La mañana del 27 de noviembre de 2025 se convirtió en un escenario de profunda tensión social en Morelia, Michoacán. Un reporte de incendio movilizó a cuerpos de auxilio y seguridad hacia la colonia Felícitas del Río. El blanco del ataque fue el histórico Templo de la Sagrada Familia, un agravio que desató una oleada de furia y la amenaza de linchamiento por parte de la comunidad.
El incidente en el Templo de la Sagrada Familia
La emergencia se registró en el Templo de la Sagrada Familia, situado específicamente en el cruce de Ocampo y Francisco J. Múgica, en la colonia Felícitas del Río. Tras atender el reporte, la Policía de Morelia y los cuerpos de auxilio ingresaron al inmueble para sofocar las llamas.
Bomberos de Morelia trabajaron para sofocar el fuego dentro del Templo de la Sagrada Familia, ubicando en el interior a un hombre presuntamente involucrado en el incidente.
La cronología del vandalismo
🚨#URGENTE 🔥⛪️‼SE INCENDIA TEMPLO DE LA SAGRADA FAMILIA EN #Morelia #Michoacán ‼🚨👨🚒
— Qué Poca Madre 🇲🇽 (@QuePocaMadre_Mx) November 27, 2025
👉Esta mañana se registró el #incendio del #templo de la Sagrada Familia, en el cruce de Ocampo y Francisco J. Múgica, en la colonia Felicitas del Río. Hasta el momento no se reportan… pic.twitter.com/QNK693SOya
El presunto responsable, que fue puesto a salvo rápidamente, habría permanecido en el recinto durante toda la noche, según versiones que circularon a través de redes sociales y fueron replicadas por vecinos. Los actos imputados al sujeto son de una gravedad considerable, incluyendo:
- La realización de pintas en el interior del lugar.
- La destrucción de una imagen de la Virgen de Guadalupe.
- La provocación final del incendio que movilizó a las autoridades.
Los vecinos pudieron observar los actos del presunto responsable, lo que elevó la indignación antes de que los cuerpos de seguridad pudieran controlar la situación. Las autoridades no reportaron a ningún lesionado tras el incidente.
Detención bajo tensión y riesgo de linchamiento
La detención del sujeto se produjo en medio de una situación de alto riesgo. Al momento de ser localizado, el hombre se desplomó dentro de la iglesia, momento capturado en fotografías por Charbell Lucio, antes de ser formalmente asegurado por la policía local.
Una vez que fue sacado del templo incendiado, la Policía de Morelia tuvo que enfrentar la furia de los pobladores. Los colonos esperaron afuera del inmueble con la intención expresa de intentar golpear al presunto responsable. Su enojo radicaba en la firme convicción de que las autoridades lo liberarían “sin que pague por el acto vandálico”, ante el agravio que sufrió la comunidad religiosa.
El hombre, de quien se reporta que aparentemente presenta un trastorno mental, fue puesto a disposición de las autoridades correspondientes. La policía logró asegurar su traslado, impidiendo que los vecinos pudieran agredirlo como represalia directa por incendiar la iglesia y vandalizar el patrimonio religioso.
El suceso subraya la fragilidad del orden público y la rapidez con la que la indignación social puede escalar al intento de justicia por propia mano en Morelia. La reacción violenta de la comunidad ante el vandalismo y la destrucción de símbolos religiosos refleja una profunda desconfianza en la capacidad del sistema para castigar este tipo de agresiones. ¿Cómo deben responder las instituciones ante la exigencia de justicia inmediata de una comunidad agraviada por actos de fe?




