Ataques armados sacuden a Sinaloa: la urgencia de proteger a los más vulnerables
La madrugada del 7 de abril marcó un punto crítico en la violencia de Sinaloa: dos ataques armados contra centros de rehabilitación dejaron nueve muertos y varios heridos. La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) no tardó en alzar la voz.
En este contexto de horror, la palabra clave resuena con fuerza: centros de rehabilitación. Lugares pensados para la sanación, convertidos en escenario de terror.
¿Qué ocurrió en la clínica Shaddai?
Un ataque directo y brutal
A las 2:00 de la madrugada del lunes 7 de abril, un grupo armado irrumpió en la clínica Shaddai A.C., ubicada en la colonia Colinas de San Miguel, Culiacán.
- Los agresores preguntaron por vínculos con grupos delictivos.
- Al no recibir respuesta, abrieron fuego indiscriminadamente.
- Ocho personas murieron en el lugar.
- Una más falleció en el hospital.
- Cinco internos resultaron lesionados.
“Rafaguearon no a todos, pero sí a un grupo. Lamentablemente, hubo muertos”, declaró el gobernador Rubén Rocha Moya.
Otro ataque el mismo día
Un segundo centro, misma tragedia
Horas después, otro centro de rehabilitación en la colonia Universitarios fue atacado. Aunque no se reportaron víctimas mortales, el mensaje fue claro: la violencia no distingue espacios de recuperación.
CEDH Sinaloa exige medidas inmediatas
Protección, no indiferencia
El presidente de la CEDH, Óscar Loza Ochoa, condenó los hechos y exigió a las autoridades actuar con rapidez:
- Instalación de sistemas de alerta inmediata.
- Activación de protocolos de seguridad.
- Acompañamiento a víctimas, con o sin denuncia formal.
“Aunque no nos escuchen, seguimos insistiendo: las diferencias deben resolverse sin violencia”, señaló.
Centros en riesgo: 60% opera sin regulación
Un vacío legal peligroso
De los 256 centros de rehabilitación en Sinaloa:
- Solo 102 están regulados por la Secretaría de Salud.
- El resto opera fuera de la ley, sin estándares de seguridad ni vigilancia institucional.
Este dato pone en evidencia la vulnerabilidad de miles de personas en recuperación, muchas veces invisibles ante las autoridades.
¿Qué se necesita para frenar esta crisis?
De la denuncia a la acción efectiva
Regulación inmediata, vigilancia policial estratégica y monitoreo tecnológico son medidas urgentes. Pero también es fundamental:
- Garantizar derechos humanos dentro de estos espacios.
- Promover la rehabilitación sin estigmatización.
- Reconocer el problema como una crisis de salud pública y seguridad.
¿Quién cuida a los que quieren sanar?
Los centros de rehabilitación deberían ser refugios. Hoy, en Sinaloa, son objetivos.
La omisión institucional no puede seguir cobrándose en vidas. ¿Cuántos muertos más harán falta para que las autoridades actúen?