Felipe Hernández, un comerciante de 64 años a punto de retirarse, se ha convertido en noticia internacional tras ser víctima de un brutal Parricidio en su tienda de ropa. El delito fue perpetrado por su propio hijo mayor, también llamado Felipe, y su hija menor, en un acto de violencia que ha conmocionado a la localidad de Molina de Segura, Murcia.
La brutal agresión que conmocionó a Molina de Segura
Los hechos ocurrieron el pasado sábado en la tienda “Tejidos Hernández”, propiedad de la víctima, en Molina de Segura. El hijo, de 35 años, junto a su hermana menor, propinó a Felipe Hernández una paliza a base de golpes y patadas, dejándolo ensangrentado en el suelo.
Las investigaciones de las autoridades españolas lograron recuperar imágenes de cámaras de vigilancia. En ellas se observa en uno de los rincones cómo el joven de 35 años llega junto a Rosario, una madre con profesión de enfermera, quien atestigua a unos metros de distancia la serie de golpes que le arrebataron la vida al comerciante.
Una de las vecinas que auxilió a Felipe, María José, aseguró en entrevista para medios españoles que las últimas palabras de la víctima antes de morir fueron: “Mis hijos me han pegado”, revelación que las cámaras de vigilancia ya habían confirmado.
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Felipe Hernández, quien tenía 64 años, estaba a punto de celebrar su cumpleaños con su familia y retirarse de su negocio, una tienda heredada de su Padre. Familiares continúan buscando justicia para su ser querido, y en las afueras de la tienda, seres queridos colocaron velas y rosas en su memoria.
Un historial de maltrato familiar y conflictos
La agresión mortal no fue un incidente aislado. Las investigaciones sugieren que Felipe Hernández vivió un martirio con sus hijos y su exesposa, habiendo sufrido previamente el robo de su celular y las llaves de su vivienda en plena vía pública, ante las reiteradas agresiones de sus hijos.
Según José Hernández, hermano de la víctima, fue la exesposa de Felipe quien “sembró la mayor parte del odio que albergan los corazones de sus hijos”. Estos lo amedrentaban constantemente y le deseaban el mal, asegurando que su madre “sufría mucho” por los problemas financieros que les había dejado tras el abandono. José Hernández reveló: “Mi hermano les dio todo cuanto tenía a ella y a ellos, solo quería que le dejaran en paz”.
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Felipe había escapado de los reiterados maltratos de su exesposa e hijos desde hace 12 años, cuando les transfirió gran parte de su patrimonio. Meses después, se fue a vivir con su nueva esposa, Toñi, según declaraciones del abogado Eduardo Simó en entrevista para medios locales.
El trágico fin de Felipe Hernández deja al descubierto una compleja trama de conflictos familiares y maltrato, un desenlace doloroso para una vida marcada por la búsqueda de paz y el anhelo de un retiro tranquilo.
