Lola Cortés, conocida como la Jueza de Hierro, abandonó abruptamente La Granja VIP por motivos de salud mental. Su salida expuso el alto costo emocional de los reality shows. En una reveladora entrevista en Venga La Alegría, la actriz detalló cómo su trastorno de ansiedad se convirtió en claustrofobia.
El encierro que detonó la ansiedad de Lola Cortés
El pasado domingo, Lola Cortés decidió abandonar el polémico programa La Granja VIP para atender prioritariamente su salud mental. Tras el impacto de su salida, la cantante acudió al matutino Venga La Alegría (VLA), donde fue recibida por El Capi, Sepúlveda y el resto de los conductores, quienes le expresaron que esperaban verla más tiempo en la competencia.
La artista explicó el origen de su decisión, la cual se materializó tras salir del rancho ubicado en el Ajusco y cumplir con el periodo de concentración en el hotel. La actriz aceptó entrar al reality show imaginando la experiencia de una granja con animales, pero nunca consideró la dinámica de los encierros forzados.
> “Nunca pasó por su cabeza la parte de los encierros, el tener que quedarse dentro para que la producción pudiera trabajar en el terreno para realizar las dinámicas día con día.”
Cortés fue contundente al afirmar que, de haberse acordado de este crucial detalle, no habría ingresado al programa, ya que su trastorno de ansiedad la lleva directamente a la claustrofobia.
La contención al salir del programa más polémico
En la conversación con VLA, la Jueza de Hierro describió sus primeros minutos al salir y lo que ha realizado desde que dejó el hotel de concentración. Una de las imágenes que se grabó en la mente de los seguidores del reality show fue el momento en que Lola Cortés corrió a abrazar a su hija Dariana.
Fue en ese encuentro que su hija le dio la primera instrucción vital: respirar, confirmándole que ya se encontraba fuera del confinamiento.
Lola Cortés confesó que sus hijos fungen como su soporte emocional y sus guías:
> “Mis hijos han sido siempre mis maestros, han sido mi piedra, han sido mi… mi muro en donde me… como se pueden dar cuenta, literal, donde me he podido recargar”, expresó.
Lola Cortés nos confiesa que su ansiedad la puede llevar a la claustrofobia y comparte qué hizo tras su salida de @lagranjavipmx
— Venga la Alegría (@VengaLaAlegria) November 12, 2025
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La prioridad de recuperar a la familia
Desde que abandonó el programa, Cortés ha dedicado su tiempo a un solo objetivo: recuperar a su familia. Dentro de La Granja VIP, la actriz se dio cuenta de la importancia de sus seres queridos, motivo por el cual, al salir, ha procurado pasar tiempo con su esposo, sus hijos y su hermana.
Relató con emoción la primera interacción con sus mascotas:
> “He estado con mi esposo, mis perros… Dignísimos mis perros. Recuperar a mis perros.”
La situación familiar también reveló la preocupación que generó su participación. Confirmó que su hermana “estaba deshecha” por lo ocurrido. Al buscar a sus nietos, su hija le explicó la razón de su ausencia: “Mira, a los niños los mandé lejos de aquí un ratito mientras esto estaba, porque la gente se pone un poco rara”, expresó su hija.
El mensaje de gratitud y salud mental
La experiencia de La Granja VIP dejó una profunda reflexión en la Jueza de Hierro. Confirmó que el estar dentro del reality le enseñó el valor de la gratitud por lo que considera un regalo: su familia y “su gente”.
Lo más importante, subrayó Cortés, es la comprensión de que la salud debe ser la prioridad. Reconoció que siempre había puesto otras cosas antes que a ella misma, pero ahora ha decidido enfocarse en su bienestar mental.
Sobre lo que implica un ataque de pánico, Lola Cortés reconoció que es complejo para quienes no lo experimentan, pero lo describió de manera contundente:
> “Entiendo que la gente no pueda comprender lo que es un ataque de pánico. Lo entiendo, de verdad. Pero es simplemente es un… encendido y apagado. Y cuando se enciende, no hay manera de regresar.”
La salida de Lola Cortés del programa, si bien repentina, sirve como un recordatorio severo de la fragilidad de la salud mental, incluso para figuras públicas de gran fortaleza percibida, obligando a los medios y a la audiencia a confrontar las implicaciones psicológicas del formato de telerrealidad.
