Violencia en Culiacán: sujetos armados roban camiones de basura, bloquean avenidas y lanzan ponchallantas. El caos se desata al norte de la ciudad.
Culiacán vivió una noche de tensión. En cuestión de minutos, el caos tomó las calles: hombres armados despojaron camiones de basura y bloquearon vías principales. La violencia urbana volvió a hacerse sentir.
Bloqueos armados y despojos: Así se desató el caos
A las 21:00 horas del domingo, vecinos de la colonia Loma de Rodriguera alertaron sobre hombres armados bloqueando la avenida Álvaro Obregón. Los sujetos no solo cerraron el paso: arrojaron ponchallantas y despojaron vehículos oficiales.
Tres camiones recolectores en manos del crimen
Según reportes ciudadanos, al menos tres camiones de basura fueron robados por presuntos integrantes del crimen organizado. El objetivo: bloquear accesos clave, como la carretera a Tepuche, a la altura de Casa Blanca.
“Escuchamos gritos y luego vimos que ponían ponchallantas. No sabíamos si salir o escondernos”, relató un habitante de la zona en entrevista para medios locales.
Patrón de violencia: Del oriente al norte
Horas antes, en el poblado Tachinolpa, perteneciente a la sindicatura de Imala, se reportaron explosiones y quema de viviendas. Aunque no hay confirmación oficial, los hechos parecen formar parte de un mismo operativo criminal.
La ausencia del Estado y el mensaje del crimen
El silencio oficial ante estos eventos no solo preocupa: revela una peligrosa normalización del poder territorial del crimen organizado. En un domingo cualquiera, las calles de Culiacán fueron tomadas sin resistencia.
Un mensaje a plena luz (de la noche)
Este tipo de actos no son simples bloqueos: son demostraciones de fuerza. Robar camiones, bloquear vías y generar miedo en zonas urbanas es una forma de recordar quién tiene el control real.
Impunidad estructural
Hasta el cierre de esta nota, ninguna autoridad ha dado declaraciones. No se sabe si hubo detenidos, si se investiga el origen de los ataques o si hay víctimas por los ponchallantas colocados.
Culiacán, epicentro de un modelo criminal en evolución
La ciudad no es solo escenario: es símbolo. Lo ocurrido responde a una lógica de guerra urbana, donde la población civil queda atrapada entre omisiones del Estado y estrategias de terror.
De Sinaloa al país: Una tendencia preocupante
Casos similares se han reportado en Michoacán, Jalisco y Zacatecas. La militarización no ha frenado estos operativos tipo comando, que actúan con inteligencia, logística y territorio dominado.
“Esto ya no es narcotráfico. Es control territorial total”, alertó Rodolfo Ramos, experto en seguridad del Colegio de México.La noche del domingo en Culiacán es una advertencia. No solo por los hechos, sino por la impunidad con la que sucedieron. ¿Qué pasará cuando el Estado ya no pueda (o no quiera) recuperar el control? La respuesta puede definir el futuro de la seguridad en México.