El desarrollador de software y cofundador de Microsoft, Bill Gates, ha dado un giro radical a su teoría sobre el fin del mundo. Tras años de advertir sobre el calentamiento global, ahora el magnate descarta esta visión apocalíptica. Mientras expertos confirman la cruda realidad, la inminente amenaza nuclear global se consolida como el riesgo existencial más urgente.
Bill Gates y el abandono de la ‘visión apocalíptica’ climática
Gates había postulado previamente que la extinción de la humanidad sería un resultado directo de la contaminación y el cambio climático. Argumentaba que el impacto de estos fenómenos haría imposible la vida en el planeta.
El magnate de la tecnología incluso invirtió grandes sumas de su patrimonio, estimado en 122,000 millones de dólares, en iniciativas destinadas a frenar el calentamiento global. Sin embargo, en una reciente carta abierta previa a la cumbre climática COP30 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Brasil, Gates modificó radicalmente su postura.
El cofundador de Microsoft afirmó que el cambio climático no es la mayor amenaza existencial para la humanidad. Aunque reconoció que las personas más pobres serían los mayores perjudicados, calificó la “visión apocalíptica” como errónea.
- Enfoque renovado: Gates pidió a los líderes mundiales concentrarse ahora en otros asuntos prioritarios.
- Pronóstico de prosperidad: “Las personas podrán vivir y prosperar en la mayoría de los lugares de la Tierra en un futuro previsible”, señaló Gates.
Este cambio de perspectiva fue documentado en un nuevo memorando donde se señala que Gates “ha cambiado significativamente su postura sobre el cambio climático, y ahora dice que ‘no conducirá a la desaparición de la humanidad'”.
La nueva situación que acabaría con la humanidad: el factor tiempo
Coincidiendo con el análisis de Gates, expertos internacionales revelan que la extinción de la humanidad está más cerca de lo que se cree, y que la causa sería de carácter inmediato, no a largo plazo como el cambio climático.
El doctor Rhys Crilley, experto en relaciones internacionales de la Universidad de Glasgow, descartó la extinción paulatina. Crilley, citado por el Daily Mail, enfatizó que el factor crucial es el tiempo:
> “La diferencia clave es el tiempo: el cambio climático se desarrolla a lo largo de décadas; una guerra nuclear podría acabar con la civilización en cuestión de horas”, aseveró el experto.
Tensiones geopolíticas y la devastación total e instantánea
Ante la latente lucha armada que se vive en varias partes del mundo, como en Ucrania y la Franja de Gaza, el doctor Crilley advirtió que un poderoso ataque con armas de destrucción masiva, como las nucleares, acabaría de inmediato con el mundo.
El especialista contrastó las dos amenazas de la siguiente manera:
- Cambio climático: “Es una crisis de desarrollo lento que ya está transformando nuestro mundo, pero que empeorará en el futuro”.
- Armas nucleares: “Plantean la posibilidad de una devastación total e instantánea para el planeta”.
La preocupación se intensificó con la reciente actividad militar global. La semana pasada, Vladimir Putin realizó la presentación de un nuevo misil nuclear, un evento que subraya, según Gates, el riesgo real de una guerra nuclear total.
El doctor Crilley concluyó que estos riesgos no son meramente teóricos:
- Las armas de destrucción masiva ya existen.
- Las tensiones entre los estados que poseen armas nucleares están empeorando.
- Los estados con armas nucleares parecen cada vez más dispuestos a usar la fuerza para conseguir sus objetivos, al tiempo que amenazan con usar sus arsenales nucleares.
La pregunta que queda en el aire, y que tanto Bill Gates como el Dr. Crilley parecen responder sin matices, es si la humanidad, al final, está destinada a autodestruirse, no por los efectos lentos de su descuido ambiental, sino por la velocidad demoledora de su propia belicosidad.
