Silvia Castillo, madre de Alan Francisco, asesinado hace seis años, irrumpió en el Congreso de San Luis Potosí. En un acto desesperado, se despojó de su ropa frente a los diputados, exigiendo justicia y protestando por la reelección de Giovanna Itzel Argüelles Moreno en la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).
Protesta en el Congreso de San Luis Potosí
Silvia Castillo, inscrita en el padrón de víctimas, llegó al patio central del “Edificio Presidente Juárez”. La sede legislativa, ubicada en Vallejo 200 en el Centro Histórico, albergaba un concurso de altares de muertos.
En el evento estaban presentes legisladores y el director del Museo de la Máscara, además de turistas peruanos. La mujer ingresó decidida a exigir la presencia de los diputados.
- El detonante: La reelección de Giovanna Itzel Argüelles Moreno.
- Lugar: Congreso de San Luis Potosí.
- Motivo: Exigir justicia por el asesinato de su hijo.
Búsqueda de un encuentro con los legisladores
La búsqueda de justicia llevó a Silvia Castillo a la oficina del diputado Marco Antonio Gama Basarte, presidente de la Comisión Legislativa de Derechos Humanos. Sin embargo, el diputado no se encontraba en su oficina.
Molesta, regresó al patio central y exigió ver al diputado Cuauhtli Fernando Badillo Moreno. Los asistentes del diputado lo sacaron por una puerta alterna para evitar el encuentro con la víctima.
El acto de desesperación
En un momento de profundo dolor, Silvia se despojó de la ropa de la parte inferior de su cuerpo. Gritó que era madre y que su hijo le había sido arrebatado.
Mientras esto sucedía, la diputada Mireya Vancini Villanueva ignoró la escena y se tomó fotos junto a uno de los altares.
Consecuencias de la protesta
Silvia sufrió un desmayo y recibió atención médica durante varios minutos. Posteriormente, fue sacada del recinto legislativo.
Mientras tanto, el concurso de altares de muertos continuó, dejando la lucha de Silvia en el olvido.
¿Hasta cuándo las autoridades escucharán el grito desesperado de una madre en busca de justicia?
