Una noche de música regional mexicana encendió una polémica nacional. Mientras sonaban los acordes de un narcocorrido, el rostro de ‘El Mencho’ dominaba las pantallas del Auditorio Telmex. La reacción de Claudia Sheinbaum no se hizo esperar.
¿Qué ocurrió en el Auditorio Telmex?
Un concierto que se convirtió en controversia nacional
El 29 de marzo, el grupo Los Alegres del Barranco se presentó en el Auditorio Telmex, un recinto cultural vinculado a la Universidad de Guadalajara. Durante su interpretación del tema El del Palenque, se proyectaron imágenes de Nemesio Oseguera Cervantes, alias ‘El Mencho’, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
#MañaneraDelPueblo
— La Catrina Norteña (@catrina_nortena) March 31, 2025
🚨 EXIGE SHEINBAUM INVESTIGACIÓN a la Universidad de Guadalajara por poner imágenes del MENCHO en un concierto
“NO se puede hacer Apología de la Violencia ni de los Grupos Delictivos”.
Muy mal por Movimiento Ciudadano que ha entregado al estado de Jalisco… pic.twitter.com/qAAhdCDFZi
El acto fue percibido por muchos como un homenaje no autorizado a uno de los narcotraficantes más buscados del mundo.
La respuesta inmediata de la Presidencia
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, reaccionó con firmeza durante su conferencia matutina:
“No debería ocurrir eso. No está bien. Que se haga una investigación. No es correcto”.
La mandataria también llamó a revisar el contenido de estos espectáculos y su potencial como apología del crimen organizado.
Narcocorridos: ¿género musical o propaganda criminal?
Un fenómeno cultural profundamente arraigado
Los narcocorridos son narrativas musicales que relatan hazañas —reales o ficticias— de figuras del narcotráfico. Originados en el norte de México, este subgénero del corrido ha ganado popularidad a nivel internacional, especialmente en comunidades hispanas de Estados Unidos.
Sin embargo, su romanticización del crimen ha generado un profundo debate cultural.
¿Libertad de expresión o incitación a la violencia?
Los defensores del género argumentan que se trata de crónica social musicalizada, comparable con otros géneros como el gangsta rap. No obstante, críticos señalan que:
- Normalizan la violencia.
- Construyen mitos sobre criminales.
- Fomentan la admiración hacia figuras delictivas.
En palabras de la socióloga Brenda Valderrama:
“El narcocorrido opera como una narrativa que legitima al narco ante sus comunidades. Es una herramienta de poder blando”.
El papel de los recintos culturales y la responsabilidad compartida
Auditorio Telmex se deslinda… pero responde
Tras la viralización del video con las imágenes de ‘El Mencho’, el Auditorio Telmex emitió un comunicado:
“El Auditorio Telmex no tiene injerencia en la selección del repertorio, discursos o material audiovisual que los artistas decidan compartir con su público”.
Aunque se deslindaron del contenido, revisarán contratos futuros con promotores para evitar que el recinto sea vinculado con actos similares.
¿Debe intervenir el Estado en los contenidos culturales?
La intervención de Sheinbaum ha reactivado un viejo debate:
- ¿Puede el gobierno regular lo que se canta o se proyecta en un concierto?
- ¿Dónde termina la libertad artística y comienza la apología del delito?
El artículo 6º de la Constitución mexicana garantiza la libertad de expresión, pero también establece límites en casos de incitación a la violencia o apología del crimen.
Contexto legal: ¿Qué dice la ley sobre la apología del delito?
Apología del delito en el Código Penal
El Código Penal Federal establece que hacer apología de un delito o de alguien que ha cometido uno, puede ser sancionado si con ello se incita a cometer un delito.
Sin embargo, se trata de una figura jurídica compleja. Para que haya sanción, debe probarse que:
- El mensaje promueve directamente actos delictivos.
- Existe intención de incitar.
- Hay un público susceptible de ejecutar dichos actos.
En la práctica, esto hace que sea difícil aplicar sanciones a artistas o promotores de espectáculos por interpretaciones musicales.
¿Quién es ‘El Mencho’ y por qué su imagen es tan polémica?
Nemesio Oseguera Cervantes: el capo más buscado
Alias ‘El Mencho’, es el presunto líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, una de las organizaciones criminales más violentas de México. Está en la lista de los más buscados por la DEA, que ofrece 10 millones de dólares por su captura.
Su cártel ha sido vinculado con:
- Asaltos armados a fuerzas de seguridad.
- Control territorial con violencia extrema.
- Producción y tráfico internacional de fentanilo.
Mostrar su imagen en un escenario público equivale, para muchos, a darle notoriedad, validación y hasta culto social.
¿Por qué los narcocorridos siguen vigentes?
El narco como héroe trágico
En zonas de alta marginalidad, el narco aparece como una figura que “escapa del sistema”, que desafía al poder establecido y que encarna la aspiración del éxito rápido.
Este fenómeno se reproduce en los narcocorridos a través de letras que:
- Justifican la violencia como “necesaria”.
- Reflejan un entorno sin oportunidades.
- Exaltan el poder, el lujo y el respeto ganado por la fuerza.
Las plataformas digitales como multiplicadoras
YouTube, Spotify y redes sociales han hecho que los narcocorridos sean más accesibles y masivos. Incluso, muchos artistas nuevos han saltado a la fama con temas de este estilo.
El problema, según expertos en comunicación, es que:
- No hay regulación en el contenido.
- Los algoritmos promueven lo más viral, no lo más ético.
- La línea entre realidad y ficción se vuelve cada vez más borrosa.
Posicionamientos divididos en la industria musical
Artistas que defienden su derecho a cantar
Varios exponentes del regional mexicano han declarado que su música no pretende hacer apología, sino narrar historias reales de su entorno.
Algunos argumentos frecuentes:
- “Censurar los narcocorridos es como censurar a los noticieros”.
- “El problema no es la música, es el narco en la vida real”.
- “La cultura no mata, la violencia sí”.
Promotores y empresarios en zona gris
Quienes organizan estos eventos suelen argumentar que su único interés es comercial. Mientras no haya una ley que prohíba ciertos contenidos, no pueden restringir a los artistas.
No obstante, el caso del Auditorio Telmex plantea un precedente: la sociedad está empezando a exigir responsabilidad ética a todos los actores involucrados.
¿Hacia dónde va el debate?
El narco como identidad cultural incómoda
México vive una paradoja: el crimen organizado es el enemigo público número uno, pero también es fuente de contenido, identidad y hasta entretenimiento.
La pregunta ya no es solo si deben existir los narcocorridos, sino:
- ¿Qué tipo de país estamos construyendo cuando los criminales se vuelven íconos populares?
- ¿Qué rol deben jugar los medios, artistas y autoridades en este fenómeno?
¿Prohibir o educar?
Expertos en cultura y pedagogía coinciden en que prohibir puede ser contraproducente. En cambio, la educación crítica y el análisis del discurso pueden ayudar a formar públicos más conscientes.
Lo ocurrido con Los Alegres del Barranco es más que una polémica pasajera: es el reflejo de una batalla cultural no resuelta. ¿Puede una nación combatir al narcotráfico mientras sus íconos musicales lo glorifican en escenarios públicos?
El reto para México no es solo jurídico o artístico: es moral, social y cultural. Y está más vigente que nunca.