En medio de la furia de las tormentas que azotan el Himalaya, las misiones de auxilio se convierten en actos de alto riesgo. El reciente accidente helicóptero Nepal en Lobuche, cerca del campamento base del Everest, expone la letalidad de operar en el círculo ártico, donde un experimentado piloto logró sobrevivir a lo impensable.
El siniestro en Lobuche: Cronología y causas preliminares
Este miércoles 29 de octubre de 2025, un helicóptero de rescate se estrelló en Lobuche, una localidad ubicada en la región montañosa de Khumbu, Nepal. La aeronave pertenecía a la compañía privada Altitude Air y se encontraba realizando una misión crítica para auxiliar a turistas varados por las intensas nevadas que han afectado al país.
El helicóptero, identificado con el número de registro 9N-AMS (un modelo AS 350), había despegado previamente desde Lukla, un aeródromo conocido por su dificultad operativa y que es considerado uno de los aeropuertos más peligrosos del mundo debido a su pista corta y ubicación entre montañas.
De acuerdo con los reportes preliminares emitidos por la Autoridad de Aviación Civil de Nepal (CAAN), la causa directa del accidente fue una pérdida de control durante la maniobra de aterrizaje. El capitán Vivek Khadka, piloto nepalí y experimentado, se encontraba solo a bordo cuando el aparato se precipitó sobre el terreno nevado.
Factores climáticos determinantes en el accidente
Los informes iniciales apuntan a que las condiciones meteorológicas extremas fueron el factor clave para el siniestro:
- Fuertes vientos.
- Poca visibilidad.
- Superficie helada.
Un oficial de la comisaría del distrito de Solukhumbu explicó a medios locales que la aeronave resbaló sobre una superficie helada mientras intentaba tomar tierra. El impacto fue de tal magnitud que el helicóptero quedó partido en dos, volteándose (toppled over), aunque afortunadamente, el fuselaje no explotó ni se incendió.
Rescate exitoso en un entorno inhóspito
Pese a la destrucción de la aeronave, el capitán Khadka fue rescatado con vida. El piloto, único ocupante, fue capaz de salir por sus propios medios antes de ser auxiliado por las unidades de emergencia, quienes lo localizaron rápidamente.
El rescate del piloto se realizó mediante otro helicóptero que lo trasladó a Lukla para una revisión médica exhaustiva. Las autoridades locales han confirmado su estado estable y sin lesiones graves, aunque permanece bajo observación.
La zona donde ocurrió el accidente presenta condiciones de operación extremas que magnifican el peligro de los vuelos de auxilio. Lobuche está situado a más de 4,900 metros sobre el nivel del mar y es considerado uno de los lugares más inhóspitos del planeta. Las temperaturas pueden descender por debajo de los -15 grados Celsius y los vientos a menudo superan los 80 kilómetros por hora. Bajo este rigor climático, si bien los vuelos de rescate son habituales, también son extremadamente peligrosos.
Alerta meteorológica y la recurrencia de tragedias aéreas
En los últimos días, Nepal ha enfrentado intensas tormentas de nieve y lluvias que han impactado severamente zonas montañosas clave como Mustang, Annapurna y el propio Everest. Esta situación ha dejado a decenas de excursionistas varados en refugios o campamentos.
Los servicios de rescate han reportado dificultades significativas para operar de manera continua a causa de la visibilidad reducida. Ante el panorama, el Departamento de Hidrología y Meteorología de Nepal emitió una advertencia crítica. La dependencia solicitó a los guías turísticos y montañistas extremar precauciones y abstenerse de iniciar nuevas expediciones hasta que se produzca una mejora en las condiciones. Asimismo, solicitaron a la población mantenerse informada a través de los boletines oficiales.
Este reciente incidente en Lobuche se suma a una lista de tragedias aéreas ocurridas en la región en años recientes, lo que subraya el riesgo constante que enfrentan los rescatistas:
- 2023: Un helicóptero que transportaba a seis personas se estrelló cerca del monte Manaslu.
- 2022: Otro aparato se desplomó en Lamjung, dejando a todos sus ocupantes sin vida.
La supervivencia del capitán Khadka constituye un “milagro” en un entorno donde la línea entre el auxilio y la tragedia aérea es extremadamente delgada, poniendo de manifiesto la urgencia de reevaluar los protocolos de rescate bajo visibilidad cero en el techo del mundo.




