A un mes de la trágica explosión de una pipa en Iztapalapa, que dejó 31 fallecidos, la memoria de don Raúl persiste. Él, un sobreviviente en situación de calle, relata cómo un puesto de tacos en el tianguis del Salado lo salvó de una muerte segura. Su testimonio es un crudo recordatorio de la vulnerabilidad y la resiliencia.
El testimonio de un sobreviviente
Raúl, quien vivía debajo del puente de la Concordia junto a otros amigos, regresó al lugar de la Tragedia. El puente, ahora en reparación por el agrietamiento causado por la explosión, es un símbolo de la devastación.
- Raúl recuerda con tristeza a sus amigos: “Varios amigos míos vivían aquí, eran como 10 o 12”.
- “Me tocó ir a un puesto de tacos en el tianguis del Salado, sino también me hubiera tocado”, relata sobre el día de la explosión.
- El 10 de septiembre, una pipa que transportaba 49 mil litros de gas LP volcó y explotó, quemando todo a su paso.
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Identificación de las víctimas
La explosión cobró la vida de 31 personas, muchas de ellas en situación de calle. La identificación de las víctimas ha sido un proceso complicado.
La historia de Laura y Gilberto
- Como Raúl, Laura Lorena Barrera de la Torre y Gilberto Aarón León Méndez vivían debajo del puente.
- La familia de Laura, quien estuvo hospitalizada en el Hospital Magdalena de las Salinas, fue localizada gracias a la colaboración entre la FGJCDMX y la Fiscalía de Jalisco.
- La identidad de Gilberto fue confirmada mediante la comparación de sus huellas con los registros del Sistema Penitenciario.
Más allá de la tragedia
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La explosión en Iztapalapa es un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de la solidaridad. La historia de don Raúl, rescatado por un puesto de tacos, es un testimonio de esperanza en medio del dolor.
¿Qué lecciones podemos extraer de esta tragedia para construir una sociedad más justa y segura?