Sheinbaum enfrenta a Bukele con diplomacia: así defiende la estrategia de seguridad en México

Claudia Sheinbaum responde con firmeza a las críticas de Bukele sobre la inseguridad en México. ¿Qué hay detrás del cruce de declaraciones?

AL MOMENTO

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Cuando la seguridad se vuelve tema de geopolítica

La seguridad dejó de ser un asunto exclusivamente interno. Hoy, se ha convertido en un campo de disputa política, incluso entre mandatarios latinoamericanos. Esta semana, el presidente salvadoreño Nayib Bukele lanzó una crítica directa hacia la situación de inseguridad en México. La respuesta no tardó en llegar: Claudia Sheinbaum, aspirante presidencial por Morena, contestó con un mensaje que equilibra firmeza diplomática y defensa política.

Este cruce de declaraciones no es menor. En medio de una campaña presidencial en México y con la estrategia de seguridad nacional bajo constante escrutinio, lo que dijo Bukele y cómo respondió Sheinbaum tiene un fuerte contenido político. ¿Qué significa este intercambio para la narrativa electoral en México? ¿Cuál es el trasfondo de la comparación entre modelos de seguridad?

En este artículo analizamos las implicaciones de esta polémica desde una perspectiva política, electoral y regional. Porque, aunque parezca un simple rifirrafe entre figuras públicas, es mucho más que eso.


¿Qué dijo Nayib Bukele y por qué apuntó a México?

El tuit que desató la tormenta

Bukele, conocido por su estilo confrontativo y su uso intensivo de redes sociales, publicó un mensaje directo:

“Hay estados en México que tienen menos población que El Salvador y no han podido resolver el problema de la inseguridad.”

La afirmación no es casual. Bukele suele utilizar comparaciones internacionales para justificar su polémico régimen de excepción, implementado en 2022, y que ha llevado a la detención masiva de presuntos pandilleros, pero también ha sido criticado por organismos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional.

La referencia a México, además, no fue genérica. Al señalar estados mexicanos con menor población que El Salvador (que tiene poco más de 6 millones de habitantes), Bukele pone el foco en la supuesta ineficacia de los gobiernos estatales y, por extensión, del modelo de seguridad mexicano.

El contexto político salvadoreño

Bukele no solo busca validar su modelo frente a su población, sino también proyectarse como referente regional. Acaba de ser reelegido para un segundo mandato en un proceso criticado por su legalidad, y necesita mantener alta su legitimidad. Atacar la inseguridad en otros países le permite reforzar la narrativa de éxito interno.


La respuesta de Sheinbaum: firmeza y estrategia política

“Respeto mucho a lo que hacemos en México”

La reacción de Sheinbaum fue rápida. En una entrevista con medios, respondió con un tono mesurado pero claro:

“Respeto mucho a lo que hacemos en México. Nosotros tenemos nuestra estrategia de seguridad y está funcionando.”

Con esta declaración, la aspirante presidencial no solo evita una confrontación abierta, sino que también defiende el modelo de seguridad de la actual administración federal, encabezada por Andrés Manuel López Obrador, de quien fue una de sus funcionarias más cercanas.

Un mensaje con múltiples capas

La frase de Sheinbaum tiene varias lecturas:

  • Interna: Busca mostrar liderazgo y control frente a un tema sensible como la inseguridad, sin desviarse del discurso oficial de Morena.
  • Diplomática: Mantiene el respeto hacia otro jefe de Estado sin escalar el conflicto.
  • Electoral: Refuerza su perfil como una figura de Estado capaz de enfrentar críticas externas sin perder compostura.

Este tipo de posicionamientos son claves en su estrategia de campaña: Sheinbaum busca proyectar continuidad con el gobierno actual, pero con estilo propio.

Dos modelos de seguridad enfrentados

El “Bukelismo”: resultados con costo democrático

El modelo salvadoreño de seguridad, conocido popularmente como “mano dura”, ha generado resultados en términos de reducción de homicidios. El Salvador cerró 2023 como uno de los países más seguros de América Latina, según cifras oficiales.

Sin embargo, estos logros vienen acompañados de fuertes cuestionamientos:

  • Más de 70 mil personas han sido detenidas bajo el régimen de excepción.
  • Organismos internacionales documentan detenciones arbitrarias, torturas y muertes bajo custodia.
  • La concentración de poder en el Ejecutivo ha debilitado contrapesos institucionales.

Bukele ha convertido estos resultados en una narrativa exportable, presentada como ejemplo ante la región. Pero su costo en términos de derechos humanos es alto.

El modelo mexicano: una apuesta por la contención

En contraste, la estrategia de seguridad de México —bajo el lema “abrazos, no balazos”— se basa en una combinación de programas sociales, presencia territorial de la Guardia Nacional y cooperación con fuerzas armadas. Los resultados han sido mixtos:

  • Homicidios: Aunque la tendencia ha bajado ligeramente, México sigue enfrentando altos niveles de violencia, especialmente en estados como Guanajuato, Michoacán y Zacatecas.
  • Percepción ciudadana: La inseguridad sigue siendo uno de los principales problemas para la ciudadanía, según el INEGI.
  • Desmilitarización pendiente: La Guardia Nacional sigue siendo una fuerza con fuerte componente militar, algo criticado por expertos.

El modelo mexicano busca evitar violaciones masivas de derechos humanos, pero ha sido señalado por su falta de efectividad en algunas regiones.


¿Por qué esta polémica importa en clave electoral?

Seguridad: tema sensible para el electorado

La seguridad es uno de los temas más relevantes para los votantes mexicanos. En la última encuesta nacional de Consulta Mitofsky, el 62% de los encuestados considera que la inseguridad es el principal problema del país.

En este contexto, las comparaciones internacionales adquieren peso. Que Bukele señale a México como ejemplo de fracaso puede afectar la percepción ciudadana, especialmente en un contexto donde las redes sociales amplifican el discurso.

Sheinbaum busca posicionarse como estadista

La respuesta de Sheinbaum muestra una estrategia clara: no responder con confrontación, sino con institucionalidad. Esta postura puede ser efectiva para captar al electorado que busca continuidad con orden, frente a las voces que demandan mano dura.

Además, se aleja de los extremos. Mientras la oposición puede usar las cifras de inseguridad para atacar al gobierno, Sheinbaum se centra en defender los avances sin negar los desafíos.


¿Está en juego la política exterior?

Aunque parezca exagerado, estos intercambios también son señales geopolíticas. Bukele quiere posicionarse como referente regional. Sheinbaum, en cambio, proyecta una visión más tradicional de soberanía y respeto entre naciones.

Este episodio también muestra cómo la política exterior ya no es exclusiva de cancilleres: ahora es parte del discurso de campaña. Los aspirantes presidenciales ya no solo deben hablar de seguridad interna, sino también de cómo se comparan sus estrategias con las del resto del continente.


Más que un intercambio de frases, una disputa por modelos

La respuesta de Claudia Sheinbaum a Nayib Bukele es más que una reacción ante una crítica. Es una afirmación de principios políticos, una defensa del modelo de seguridad mexicano y una apuesta estratégica en pleno año electoral.

Este episodio ilustra una tendencia creciente: la regionalización de los discursos de seguridad y la disputa simbólica entre modelos de gobierno. Mientras Bukele busca exportar su “mano dura”, Sheinbaum defiende un enfoque con tintes sociales y soberanos.

En tiempos de campañas, hasta una declaración diplomática se convierte en mensaje político. Y eso, en la era digital, se viraliza en segundos.

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