Patricia volvió a caminar con seguridad. Con 82 años, recibió un andador nuevo tras perder el que le prestaban. La movilidad, para ella, volvió a ser libertad.
Un gesto que transforma la vida cotidiana
En Mérida, el Gobierno del Estado, a través del DIF Yucatán, entregó 35 aparatos funcionales a personas adultas mayores y con discapacidad. El objetivo es claro: devolver independencia, seguridad y dignidad a quienes más lo necesitan.
Historias de resiliencia y agradecimiento
Patricia Echeverría, de 82 años, resumió el impacto:
“Ahora me siento segura otra vez, porque este ya es mío. Gracias por pensar en nosotras.”
Como ella, María Maricela Chi Pech también fue beneficiada. Tras años esperando, recibió una andadera rollator. “Es la primera vez que me atienden tan rápido”, dijo.
Aparatos que cambian el día a día
Durante la jornada, el DIF entregó:
- 19 sillas de ruedas
- 10 andadores rollator
- 5 bastones de cuatro puntos
- 1 andadera tradicional
Cada uno de estos dispositivos representa una mejora concreta en la movilidad, pero también en el ánimo y autonomía de los beneficiarios.
Una política de cercanía y sensibilidad
La presidenta honoraria del DIF Yucatán, Wendy Yamile Méndez Naal, subrayó el enfoque humano de esta acción:
“Fortalecemos nuestro compromiso con pasión, entrega y corazón. Queremos un DIF que escuche y acompañe.”
Este enfoque está alineado con la visión del Gobernador Joaquín Díaz Mena, quien impulsa una administración cercana, empática y sin distinciones.
Más que apoyo físico, reconocimiento humano
Para beneficiarias como Juana Paullada Domínguez, recibir un aparato no solo mejora su movilidad. También representa un acto de empatía y respeto a su dignidad.
Funcionariado presente, compromiso tangible
En el evento participaron figuras clave del gobierno y el Congreso del Estado. Su presencia refuerza el compromiso institucional con las causas sociales y la justicia incluyente.
La movilidad no es solo física, también es emocional y social. Estas entregas no solo devuelven movimiento, devuelven confianza. ¿Y si más gobiernos apostaran por políticas así de humanas?