Ozzy Osbourne, el legendario “Príncipe de las Tinieblas” y figura icónica del heavy metal, dejó tras de sí un formidable imperio financiero. Al momento de su fallecimiento, su fortuna ascendía a unos impresionantes 220 millones de dólares, según información de Celebrity Net Worth. Esta vasta riqueza resultó de una carrera multifacética que trascendió la música para abarcar la televisión, los negocios y las inversiones inmobiliarias.
La base de su imperio: una carrera musical legendaria
La columna vertebral de la fortuna de Osbourne fue, sin duda, su prolífica y duradera carrera musical. Como vocalista de Black Sabbath, la banda pionera del heavy metal, Ozzy Osbourne contribuyó a definir un género y vendió millones de discos en todo el mundo.
Tras su salida en 1979, el cantante forjó una exitosa carrera en solitario. Lanzó 13 álbumes de estudio, muchos de los cuales alcanzaron el estatus de multiplatino. Sus giras también constituyeron una fuente constante de ingresos masivos; entre 1980 y 2022, se estima que sus conciertos recaudaron alrededor de 186 millones de dólares, vendiendo más de seis millones de entradas globalmente. Las ventas de discos, las reproducciones en streaming y los acuerdos de licencia continúan generando ingresos significativos incluso décadas después.
Visión empresarial más allá del escenario
La visión empresarial de Osbourne, a menudo eclipsada por su personalidad excéntrica, fue clave para diversificar sus fuentes de ingresos más allá de los escenarios.
Ozzfest: el festival que marcó una era
Uno de sus negocios más exitosos fue el Ozzfest, un festival de heavy metal itinerante cofundado con su esposa Sharon Osbourne en 1996. Este festival se convirtió en una institución cultural dentro del género, atrayendo a más de cinco millones de asistentes y generando más de 100 millones de dólares en ingresos.
El fenómeno de la televisión de realidad
La incursión de Osbourne en la televisión de realidad lo catapultó a una nueva estratosfera de fama y riqueza. El programa de MTV “The Osbournes” (2002-2005), que documentaba la vida diaria de su peculiar familia, fue un fenómeno cultural y un pionero del género de reality shows de celebridades.
Inicialmente, Ozzy ganaba alrededor de 20 mil dólares por episodio, pero a medida que el programa ganaba popularidad, su contrato se renegoció, llegando la familia a recibir 5 millones de dólares por temporada en sus momentos de mayor éxito. Posteriormente, también protagonizó “Ozzy & Jack’s World Detour”.
Expansión del patrimonio: de libros a bienes raíces
Más allá de la música y la televisión, Ozzy Osbourne expandió su imperio a través de diversas empresas y acuerdos comerciales. Publicó su autobiografía, “I Am Ozzy”, que se convirtió en un éxito de ventas. También firmó acuerdos de publicidad con varias marcas, incluyendo Metal Casino, el videojuego World of Warcraft, entre otras campañas comerciales.
Además, Osbourne demostró una astuta visión para las inversiones en bienes raíces, adquiriendo y vendiendo propiedades de alto valor en ubicaciones como Hidden Hills, Malibú y su histórica finca Welders House en Buckinghamshire, Inglaterra. La venta de una de sus mansiones en 2022 por 18 millones de dólares es un claro ejemplo de su habilidad para capitalizar el mercado inmobiliario.
Ozzy Osbourne no solo fue un ícono musical, sino también un sagaz empresario que construyó un legado financiero tan imponente como su discografía. Su historia demuestra cómo la visión y la diversificación pueden transformar el talento artístico en un verdadero imperio.