Reclutamiento criminal en Guanajuato: jóvenes caen en falsas ofertas

El fiscal de Guanajuato confirma que cárteles reclutan jóvenes con falsas promesas de empleo. Investigan campo de adiestramiento en Yuriria.

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La nueva trampa: falsas ofertas de trabajo y reclutamiento criminal

En medio de la creciente violencia que azota al Bajío mexicano, una verdad estremecedora comienza a emerger: los cárteles han perfeccionado una de sus estrategias más despiadadas para atraer a jóvenes vulnerables. No se trata de amenazas, ni de secuestros en la oscuridad. Hoy, el crimen organizado ofrece trabajo. Un empleo ficticio, un futuro prometido que termina en armas, adiestramiento forzado y, con demasiada frecuencia, la muerte.

La declaración del fiscal de Guanajuato, Gerardo Vázquez Alatriste, marca un antes y un después en la narrativa oficial: el reclutamiento forzado ya no es una amenaza lejana, sino una realidad viva en el corazón del estado.


Guanajuato bajo asedio: jóvenes entre la pobreza y el crimen

Durante años, Guanajuato ha sido un epicentro de violencia por la guerra entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL). Pero hoy, más allá de las cifras de homicidios o enfrentamientos armados, se revela una dimensión más silenciosa y devastadora: el reclutamiento sistemático de jóvenes por medio de ofertas laborales falsas.

Las promesas que matan

Promesas de sueldos atractivos, entrenamiento, comida asegurada y una “carrera” en crecimiento. Con esos anzuelos, los grupos delictivos pescan diariamente a jóvenes entre 15 y 25 años. Muchos de ellos migran desde otros estados, guiados por anuncios en redes sociales o por recomendaciones de conocidos.

En el caso de Guanajuato, Vázquez Alatriste confirmó que algunas de las personas detenidas recientemente estaban reportadas como desaparecidas en Jalisco, pero terminaron siendo encontradas en actividades ilícitas dentro del estado.


Yuriria: el rancho del horror

La comunidad de Buenavista, en el municipio de Yuriria, fue escenario en enero pasado del hallazgo de un presunto campo de adiestramiento criminal. Un inmueble fue asegurado tras un enfrentamiento entre civiles armados y fuerzas de seguridad. ¿El resultado? Diez personas muertas, tres policías heridos y una escena digna de una película de terror.

Evidencias del entrenamiento forzado

Dentro del rancho se encontraron objetos personales, manchas de sangre, mochilas abandonadas y utensilios domésticos. Todo apunta a que ese espacio funcionaba como un centro de entrenamiento para sicarios. Según vecinos, incluso después del aseguramiento del inmueble, se siguen viendo personas armadas rondando la zona.

Las autoridades locales han reconocido que hay indicios de más centros similares en la zona Laja-Bajío. El secretario de Seguridad Pública, Juan Mauro González, aceptó que esta práctica no es un hecho aislado, sino parte de una red sistemática de adiestramiento criminal.


La frontera Guanajuato-Jalisco: tierra de nadie

La cercanía entre ambos estados ha convertido a la región en un territorio sin ley, donde los cárteles se disputan el control a sangre y fuego. El flujo de personas que van en busca de empleo desde distintos puntos del país hacia esta zona ha sido aprovechado por los grupos delictivos para nutrir sus filas.

La investigación sobre el “Rancho Izaguirre”, donde presuntamente operaba un centro de exterminio en Jalisco, ha encendido las alertas. El fiscal Vázquez Alatriste declaró estar en comunicación directa con la Fiscalía General de la República (FGR) y las autoridades jaliscienses para unificar criterios y compartir hallazgos.


¿Qué impulsa a los jóvenes a caer en las redes del crimen?

La respuesta no es simple, pero sí clara: desesperanza, pobreza y falta de oportunidades. Cuando el hambre aprieta, y no hay empleo, ni estudio, ni alternativas visibles, la promesa de un salario inmediato —aunque venga del crimen— se vuelve tentadora.

De víctimas a victimarios

Una vez dentro del sistema criminal, muchos jóvenes son obligados a participar en delitos, bajo amenaza de muerte o represalias contra sus familias. Algunos logran escapar; otros, terminan muertos, desaparecidos o convertidos en piezas clave dentro de estructuras criminales.

La historia de dos jóvenes detenidos en Guanajuato, originarios de Jalisco y reportados como desaparecidos, refleja esa transición de víctimas a victimarios. Aunque al momento de su captura se encontraban involucrados en delitos contra la salud, su inicio en ese camino fue una oferta falsa de empleo.


El silencio que mata: miedo en las comunidades

El terror no termina en los campos de adiestramiento. Los vecinos de comunidades como Buenavista viven con miedo constante. Han visto patrullas, operativos, aseguramientos… y aún así, los hombres armados regresan. Temen hablar, temen salir, temen incluso denunciar.

“Sabemos que están ahí, pero si hablamos, nos matan”, dijo una habitante a un medio local.

El miedo es tal, que muchas familias prefieren ocultar la desaparición de sus hijos, creyendo que pueden regresar. Otros, por el contrario, optan por buscarlos con sus propios medios, formando colectivos de búsqueda, arriesgando su vida en el camino.


¿Qué están haciendo las autoridades?

Aunque el reconocimiento del fiscal es un paso importante, lo cierto es que la estrategia de prevención aún es limitada. La comunicación entre fiscalías, la coordinación interinstitucional y la participación del gobierno federal son claves para contener este fenómeno.

Además, se requiere una política social profunda, que dé a los jóvenes alternativas reales: educación, empleo digno, salud mental, espacios culturales y deportivos.


La urgencia de prevenir: señales y recomendaciones

¿Cómo identificar una oferta falsa?

  1. Sueldo demasiado alto para el perfil del trabajo
  2. Sin requisitos claros de experiencia o estudios
  3. Piden desplazamiento inmediato a otra ciudad sin garantías
  4. Contacto exclusivo por redes sociales o mensajes de WhatsApp
  5. Nombres de empresas inexistentes o sin presencia web

¿Qué pueden hacer las familias?

  • Hablar abiertamente con sus hijos sobre estos riesgos
  • Verificar toda oferta de trabajo antes de autorizar traslados
  • Fomentar redes de apoyo comunitario
  • Contactar a colectivos en caso de desaparición o sospecha

El futuro en juego: jóvenes entre dos fuegos

Mientras los grupos criminales refinan sus estrategias, las autoridades deben hacerlo también. No basta con detectar campos de entrenamiento o emitir comunicados. Hay que actuar con rapidez, con humanidad y con inteligencia.

Miles de jóvenes están siendo usados como carne de cañón, convertidos en herramientas de violencia, muchas veces sin entender del todo lo que está ocurriendo.

En Guanajuato, como en Jalisco y otros estados, la batalla no solo es entre cárteles, sino por el alma de una generación entera.


Romper el ciclo antes de que sea tarde

Reconocer que hay un problema es el primer paso. Pero detener el reclutamiento forzado exige mucho más que discursos: exige recursos, atención, y voluntad política real. Es momento de mirar a los ojos de estos jóvenes, no como delincuentes, sino como víctimas de un sistema que los abandonó.

La violencia en Guanajuato no se resuelve solo con más patrullas. Se resuelve con más oportunidades, con justicia social y con la verdad.

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