La guerra por Mexicali: así comienza el regreso de Leyzaola
La madrugada del 21 de marzo de 2025 marcó un nuevo capítulo en la escalada de violencia que vive Baja California. Tres narcomantas con amenazas de muerte aparecieron en puntos estratégicos de Mexicali, dirigidas al recién nombrado director de la Policía Municipal, el teniente coronel Julián Leyzaola Pérez. Apenas llevaba tres días en el cargo.
Los mensajes, firmados por presuntos miembros de Los Rusos, una de las células más violentas del Cártel de Sinaloa, fueron claros, vulgares y contundentes: “Aquí sí te vamos a matar, pu”**.
Pero más allá de las palabras impresas en lona, esta amenaza revela un subtexto más preocupante: la reactivación de una lucha territorial por el control del norte del país. Leyzaola, un personaje que no pasa desapercibido ni para los ciudadanos ni para el crimen organizado, regresa al centro de una guerra que lleva años en ebullición.
¿Quién es Julián Leyzaola?
El militar que desafió al narco… y pagó el precio
Nacido en Culiacán en 1960, Julián Leyzaola se forjó en las filas del Ejército Mexicano, donde ascendió hasta convertirse en teniente coronel. Su carrera en la administración pública comenzó en Tijuana, donde se hizo conocido por sus operativos implacables contra el crimen.
Luego fue llamado a Ciudad Juárez, en plena crisis de violencia, y repitió la fórmula: operativos agresivos, militarización del cuerpo policiaco, y una política de “mano dura” que le ganó tantos enemigos como seguidores.
Sin embargo, su cruzada no salió ilesa: en 2015 sufrió un primer atentado en Ciudad Juárez. Cuatro años después, en mayo de 2019, fue víctima de un segundo ataque en Tijuana que lo dejó paralizado de la cintura hacia abajo.
A pesar de ello, Leyzaola ha mantenido su discurso firme: no pacta con criminales, y no teme a las consecuencias. En 2025, a los 65 años, fue nombrado director de la Policía Municipal de Mexicali, en un intento del gobierno local por recobrar el control en una ciudad cada vez más disputada por el narco.
Las narcomantas: un mensaje con firma
¿Quiénes están detrás de la amenaza a Leyzaola?
La madrugada en que aparecieron las lonas, también se reportó el hallazgo de un cuerpo masculino con huellas de tortura. Aunque las autoridades no han confirmado si ambos hechos están relacionados, el mensaje es claro: la violencia vuelve a tomar las calles de Mexicali como escenario de advertencia.
Las mantas estaban firmadas por tres nombres:
- El Ruso
- Poncho de la Lima
- Paloma
Según informes de inteligencia, estos nombres están relacionados con Los Rusos, una célula del Cártel de Sinaloa que actúa como brazo armado de la facción dirigida por Ismael “El Mayo” Zambada y su hijo, Ismael Zambada Sicairos (“El Mayito Flaco”).
¿Quiénes son Los Rusos?
La célula del Mayo que desafía a los Chapitos
Los Rusos se formaron como parte del aparato armado de El Mayo Zambada. Originalmente operaban en Sinaloa, pero fueron desplazados hacia Baja California y Sonora tras un rompimiento con Los Chapitos, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Esta división interna provocó una lucha feroz por el control de rutas estratégicas de trasiego, como las que cruzan Mexicali y San Luis Río Colorado, hacia Estados Unidos. Hoy, esa disputa se refleja en emboscadas, asesinatos, desapariciones… y narcomantas.
Mexicali se convirtió en campo de batalla.
La respuesta del gobierno local
“Esto ya ha pasado antes”: Alcaldesa minimiza los hechos
Frente a la gravedad del mensaje, Norma Bustamante, alcaldesa de Mexicali, optó por una postura fría:
“Sabemos que no es la primera vez que ocurre. Hemos tenido circunstancias similares… el caso ya lo tiene la Fiscalía”.
Aunque es cierto que las narcomantas no son nuevas en Baja California, el hecho de que vayan dirigidas al director de la policía recién nombrado, y que el mensaje esté acompañado de un cadáver torturado, hace que este caso tenga un peso simbólico muy alto.
No solo se trata de una amenaza, sino de una advertencia de que el control territorial sigue estando en disputa, y que los grupos criminales no temen desafiar públicamente al Estado.
La estrategia Leyzaola: ¿funcionará esta vez?
Entre la mano dura y la falta de respaldo institucional
Durante sus gestiones anteriores, Julián Leyzaola fue criticado por organizaciones de derechos humanos por presuntas detenciones arbitrarias, tortura y abuso de autoridad. Sin embargo, una parte de la sociedad lo respaldaba por reducir temporalmente los índices de violencia.
El problema no es solo la estrategia. Es el contexto político, institucional y social que la rodea.
En 2025, Mexicali no solo enfrenta a los grupos criminales, también arrastra una profunda crisis de confianza ciudadana, una falta de coordinación entre corporaciones policiacas, y una justicia que raramente llega al fondo de los casos.
Sin ese respaldo institucional, incluso la figura más férrea puede caer. Ya lo intentaron dos veces antes. Ahora lo amenazan por tercera vez.
¿Qué significa esto para la seguridad de Baja California?
El narco no sólo pelea rutas; impone gobernanza paralela
El mensaje de la narcomanta es más que una amenaza. Es una declaración de poder.
Cuando un grupo criminal se atreve a advertir públicamente al director de seguridad de una ciudad fronteriza, lo que está diciendo es que se siente con la autoridad de decidir quién puede o no gobernar ese territorio.
Y eso, en cualquier democracia, es alarmante.
Este episodio revela que la guerra interna en el Cártel de Sinaloa se ha trasladado a las calles, y que la autoridad legítima sigue sin poder ejercer plenamente el control.
¿Qué sigue para Leyzaola y Mexicali?
El silencio como estrategia y el regreso al frente
Hasta ahora, Leyzaola no ha emitido ningún pronunciamiento sobre las amenazas. Su silencio podría leerse como una estrategia para evitar confrontaciones públicas, o simplemente como una señal de que no está dispuesto a retroceder.
Pero los hechos hablan por sí solos: la violencia regresa a Mexicali con fuerza, y su nombre vuelve a estar en el centro del huracán.
Será clave observar en los próximos días:
- Si hay una respuesta clara de la FGE (Fiscalía General del Estado).
- Si el gobierno federal se pronuncia o refuerza la seguridad.
- Y si la ciudadanía, harta de la violencia, respalda o rechaza el regreso de Leyzaola.
Leyzaola en la línea de fuego (otra vez)
Mexicali se convierte una vez más en un escenario de guerra no declarada.
Las narcomantas no son solo lonas con mensajes: son piezas propagandísticas de grupos criminales que han aprendido a comunicar poder.
El regreso de Julián Leyzaola podría representar un punto de inflexión… o una repetición de la historia. Todo dependerá del respaldo institucional, la estrategia implementada y la capacidad de resistir frente a un narco que ya no se esconde.