La trágica muerte de Sarah Niyimbona, una niña de 12 años, en el Hospital Providence Sacred Heart Children’s de Spokane, Washington, ha provocado una ola de cuestionamientos sobre los protocolos de seguridad y la privacidad de los pacientes. La menor, internada por problemas de salud mental y con antecedentes de intentos de suicidio, perdió la vida tras un suceso que ha conmocionado a Estados Unidos.
El trágico suceso y las preguntas sin respuesta
Sarah Niyimbona, de tan solo 12 años, había sido ingresada en varias ocasiones durante 2024 debido a intentos previos de suicidio. El pasado 13 de abril, la niña logró salir sin ser vista de su habitación, dirigiéndose al cuarto piso del estacionamiento del hospital, desde donde se lanzó al vacío. Este incidente ha generado una profunda preocupación sobre la vigilancia y el cuidado de los pacientes más vulnerables.
Violación de privacidad y el pronunciamiento del hospital
Tras el fallecimiento de Sarah, el centro médico confirmó el despido de 15 enfermeras. Estas trabajadoras fueron acusadas de acceder sin autorización al expediente médico de la niña, una acción que constituye una violación a la privacidad de los pacientes bajo la ley federal. Ante la magnitud del caso, el hospital emitió un comunicado.
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La portavoz del hospital, Jen York, declaró a medios locales que “Providence toma muy en serio las violaciones de nuestro código de conducta y de las leyes de privacidad”. Esta declaración se enmarca en la conmoción generada por lo vivido con Niyimbona.
Clamor por respuestas: la familia y el sindicato
La madre de Sarah, Nasra Gertrude, ha manifestado su descontento y angustia, asegurando que no ha recibido explicaciones claras sobre cómo su hija pudo abandonar la habitación sin supervisión alguna. “Confié en este hospital para cuidar de mi hija. No entiendo cómo caminó hasta el ascensor y nadie la detuvo”, expresó.
Familiares de Sarah relataron que la niña había sido alegre, pero que en la secundaria sufrió acoso escolar y fue suspendida varias veces por peleas. Su hermana, Asha Joseph, dijo a PBS que la familia busca respuestas contundentes: “Queremos saber por qué no había nadie vigilándola y cómo logró irse sin que nadie lo notara”. En una campaña de recaudación en línea, sus allegados calificaron su muerte como consecuencia de “falta de atención” y la describieron como “una luz brillante” y “un ángel luminoso” cuya vida fue truncada.
Por su parte, el Sindicato de Enfermeras del Estado de Washington señaló que algunas trabajadoras podrían haber revisado la información de Sarah movidas por preocupación. No obstante, reconocieron que dicho acceso seguía siendo indebido y no aprobaron lo sucedido con la pequeña Niyimbona.
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Cuestionamientos sobre las medidas de seguridad
De acuerdo con la investigación de medios locales, un factor clave en este trágico suceso podría haber sido la retirada de medidas de seguridad y monitoreo. Se ha reportado que la vigilancia por video y la presencia de un trabajador asignado permanentemente habrían sido retiradas de la habitación de Sarah antes del incidente, lo que plantea serias dudas sobre los protocolos de atención y protección en el Hospital Providence Sacred Heart Children’s.
