El tercer visitante de otro sistema estelar ha roto todos los paradigmas científicos. El cometa interestelar 3I/ATLAS no solo deslumbra por su intensa actividad interna —un fenómeno que lo asemeja a los objetos más remotos de nuestro vecindario cósmico—, sino por una anti-cola estable que ha provocado una profunda división en la comunidad astronómica. ¿Es un objeto transneptuniano común o una anomalía sin precedentes?
Las dos grandes anomalías del cometa interestelar 3I/ATLAS
Detectado el 1 de julio de 2025 por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS), ubicado en Chile y financiado por la NASA, el cometa 3I/ATLAS irrumpió en el sistema solar con una trayectoria hiperbólica. Este cuerpo, el tercer visitante interestelar registrado, ha generado intensas campañas de observación global, especialmente después de que pasó por su punto más cercano al Sol (perihelio) el 29 de octubre de 2025. Los datos posteriores revelaron comportamientos inesperados que apuntan a dos fenómenos simultáneos.
El desconcertante enjambre de objetos invisibles
Uno de los hallazgos más recientes y desconcertantes se basa en las observaciones realizadas en noviembre de 2025. Según el astrofísico Avi Loeb, el cometa no viaja solo.
Imágenes post-perihelio, capturadas por telescopios en Alemania, Hawái y Tailandia, revelaron una anti-cola estable con forma de lágrima que apunta constantemente hacia el Sol, lo cual es inusual para un cometa. Las claves de esta teoría incluyen:
- Baja luminosidad del núcleo: Imágenes detalladas, incluidas las tomadas por el Hubble el 21 de julio, muestran que el núcleo del cometa apenas refleja luz.
- Aceleración no gravitacional: La anti-cola no sería una simple expulsión de gas y polvo, sino un conjunto de objetos que rodean al 3I/ATLAS y que no responden a las mismas fuerzas que el núcleo.
- Estimación de objetos: Loeb estima que alrededor de un trillón de objetos diminutos podrían reflejar hasta el 99% de la luz observada en torno al cometa.
- Coincidencia de medidas: A la distancia actual de 270 millones de kilómetros, estos fragmentos se desplazarían unos 54.000 kilómetros hacia el Sol, una cifra que coincide con las medidas de las fotografías.
Esta hipótesis surgió para explicar por qué la luminosidad de la coma parece independiente del tamaño real del núcleo y por qué se observa una aceleración no gravitacional. Loeb concluye su análisis planteando la posibilidad de que se trate de “rocas… o algo más”, lo que abre interrogantes sobre la naturaleza de estos acompañantes.
Criovulcanismo: el mensajero de otro sistema estelar con un interior familiar
Contrario a la idea de que los visitantes interestelares son fósiles intactos e inertes, un estudio publicado el 24 de noviembre de 2025 en el repositorio científico arXiv sugirió que el 3I/ATLAS podría estar cubierto de volcanes de hielo en plena actividad.
El fenómeno, conocido como criovulcanismo, se manifiesta en chorros espirales de gas y partículas que brotan de depósitos helados, algo que fue detectado por primera vez en un objeto interestelar. Este comportamiento, asociado a cuerpos ricos en hielo como los objetos transneptunianos de nuestro sistema solar, sorprendió a los astrónomos.
- El proceso de activación: El calentamiento solar habría activado una reacción química compleja. El dióxido de carbono sólido se sublimó, liberando líquidos oxidantes que penetraron el interior del cometa y reaccionaron con minerales metálicos como hierro y níquel, generando los chorros detectados.
- Trabajo de observación: Los astrónomos de Cataluña, liderados por Josep Trigo-Rodríguez (investigador del Instituto de Ciencias del Espacio, CSIC/IEEC), utilizaron el telescopio Joan Oró y otros observatorios. Notaron que, a unos 378 millones de kilómetros del Sol, el cometa comenzó a sublimar intensamente y a brillar rápidamente.
- Composición comparable: Para probar su hipótesis, el equipo comparó las observaciones con muestras de condritas carbonáceas recolectadas por la NASA en la Antártida. La coincidencia con un fragmento considerado remanente de un objeto transneptuniano sugiere que 3I/ATLAS se formó en un ambiente frío y lejano a su estrella original, bajo procesos de química y física que se repiten en distintos sistemas estelares.
El mismo Trigo-Rodríguez declaró estar “sorprendido” de que la mezcla de materiales que forma la superficie del cometa se asemeje a la de los objetos transneptunianos de nuestro sistema.
¿Presagio medieval? El debate sobre el fresco de Kosovo
La fascinación por el cometa 3I/ATLAS ha trascendido el ámbito científico, generando especulaciones en el ámbito cultural. Se ha mencionado que el viaje de este cometa pudo haber sido presagiado en una construcción eclesiástica antigua.
En el monasterio Visoki Dečani, ubicado en Kosovo, se encuentra un fresco que representa la crucifixión de Jesús, realizado alrededor de 1350 (Baja Edad Media). En uno de sus bordes, puede verse una figura circular que destella luz y una estela de tonalidad naranja. Curiosos han encontrado supuestas similitudes entre esta pictografía y el cometa, interpretando las figuras salientes del objeto central como señales que el objeto espacial pudo haber enviado a la Tierra.
Sin embargo, detractores y expertos en arte sacro, citados por el medio FayerWayer, indican que estas coincidencias no son más que ideas rebuscadas. Explican que las características de la pintura son recursos comunes del arte medieval para personificar astros espaciales, como el sol o la luna.
La ventana fugaz: una cápsula del tiempo rumbo a la salida definitiva
Los astrónomos de la NASA han determinado que 3I/ATLAS es un cometa (núcleo helado y coma), descartando desde el inicio las teorías conspirativas sobre naves extraterrestres. Los cálculos de su trayectoria y su alta velocidad (más de 221.000 kilómetros por hora) confirman su origen interestelar y su imposibilidad de quedar ligado al Sol.
El interés científico se centra en su papel como “cápsula espacial” que contiene información valiosa sobre la química de otra región de nuestra galaxia. Se estima que el cometa podría ser hasta 3.000 millones de años más antiguo que el Sistema Solar.
La actividad interna registrada y la masa estimada (más de 660 millones de toneladas si su ancho ronda el kilómetro) indican que conserva material prístino. El 3I/ATLAS tendrá su máxima aproximación a la Tierra el 19 de diciembre de 2025, a una distancia de aproximadamente 270 millones de kilómetros.
Este viajero espacial, que mostró procesos internos complejos y que obliga a replantear las futuras campañas de observación de objetos interestelares, continuará su trayectoria hiperbólica el próximo año, desapareciendo para siempre fuera de la influencia gravitatoria solar.
La investigación sobre 3I/ATLAS demuestra que los mundos helados, sin importar su lugar de nacimiento, pueden mantener dinámicas complejas a lo largo de vastas escalas de tiempo cósmico. ¿Podrían los futuros visitantes interestelares revelar que la composición de los sistemas planetarios de la galaxia es mucho más uniforme de lo que la ciencia imaginaba?




