I. El Evento Nexus
El multiverso político se ha fracturado, y México reside, por ahora, en una línea temporal donde la lógica ha sido suprimida por la inercia del poder. La victoria aplastante de José Antonio Kast en Chile, impulsada por un “voto de hastío” ante una tasa de homicidios históricamente alta, pero microscópica (6 por 100 mil habitantes), no ha generado el shock sistémico esperado en la Cuarta Transformación.
El Evento Nexus es la “Hegemonía Cuántica” de Morena. El informe revela que el gobierno de Claudia Sheinbaum opera con niveles de aprobación blindados (superiores al 70%) mientras gestiona una tragedia humanitaria cronificada: una tasa de homicidios que supera los 28 por 100 mil habitantes.
La justificación oficial de este fenómeno es la purga ideológica. La narrativa es simple: la violencia es el último estertor de la “guerra sucia” heredada de la oligarquía. El pueblo, redimido por los Programas del Bienestar y las transferencias directas, entiende que la pacificación es un proceso largo que no se medirá con la “estadística neoliberal” sino con la redistribución social. La realidad es que el “voto de agradecimiento” (el pacto clientelar) ha absorbido el “voto de miedo” que destrozó al gobierno progresista de Chile. En esta línea temporal, la única forma de que la izquierda no colapse ante el orden autoritario es volverse funcional a su propio caos.
II. El Eco del Pasado
La hemeroteca, esa cruel villana que nunca respeta el derecho a la conveniencia, nos recuerda la esencia fundacional de la 4T. En una línea temporal lejana, anterior a 2018, la promesa no era gestionar la violencia, sino erradicarla por completo mediante la moralización pública y la desmilitarización.
Se condenaba la “guerra contra el narcotráfico” como un error sangriento e inútil, una política de “mano dura” que solo servía a la agenda de Washington. La retórica pasada despreciaba el autoritarismo militar como una solución superficial, un mero síntoma del vacío de justicia social. La paz vendría por la vía de los “Abrazos, no balazos,” una filosofía que ponía el énfasis absoluto en las causas estructurales y la prevención, rechazando cualquier acercamiento a medidas de excepción constitucional o la policía represiva.
Hoy, la administración Sheinbaum, aunque heredera directa de esa filosofía, debe confiar en una Guardia Nacional consolidada, leyes de reforma judicial que centralizan el poder y una tolerancia social al crimen organizado que roza la resignación masiva. El político que condenó la militarización ahora la utiliza como la única herramienta viable de control territorial. El eco del pasado no es solo una contradicción; es el sonido de un principio rector siendo aplastado por el imperativo de la permanencia.
III. La Divergencia (El “What If”)
Imaginemos que el multiverso se rompe y la Cuarta Transformación cumple su palabra fundacional sobre seguridad y transparencia.
En esta realidad divergente, conocida como la “Línea Temporal de la Pacificación Genuina,” el gobierno, tras ganar en 2018, hubiera dedicado los primeros tres años a una reforma judicial profunda y descentralizada, enfocada en la justicia local y la erradicación inmediata de la impunidad en los municipios. No se hubiera priorizado la construcción de megaobras, sino el saneamiento de las policías estatales y el combate frontal a la corrupción directa (como Segalmex y el entorno presidencial).
En 2025, esta realidad paralela mostraría una tasa de homicidios cercana a la media regional (quizás 15/100k, un logro monumental). La Generación Z, hoy descontenta, vería oportunidades económicas y seguridad en las calles. Lo crucial: El triunfo de Kast en Chile sería un titular lejano, un eco de problemas ajenos. La derecha mexicana no tendría un discurso de “orden” que capitalizar, porque la izquierda habría cumplido su promesa de paz. La hegemonía de Morena se sostendría en resultados reales, no solo en transferencias, volviéndola inmune al “voto de pánico” que arrasó el Cono Sur.
IV. El Colapso
El contraste es un puñetazo frío. En nuestra cruda realidad actual, la 4T ha sacrificado la promesa de paz por la conveniencia de la permanencia. La Divergencia (Paso III) mostró un camino donde el poder se usaba para transformar la realidad violenta; nuestro Evento Nexus (Paso I) revela que el poder se usa para normalizar esa realidad violenta.
Mientras en Chile una tasa de 6 homicidios por cada 100 mil habitantes fue suficiente para que la ciudadanía entregara el Palacio de La Moneda a un pinochetista radical, en México, una tasa que quintuplica ese nivel es el precio aceptable para mantener la popularidad de la izquierda.
El Observador lo sentencia: México no está blindado ante la ultraderecha. Está simplemente anestesiado. La única diferencia entre el progresismo chileno colapsado y la hegemonía mexicana vigente no es una mayor justicia social, sino la eficacia con la que el sistema mexicano ha logrado reemplazar el miedo al crimen por la dependencia económica. El mayor enemigo de Sheinbaum no será Kast; será el día en que la base popular se dé cuenta de que el dinero del Bienestar ya no es suficiente para compensar el costo de la vida y el riesgo permanente de morir en una balacera. En ese momento, la hemeroteca dejará de ser una villana para convertirse en la profecía de su propia caída.
