domingo. Se esperan lluvias torrenciales en zonas con suelo ya saturado.
Podrían caer entre 50 y 100 milímetros adicionales de lluvia, con bolsones aislados de cerca de 250 milímetros.
“Es muy difícil prever exactamente donde ocurrirán las precipitaciones más fuertes”, señaló el servicio meteorológico en su boletín.
Testimonio local y perspectiva científica
Gerardo Martínez, un vecino de 61 años, relató la intensidad de la inundación. “El agua llegaba hasta la copa de los árboles. Unos 10 metros más o menos”, explicó.
Describió cómo “coches y casas enteras se iban río abajo”.
Científicos y agencias de gestión de catástrofes han criticado al presidente Donald Trump. Señalan recortes de financiación y personal en la NOAA.
Científicos alertan que los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más comunes e intensos. Los vinculan al cambio climático causado por el hombre.
Mientras la búsqueda de vidas continúa en Texas, la tragedia reabre el debate sobre la preparación ante desastres naturales y el impacto del cambio climático.
