La tensión geopolítica entre Washington y Caracas alcanzó un nuevo pico esta semana. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro al ordenar un bloqueo total a buques sancionados y exigir la “devolución” inmediata de los derechos petroleros Venezuela, calificando su nacionalización como un acto ilegal.
La escalada de sanciones y la exigencia de Washington
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró este miércoles desde la base aérea Andrews, en las afueras de Washington, que Venezuela había despojado a las empresas estadounidenses de sus derechos energéticos y petroleros.
El mandatario insistió en que estos derechos deben ser restituidos:
- “Recuerden que nos quitaron todos nuestros derechos energéticos. Nos quitaron todo nuestro petróleo, no hace tanto. Lo queremos de vuelta”.
- Trump calificó la acción como ilegal: “Nos lo quitaron ilegalmente”, y añadió que, a pesar de la vasta reserva de petróleo en el país suramericano, “expulsaron a nuestras empresas, y lo queremos de vuelta”.
El bloqueo total a buques petroleros
La declaración de Trump se produjo al día siguiente de anunciar una medida de presión económica mucho más intensa: la orden de un bloqueo total a la entrada y salida de Venezuela a los buques petroleros que hubieran sido previamente sancionados por el Gobierno estadounidense.
Esta orden intensifica la ofensiva contra Venezuela, una nación críticamente dependiente de su negocio petrolero. Dicha escalada sigue a la acción ejecutada la semana anterior, cuando el gobierno de Estados Unidos:
- Incautó un buque que había salido del país suramericano.
- Confiscó el crudo que transportaba.
La historia de la nacionalización: ¿Robo o soberanía?
El conflicto sobre la propiedad del crudo venezolano se remonta a décadas atrás, oponiendo la soberanía nacional frente a las inversiones extranjeras.
La industria petrolera venezolana fue nacionalizada el 1 de enero de 1976, durante la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez. Este proceso reservó los derechos de exploración y explotación de los yacimientos del país exclusivamente a la compañía estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Posteriormente, en 2007, el entonces presidente Hugo Chávez Frías modificó las reglas de la industria, obligando a las transnacionales a tomar una de dos opciones:
- Convertirse en socias minoritarias de Pdvsa.
- Retirarse completamente del país.
A pesar de la creciente tensión y las sanciones impuestas por Washington a Caracas, existe una excepción notable. La empresa estadounidense Chevron mantiene operaciones en Venezuela, asociada con Pdvsa, gracias a una licencia específica emitida por el Departamento del Tesoro que la exime de las sanciones impuestas al crudo venezolano.
La postura de la Casa Blanca sobre el crudo venezolano
El subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, ofreció un fuerte contraste con la visión de soberanía venezolana. Miller aseguró que Estados Unidos fue el creador de la industria petrolera en Venezuela.
Miller fue contundente al calificar la nacionalización de la industria petrolera como “el mayor robo registrado de riqueza y de propiedad estadounidense”.
El nexo con el narcotráfico y la respuesta militar
Aunque las recientes acciones se centran en los derechos petroleros, la Administración de Trump ha justificado previamente su estrategia de presión sobre Venezuela como una forma de combatir el narcotráfico. Washington acusa al Gobierno de Nicolás Maduro de liderar una estructura criminal conocida como el Cártel de los Soles.
En este contexto de enfrentamiento:
- Las Fuerzas Armadas estadounidenses han reportado la destrucción de una veintena de embarcaciones en el Caribe y el Pacífico desde septiembre, bajo la suposición de que estaban cargadas con droga.
- Estos operativos resultaron en la muerte extrajudicial de al menos 95 tripulantes.
Mientras el presidente Trump ha prometido iniciar “pronto” ataques contra el narcotráfico en territorio venezolano, la defensa de Nicolás Maduro ha sido notablemente secundada. El texto indica que el presidente colombiano Petro ‘defiende’ al presidente de Venezuela con la declaración: “Maduro ‘podrá ser dictador, pero nunca un narco’”. Por su parte, Maduro ha instado a sus ciudadanos a unirse a milicias ciudadanas para defender el país ante la inminente amenaza militar.
¿Es la exigencia de la devolución de los derechos petroleros el verdadero objetivo detrás de la presión de Washington, o es el narcotráfico solo la fachada para una disputa energética que Washington busca resolver por la fuerza? La escalada militar, con Trump prometiendo ataques directos, augura un panorama de máxima inestabilidad para la región.



