La polémica ha envuelto a Miss Universo 2025, un evento que, más allá del brillo de las coronas, revela profundas fisuras internas. Mientras Fátima Bosch, la representante de México, deslumbraba en la gala del 19 de noviembre, su director, Jorge Figueroa, enfrentaba serias acusaciones. El titular de Miss Universo México ha roto el silencio, en un acto que contrasta sus elogios con el turbulento panorama de la organización.
La defensa de Jorge Figueroa tras las acusaciones
El director de Miss Universo México, George Figueroa, como es conocido, decidió utilizar su cuenta de Instagram para dedicar un mensaje a Fátima Bosch, la concursante originaria de Teapa, Tabasco. Sus palabras llegan después de la controversia generada por el director tailandés Nawat Itsaragrisil, quien calificó a la mexicana de “cabeza hueca”.
Ayer, miércoles 19 de noviembre, Fátima Bosch se consolidó como una de las favoritas para la corona de Miss Universo (MU) de este año. El momento clave fue su vestido de gala, una prenda que, según el director, rinde tributo al país. George Figueroa elogió a la joven de 25 años con las siguientes palabras, destacando la vestimenta:
> “Hoy México se viste del verdadero oro mexicano. Un amarillo profundo, encendido por miles de cristales que caen como luz en movimiento y mangas que brillan como si fueran hilos de un sol eterno. Este vestido nace del verdadero oro de México, el maíz (…). Es un homenaje a nuestra historia, fuerza y todo lo que somos”, escribió el directivo.
La prenda, que se robó las miradas durante la gala, fue confeccionada por el diseñador mexicano Trino Orozco en colaboración con Manuel de la Mora. Jorge Figueroa enfatizó que, con la participación de Bosch, “México brilla más que nunca”, asegurando que “cuando una mujer mexicana pisa un escenario, lleva consigo la luz de todo un país”. El director también expresó mediante otra publicación que la joven tabasqueña ha realizado un “gran trabajo” en Miss Universo 2025.
Las graves acusaciones contra el director
Las declaraciones públicas de George Figueroa captan la atención precisamente por el contexto de las serias denuncias que lo preceden. Previamente, dos figuras dentro de la organización lo acusaron directamente de actos de violencia y malos manejos.
El señalamiento de Martha Cristiana
La actriz y embajadora de belleza Martha Cristiana, quien ejerció como directora de Miss Universo México de mayo a junio de 2024, fue la primera en emitir fuertes juicios. Martha Cristiana acusó a Figueroa de ser responsable de la agresión verbal que Nawat Itsaragrisil profirió contra Fátima Bosch.
La exdirectora tildó a Jorge Figueroa de “manzana podrida”, una conclusión que, según ella, obtuvo “en mi breve paso por Miss Universo México”. Además, Martha Cristiana externó esta preocupación al empresario Raúl Rocha Cantú, quien adquirió el 50 % de la propiedad de la franquicia de Miss Universe Organization. La denunciante incluso atribuyó a Jorge Figueroa el haber afectado a otras personas en la organización local, relacionándolo con diversas salidas y despidos, incluyendo su propia renuncia.
La denuncia de Michelle Domínguez, Miss Quintana Roo 2025
Posteriormente a la renuncia de Martha Cristiana, la polémica se intensificó con la denuncia de Michelle Domínguez, Miss Quintana Roo 2025. A través de redes sociales, la concursante acusó al directivo mexicano por “actos de violencia” que, según su testimonio, incluyen:
- Insultos.
- Fomento al odio, rechazo y discriminación.
Michelle Domínguez detalló que Jorge Figueroa “provocó que mi compañera de Tamaulipas (Gisella Flores) me golpeara con un celular”. La concursante aseguró: “Fui víctima de violencia de Jorge Figueroa”, y añadió: “Vengo a manifestar nuevamente que soy víctima de agravios, manipulación de chats y de más de Jorge Figueroa. Esta persona, a quien denuncié sobre actos de violencia en mi contra durante mi participación en Miss Universo México”.
El elogio de Jorge Figueroa a Fátima Bosch, por lo tanto, no silencia las interrogantes sobre la gobernabilidad de Miss Universo México. La organización se encuentra ahora bajo el escrutinio público, dividida entre el supuesto “gran trabajo” de su embajadora y la sombra de un director acusado de violencia, manipulación y haber sido señalado como la causa de una crisis que amenaza con devorar la credibilidad del certamen. ¿Puede la belleza de una corona opacar las profundas fallas estructurales y éticas de la dirección que la promueve?
