Los Alegres del Barranco pierden visas tras concierto con narco-apología

Los Alegres del Barranco pierden visas por cantar corridos ligados al narco en Guadalajara. El caso desata investigación oficial.

AL MOMENTO

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Un concierto, una proyección y una decisión federal

La noche del 29 de marzo, el Auditorio Telmex de Guadalajara se llenó de aplausos, luces y corridos. Pero entre la euforia del público y la potencia musical de Los Alegres del Barranco, se sembró una controversia que tendría consecuencias inmediatas: la pérdida de sus visas para ingresar a Estados Unidos.

La palabra clave aquí es “narco-apología“. Un concepto que, en países como México y Estados Unidos, tiene implicaciones jurídicas, sociales y mediáticas profundas.

La presentación que lo cambió todo

El corrido que provocó la tormenta

Durante su presentación, Los Alegres del Barranco interpretaron “El del Palenque”, un tema que alude a personajes conocidos del crimen organizado. Mientras sonaba la música, en las pantallas gigantes del recinto aparecieron imágenes generadas por inteligencia artificial que simulaban escenas de la captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán y Nemesio Oseguera “El Mencho”.

La visualización de estos contenidos excedió los límites de la narrativa musical y fue percibida como un acto de glorificación criminal. A los pocos días, el Departamento de Estado de EE.UU. revocó las visas de trabajo y turismo de la agrupación.

Reacción de las autoridades mexicanas

La Fiscalía de Jalisco abrió la carpeta de investigación 21010/2025 bajo el cargo de apología del delito, previsto en el artículo 142 del Código Penal del estado. Este delito implica hasta seis meses de prisión para quienes promuevan conductas criminales en espacios públicos.

Según la Vicefiscalía en Investigación Especializada en Concertación Social, el proceso fue iniciado de oficio, lo que refleja la gravedad con la que se percibe este acto en el contexto actual.

El corrido como herramienta cultural y polémica

La historia del narcocorrido

El narcocorrido no es un género nuevo. Sus raíces se remontan a las décadas de los 70 y 80, cuando la narrativa popular comenzó a retratar las hazanas y lujos de los capos del narcotráfico. Con el paso del tiempo, se volvió una herramienta de expresión y resistencia cultural, pero también de controversia.

Numerosos artistas han sido censurados, vetados o incluso investigados por sus letras. Sin embargo, la incorporación de tecnología como la IA para visualizar escenas criminales es una nueva frontera.

Arte, libertad de expresión y límites legales

La discusión gira en torno a una pregunta clave: ¿hasta dónde llega la libertad artística?

Para muchos, cantar sobre el narco es una forma de documentar la realidad. Para otros, es una glorificación peligrosa que contribuye a la normalización de la violencia y la impunidad.

Expertos legales y culturales coinciden en que el contexto es fundamental. En un país golpeado por la violencia del crimen organizado, cualquier representación puede tener un impacto social profundo.

Estados Unidos y su postura contra la narco-cultura

La política de visas y el “soft power”

Estados Unidos ha incrementado su vigilancia sobre artistas extranjeros cuyos contenidos estén vinculados al narco. No es la primera vez que revoca visas por consideraciones morales o de seguridad.

Esta acción es una forma de “soft power”, una herramienta diplomática que permite establecer límites sin necesidad de sanciones formales. En este caso, la decisión se alineó con su política de tolerancia cero al crimen organizado.

Impacto en la industria de la música regional mexicana

Perder el acceso al mercado estadounidense significa una pérdida millonaria para cualquier artista del género. La comunidad latina en EE.UU. representa uno de los públicos más fieles y rentables para la música de banda y norteña.

Esta decisión podría sentar un precedente para futuras presentaciones y abrir un debate en la industria musical sobre autocensura, regulación de contenidos y responsabilidad social.

La dimensión legal del caso en México

Artículo 142: Apología del delito

Según el Código Penal de Jalisco:

“Se impondrán de uno a seis meses de prisión a quien provoque públicamente a cometer un delito o haga apología del mismo”.

En este caso, la proyección de imágenes durante el concierto podría considerarse una apología visual, algo que no había sido abordado antes legalmente con tanta claridad.

La investigación en curso

La Fiscalía ha citado a declarar a los integrantes de Los Alegres del Barranco y al personal técnico responsable del evento. También está en revisión la participación de la empresa administradora del Auditorio Telmex, relacionada con una institución pública, lo que podría generar implicaciones mayores.

El caso se ha convertido en un parteaguas legal que podría derivar en reformas para la regulación de contenidos audiovisuales en eventos masivos.

Reacciones en la opinión pública y redes sociales

División de opiniones

Mientras algunos fans defienden la libertad creativa de la banda, otros critican la irresponsabilidad de usar imágenes que enaltecen figuras del crimen organizado.

Los hashtags #CensuraNoEsCultura y #NarcoNoEsArte se han vuelto tendencia, evidenciando la polarización del tema en plataformas como X (antes Twitter), Facebook e Instagram.

La postura de la agrupación

Hasta ahora, Los Alegres del Barranco no han emitido un comunicado oficial. Solo uno de sus miembros publicó en redes sociales que “la música no debería ser criminalizada”. Sin embargo, el silencio institucional podría interpretarse como reconocimiento implícito de responsabilidad.

Consecuencias futuras y escenarios posibles

¿Cambio en la narrativa musical?

Es posible que, tras este caso, la industria regional mexicana modifique sus prácticas. Algunas disqueras ya estarían revisando contratos y rider técnicos para evitar contenidos controversiales en eventos en vivo.

¿Reforma legal o censura cultural?

La discusión también podría derivar en nuevas leyes que regulen la apólogía del delito en medios audiovisuales, pero el reto estará en no caer en censura o persecución de ideas.

El equilibrio entre la seguridad, la libertad de expresión y la responsabilidad artística será el tema central de los próximos meses.

Una decisión que va más allá del escenario

La revocación de visas a Los Alegres del Barranco marca un punto de inflexión en la relación entre cultura popular, legalidad y percepción social. En una era donde la imagen tiene tanto peso como la palabra, el uso de inteligencia artificial para recrear figuras criminales en escenarios públicos puede ser visto como una forma de influencia peligrosa.

La pregunta sigue en el aire: ¿puede la música narrar sin glorificar? Y sobre todo, ¿qué papel deberán asumir los artistas en un país donde el crimen organizado no es una leyenda, sino una realidad cotidiana?

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