Un escándalo de proporciones inauditas sacude a Paraguay. La Unidad Penal N° 3 de Asunción, bajo la supervisión del fiscal Julio Ortiz, ha iniciado un proceso de imputación contra un hombre de 29 años por presunto abuso sexual infantil de sus tres hijastros. El caso escaló a la categoría de lesión grave al confirmarse que los menores fueron contagiados con VIH y sífilis, infecciones que, según la investigación, habrían sido transmitidas con alevosía.
Imputación por lesión grave y el contagio con alevosía
El hombre, cuya identidad no ha sido compartida con los medios, enfrenta cargos por lesión grave, además del cargo de abuso, una imputación que cobra especial relevancia al confirmarse que los niños contrajeron infecciones de transmisión sexual (ITS) de alta peligrosidad. Específicamente, los menores resultaron contagiados con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y sífilis.
De acuerdo con la declaración de la madre de los menores, el imputado era consciente de ser portador de estas infecciones desde hacía aproximadamente seis meses. Este dato es crucial para la fiscalía, ya que se considera que la transmisión de las enfermedades a los niños de 8, 10 y 12 años fue perpetrada con alevosía, causando, según el expediente, consecuencias para toda su vida.
Patrón de abusos continuados desde 2019
Las primeras investigaciones han revelado que los abusos no fueron incidentes aislados, sino un patrón sistemático y continuado que se habría perpetrado durante un periodo extenso de seis años.
Claves del periodo de abuso:
- Duración: Los abusos se habrían cometido desde 2019 hasta 2025.
- Contexto: El sospechoso convivió con la madre de los menores bajo el mismo techo durante todo este tiempo.
Este ciclo de violencia y enfermedad fue interrumpido tras un descubrimiento médico que encendió las alarmas de las autoridades sanitarias y judiciales.
El hallazgo médico que desató la investigación
El pasado 6 de noviembre se dio el paso que inició la intervención judicial. Un médico del Instituto de Medicina Tropical (IMT) detectó lesiones sospechosas en las partes íntimas de los niños durante una revisión rutinaria.
Los análisis de laboratorio subsiguientes no solo confirmaron la presencia de las ITS, sino que también establecieron una compatibilidad de las lesiones encontradas con abusos sexuales, aportando la evidencia inicial para proceder con la denuncia.
Ante la contundencia de estas pruebas, el hospital activó de inmediato los protocolos de denuncia ante la Policía Nacional, dando inicio a la intervención judicial. Posteriormente, la Clínica Forense de la Fiscalía General corroboró los hallazgos médicos iniciales, aportando pruebas adicionales que fortalecen la acusación contra el imputado.
La detención y el silencio del acusado
Tras su detención, el sospechoso fue directamente señalado por los niños como el perpetrador de los ataques. No obstante, ha optado por ejercer su derecho constitucional a guardar silencio, negándose a rendir declaración.
Debido a la gravedad de los cargos de abuso sexual infantil y lesión grave, el Ministerio Público ha solicitado formalmente la prisión preventiva del acusado. El proceso judicial busca ahora determinar las responsabilidades plenas por un crimen que impacta directamente en la salud y el futuro de tres menores en Asunción.
El caso subraya una vez más la imperiosa necesidad de reforzar los mecanismos de protección infantil y la justicia penal debe ser contundente ante actos que deliberadamente ponen en riesgo la vida y el bienestar de los más vulnerables, máxime cuando se configura la alevosía como agravante.




